Hombres pudientes, propietarios de varios negocios y socios de otros, fueron quienes introdujeron, uno a uno, los servicios públicos en Bucaramanga. Entre personajes locales, otros extranjeros y hasta un sacerdote se escribió la génesis y expansión del teléfono, el acueducto y la energía eléctrica en Santander.
Padre José de Jesús Trillos
Julio Jones y Rinaldo Göelkel
Eugenio y Mariano Penagos
Víctor Manuel Ogliastri Figueroa
Martín Carvajal Bautista
Hermógenes Motta Castillo
Gabriel González Cadena
Benjamín García Cadena
Padre José de Jesús Trillos
Nació en octubre de 1876 en Floridablanca y murió en Bucaramanga en enero de 1955. Se le reconoce, entre otros aspectos, por gestar la creación de la Diócesis de Bucaramanga y traer a la ciudad la comunidad religiosa de los Reverendos Padres Franciscanos que se instalaron en el barrio La Mutualidad, hoy San Francisco.
Desde 1914, Monseñor José de Jesús Trillos inició una convocatoria entre comerciantes, industriales y la clase dirigente de la ciudad para crear el acueducto en la ciudad. Sin embargo, fue hasta abril de 1916 que se creó la Compañía Anónima del Acueducto de Bucaramanga, en la que por varios años ocupó el cargo de administrador. Su fin era la construcción y explotación de una empresa que suministrara agua por un período de 50 años.
La escritura pública de constitución del Acueducto (12 acciones que sumaron $600), fue firmada por Monseñor José de Jesús Trillos y los prósperos comerciantes Clímaco Silva Silva (uno de los primeros negociantes del siglo XX), Antonio Castro Wilches, Adonías Vega, Eleuterio A. González, Víctor M. Alarcón, Ezequiel Alarcón y José Jesús García. También participaron el médico Francisco Pradilla G., el dentista Néstor Peralta E., y el contador Luis E. Gómez Pinzón.
Julio Jones y Rinaldo Göelkel
Con la gestión de estos dos reconocidos empresarios alemanes, la energía eléctrica llega por primera vez al departamento en 1891. A Julio Jones y Rinaldo A. Göelkel (sentados de izquierda a derecha) se les atribuye la instalación en Chitota de la primera planta hidroeléctrica con un generador de corriente continua y un motor de turbina de 300 caballos de fuerza. Así, por primera vez, las calles de Bucaramanga vieron la luz eléctrica.
La empresa de Jones y Göelkel se convirtió en la primera en Colombia en ofrecer luz incandescente para iluminar los hogares.
La conversión de la inicial sociedad limitada a la nueva Compañía Anónima Eléctrica de Bucaramanga generó un aumento del capital social a $130.000, representado en 1.300 acciones de $100 cada una, de las cuales 735 eran de Rinaldo A. Göelkel (secretario-tesorero) y las 565 restantes propiedad de Julio Jones.
En 1898 ya la Compañía Anónima Eléctrica había completado 13 semestres de operación y se encontraba bajo la presidencia de Julio Ogliastri, con la conducción técnica del ingeniero Julio Jones.
Para ese entonces Julio Jones y hermanos tenían solo 199 acciones de las 1.300.
Eugenio y Mariano Penagos
A los hermanos Penagos, migrantes españoles, se les conoce como los líderes del negocio de la luz y la fuerza en los Santanderes, gracias a sus conocimientos y capacidad de trabajo.
Por eso, en 1921 proyectaron la construcción de una nueva planta eléctrica para Bucaramanga, de mayor capacidad que la de Chitota, pero usando el mismo río Suratá, que se llamaría Zaragoza.
Por petición del párroco y un distinguido ciudadano de Salazar de las Palmas, en 1914 se solicita a los hermanos Penagos diseñar la generación de energía eléctrica en esa población nortesantandereana. La idea fue más allá, pues les propusieron la constitución de la Compañía Anónima Eléctrica del Norte, proyectando vender parte de esa energía producida al municipio de Cúcuta y a otros de Norte de Santander.
Mariano Penagos se trasladó a Salazar para encargarse directamente de las obras, como director técnico de la compañía creada, y su hermano Eugenio se estableció en Cúcuta por temporadas para gestionar la expansión del negocio de venta de luz y fuerza.
