La investigación, como uno de los pilares fundamentales de las funciones misionales en las universidades, evidencia un importante posicionamiento del quehacer regional.En la corta vida de la educación superior en Santander contribuye al desarrollo desde lo formativo hasta las investigaciones aplicadas, por el fuerte componente de apropiación social y de generación de innovación.Esto repercute en la transformación de la vida santandereana, del país y del mundo, hasta donde llegan los resultados de científicos locales, en alianzas internacionales.
La producción regional universitaria en investigación está centrada en cuatro universidades, en 153 grupos de investigación, de los cuales alrededor del 90% son reconocidos por Colciencias, unos 300 semilleros y varias centenas de proyectos de investigación en todas las modalidades. La apuesta, sin embargo, es por la formación integral, tal y como lo asegura el rector de la UIS, Hernán Porras Díaz.
“La universidad es fuente de conocimiento, pero también un agente de cambio que ha asumido el firme propósito de inspirar y formar a profesionales convencidos de su gran compromiso con el desarrollo de la comunidad. Como institución tenemos el reto de continuar fomentando la flexibilidad cognitiva y otras habilidades blandas, que no solo se adquieren en el proceso formal de enseñanza en el aula, sino que requieren de interacción y crecimiento personal más allá de ellas, por lo cual, además de programas académicos de alta calidad, ofrecemos espacios de formación y de encuentro complementarios, donde se puedan desarrollar habilidades de relacionamiento, liderazgo y servicio a la comunidad. Hoy más que nunca resulta muy válida la apuesta institucional por la formación integral, en la que se conjugan las competencias para el aprendizaje, la creatividad y la innovación, y, lo más importante, para la vida misma”, explica.
En este sentido, las universidades santandereanas tiene como reto la articulación cada vez más estrecha con los sectores productivos y sociales, que permitan la apropiación de la ciencia y la tecnología que se produce en los claustros universitarios, hacia mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos del mundo.
Miguel Ángel Hernández Rey, director de Investigaciones de la UNAB, asegura al respecto que generar conocimiento y que ese conocimiento sea útil es hablar de innovación “y las universidades tenemos el deber de ser agentes inductores de innovación, que propendan por el desarrollo con profesionales íntegros, que salgan a ejercer desde renovadas visiones de mundo”.