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  • Electrificación rural, mejorando la vida de los campesinos
Ya son 72 de los 94 municipios del área de influencia de la Electrificadora de Santander que reciben energía, según cifras de 2018. Rionegro, Curití, Betulia, Barrancabermeja, Albania, Guadalupe, Socorro, Sabana de Torres y Suratá, entre otros, hacen parte de este grupo.
Actualmente, hay unas 11.000 viviendas sin energía eléctrica, de las cuales 2.500 ESSA proyecta atender este año, con una inversión propia de $9.755 millones.

Electrificadora de Santander en los municipios del departamento.

En los últimos diez años, la Empresa Electrificadora de Santander ha iluminado 36.911 viviendas de familias campesinas en los 94 municipios de su área de influencia en Santander, Norte de Santander, Sur de Bolívar y Cesar, lo que representa una cobertura del 95.74%.

Para 2019 tiene una proyección de 2.500 casas más con energía eléctrica, lo que significaría llegar casi a las 40.000 viviendas, lo que conlleva una inversión aproximada de $220.000 millones.

El objetivo del grupo EPM es llegar al 100% de cobertura hacia el 2025, una meta muy ambiciosa aunque el Gobierno Nacional tiene ese mismo propósito para el 2030.

El estimativo actual es que hay unas 11.000 viviendas sin el fluido eléctrico, “el problema es que todos los días se van construyendo nuevas casa y generando más desarrollos, por lo que llegar a esa meta exige un gran esfuerzo, difícil en la dinámica cambiante de la vida”, explica el ingeniero Gilberto Caballero Moreno, profesional del área del Proyecto de Expansión de ESSA.

Para el cumplimiento de este propósito, la Electrificadora de Santander cuenta con dos proyectos claves: Puntas y Colas, que aplica para las viviendas del sector rural que estén a máximo 500 metros del transformador y a máximo 400 metros de las redes de baja tensión existentes, requisito que precisamente le da el particular nombre. El proyecto se cumple con recursos de ESSA.

El segundo es un proyecto con el Fondo de Apoyo Financiero para la Energización en las zonas rurales interconectadas, FAER, y que aplica para las viviendas que requieran la instalación de redes de media y baja tensión y transformadores, con recursos de la empresa y del Ministerio de Minas y Energía.

“En los proyectos FAER, la Empresa Electrificadora de Santander se encarga de la identificación de las viviendas sin servicio, elaboración de diseños, formulación del proyecto con la metodología requerida por la Unidad de Planeación Minero Energética, UPME, y una vez el proyecto tiene recursos por parte de Minminas, ESSA aporta el valor de los transformadores y el dinero para la financiación de la acometida eléctrica a cada uno de los nuevos usuarios. Las administraciones municipales se encargan de los trámites ambientales y la compensación ambiental si es requerida y los usuarios deben gestionar los permisos de paso o servidumbre para la construcción de las redes eléctricas”, explica el ingeniero Caballero Moreno.

Del dicho al hecho

Raúl Humberto Uribe es un agricultor de la vereda El Bosque en jurisdicción de Páramo, en la Provincia Guanentina, quien por varios años fue el viviente en una finca de la región. “Yo vivía de un lado para otro con la familia hasta que logré una casita con la ayuda de la Alcaldía. Nos pasamos y sabíamos que tenía las acometidas pero no había luz y nos tocaba hacer casi que el mercado a diario porque todo se dañaba. Duramos como seis meses haciendo vueltas y esperando que nos instalaran el servicio; la esposa y los hijos ya estaban desesperados porque ni para hacer las tareas había luz”, recuerda.

ESSA, Energía para los municipios de Santander

La cobertura del servicio se incrementó en los últimos diez años en más de un 12%

A comienzos de este año Humberto y su familia recibieron del programa Puntas y Colas el fluido eléctrico para su casita y están gestionando una instalación para un lote donde cultiva café y necesita la luz para poner a funcionar el beneficiadero, que significa una inversión más alta porque el terreno está a unos 600 metros del punto de conexión más cercano, por lo cual no puede favorecerse con el programa de Puntas y Colas.

Al respecto, el ingeniero Caballero Moreno afirma que es una enorme satisfacción llevar la energía a las zonas rurales porque sabe que ese pequeño paso les permite a los campesinos mejorar la calidad de vida y generar iniciativas agroindustriales para aumentar sus ingresos, así como la integración al mundo moderno al tener acceso a los medios de comunicación, la tecnología y, en algunos casos, a Internet.

Todo esto tiene unos costos, en promedio de $20 millones para las zonas más apartadas; actualmente, las inversiones promedio están cercanas a los $12 millones.

Por su parte, Lina Marcela Uribe, habitante de la vereda El Moral también de Páramo, duró cerca de año y medio padeciendo por tener un servicio de energía intermitente ya que contaba con una conexión improvisada desde la vivienda de su papá y gracias al programa de electrificación desde enero todo cambió y mejoró la calidad de vida para ella y su familia.

El Programa Puntas y Colas, ejecutado con recursos de ESSA y el FAER, ha permitido mejorar la calidad de vida de miles de santandereanos y avanzar en el propósito de universalidad del servicio de energía eléctrica para el sector rural.

“El servicio de energía está disponible las 24 horas del día, sin embargo, hay eventualidades que pueden generar discontinuidad en el suministro, debido a las condiciones climáticas, descargas atmosféricas, inestabilidad del terreno y características de la región”, argumenta el ingeniero de ESSA, quien además explica que el suministro para las zonas rurales se toma del sistema interconectado nacional, de donde se abastecen todas las centrales eléctricas del país que en su mayoría corresponde a energía producida por centrales hidráulicas, lo que garantiza un servicio de óptima calidad.

Las familias campesinas que estén interesadas en el beneficio de energía eléctrica no pueden lograrlo si habitan en zonas de reservas forestales o áreas protegidas decretadas por las corporaciones ambientales o el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.