El 19 de junio de 1916 inauguraron el servicio de luz en Salazar, el primero de octubre siguiente en Villa del Rosario y en diciembre, en Cúcuta y San Luis.
En este mismo año, vencido el período de privilegio concedido a la planta de Chitota, la planta de los Penagos pudo comenzar a vender luz en Bucaramanga.
Víctor Manuel Ogliastri Figueroa
Este prestante comerciante de la época ocupó cargos en diversas sociedades comerciales que lo llevaron a ser ampliamente reconocido en la ciudad. Fue el primer gerente del Acueducto de Bucaramanga, elegido en asamblea general para el período 1916-1919, teniendo en cuenta “su experiencia en proyectos de altas exigencias técnicas y financieras”.
Su gran misión fue lograr transportar agua por medio de un canal, desde la Quebrada El Hoyo hasta la entrada de la ciudad, es decir, donde hoy está la planta de Morrorrico.
En 1919 fue el gerente del Banco de La Mutualidad en Bucaramanga, mientras que en 1922 y 1923 participó de otras dos sociedades: Gimnasio Santander y Compañía Santandereana de Aviación.
Además, Víctor Manuel Ogliastri, con la asesoría de otros ciudadanos, fundó en 1915 la Empresa Telefónica de Santander, que prestaba servicio urbano e interurbano; en 1922 ya esta sociedad contaba con 300 suscriptores.
Martín Carvajal Bautista
Este nortesantandereano es médico cirujano de profesión egresado de la Universidad Nacional (1910); tras contraer matrimonio en 1921 se establece en Bucaramanga. Además de su intensa vida profesional, se destacó como empresario, servidor público, intelectual y por su vocación de servicio, por lo que fue reconocido en diferentes ámbitos de la vida local.
Dedicó parte de su vida para dotar a Bucaramanga de agua potable. Con su amigo Monseñor José de Jesús Trillos fundó la Compañía Anónima del Acueducto. Por muchos años perteneció a su junta directiva y sus ideas fueron un aporte importante para el desarrollo de la compañía.
Autor de la ordenanza que creó el Centro de Historia de Santander. Fundador de la Academia de Historia de Santander de donde fue presidente.
Hermógenes Motta Castillo
Este santandereano nacido en Suratá fue alcalde de Bucaramanga en 1926. A él y otros visionarios comerciantes se les debe la incursión de la telefonía en nuestra capital.
Junto a José Antonio Serrano, Cayetano González M. y Eliseo Serrano fundó el 20 de julio de 1888 la Empresa de Teléfonos, luego de tener el respaldo del Concejo local. Hermógenes fue la persona que importó los equipos y el primer día ya eran 35 aparatos al servicio. La primera prueba con éxito se realizó entre los almacenes de los reconocidos comerciantes Alejandro Koppel y Christian Peter Clausen, situados en pleno comercio del Centro de Bucaramanga.
Hermógenes Motta Castillo es hijo de Antonio Motta y Antonia Castillo.
Gabriel González Cadena
Nació en 1907 y murió en 1987. Buena parte de su vida la dedicó a la actividad política en la que tuvo varios cargos públicos. En el gobierno de Guillermo Garavito Durán fue nombrado administrador de la Central Hidroeléctrica del Río Lebrija; también fue Secretario de Hacienda Departamental durante los gobiernos de los coroneles Néstor Meza Prieto y Quintín Gustavo Gómez.
Se le reconoce haber aportado a la modernización del Hospital San Juan de Dios y el Cuerpo de Bomberos de Bucaramanga, así como algunas vías céntricas de la ciudad.
Benjamín García Cadena
Ingeniero civil nacido en Rionegro, Santander, de gran visión y dirigencia cívica. Fue gobernador entre el 1 de septiembre de 1940 y el 29 de agosto de 1942. Se le reconoce como el precursor de la primera empresa de energía del país (1941), con la Central Hidroeléctrica del Río Lebrija, que hizo realidad la Hidroeléctrica de Palmas.
Además, la Central Hidroeléctrica del Río Lebrija fue la primera del sector en el país creada en alianza nación, departamento y municipio.