Con $365 y los pasajes patrocinados por Copetran, el ciclista Alonso Navas corrió en 1951 la primera Vuelta a Colombia en bicicleta. Fueron 1.233 kilómetros en los que participaron 35 pedalistas y Navas finalizó en la posición 16.

Ocho años después de inaugurada la vuelta, el triunfo finalmente llegó a tierra santandereana con Severo Hernández Tarazona, ‘El Verraco’, quien se coronó campeón al ganarle a Martín Emilio ‘Cochise’ Rodríguez. Severo Hernández fue a los Olímpicos de México y a los mundiales de Uruguay.

Para la década de los 70 el ciclismo en Santander entró a su mejor época, ya que en el 73 Santander fue campeón en los 100 kilómetros por equipos durante los Juegos Nacionales que tuvieron lugar en Bucaramanga.

En el 79, Alfonso Flórez Ortiz fue el primer santandereano en ganar la Vuelta a Colombia; también ganó la vuelta a Chile. Finalmente, se coronó campeón del Tour de L’Avenir en Francia, el máximo triunfo de un colombiano en el ciclismo de élite en el mundo, hasta ese momento. Flórez volvió al país y ganó la versión número 83 de Vuelta a Colombia e integró, ese mismo año, el primer equipo nacional en correr el Tour de Francia.

Con esos éxitos en el exterior emergieron también Carlos Emiro Gutiérrez, Gerardo Moncada y Abelardo Rondón, este último considerado en su momento como uno de los mejores gregarios del mundo. También fue el primer colombiano en subirse con su equipo a un podio en el Tour de Francia.

Hernán Buenahora es el ciclista colombiano que más grandes vueltas ha corrido, y Víctor Hugo Peña es el primer ciclista colombiano en portar la camiseta amarilla como líder del Tour de Francia.

Las décadas de los 80 y los 90 también fueron muy buenas para el deporte local con figuras como Hernán Buenahora, Hernán Antolínez, Federico Muñoz, Fredy Moncada y Jaime Mora.

La nueva generación, que corre sin patrocinios ni apoyo, por lo menos no en Santander, también está haciendo historia tanto en representación masculina como femenina con Sergio Andrés Martínez Rueda, María Cristina Plata y Ana Cristina Sanabria.

María Cristina en 2018 fue campeona de la Vuelta a Colombia y tercera en el Campeonato Panamericano contrarreloj. Ganó medalla de oro en los Juegos Suramericanos en contrarreloj y ruta. Ocupó el segundo puesto en la contrarreloj de los Juegos Centroamericanos y fue campeona nacional contrarreloj. Incluso es catalogada hoy como la mejor corredora de Latinoamérica.

20 pedalistas de Santander participaron en los Campeonatos Nacionales de Ruta este año. Sin embargo, solo 15 corrieron por la camiseta del Departamento.

Ana Cristina Sanabria es otra de las deportistas más destacadas de los últimos años. Ella participó en Río 2014; en dos panamericanos y ha sido triple ganadora del Tour Femenino Colombiano. Martha Bayona, igualmente, está haciendo historia y se colgó oro en ciclismo de pista en los Panamericanos de Lima y en 2017 fue subcampeona del mundo.

Los deportistas discapacitados sobre bielas también han llegado lejos. Álvaro Galvis recuerda sus triunfos como si fuera ayer. “El momento más feliz de mi carrera fue cuando obtuve el primer título mundial, algo histórico para el ciclismo santandereano, primer campeón mundial del ciclismo paralímpico en Colombia, y el primer latinoamericano en conseguir un título”, dice. Álvaro Galvis se refiere al título obtenido en los Mundiales en Ruta en Dinamarca 2011, al que le siguieron Estados Unidos en 2014, dos subtítulos mundiales y 20 nacionales.

Su historia es hoy ejemplo de superación en el país. Galvis perdió su pierna tras un cáncer que casi le arrebata la vida en 2007. Sin embargo, era ciclista desde muy joven y su discapacidad no le quitó el sueño de convertirse en campeón mundial. Hoy alienta a las nuevas generaciones de pedalistas.

Los brazos de Moisés Fuentes García valen oro. Sí, literalmente porque se ha colgado más de 10 preseas de oro, plata y bronce gracias a la máquina bien engranada de su torso. Tras sufrir la violencia del país a manos de grupos al margen de la ley, las mismas que le arrebataron a su hermano, Moisés perdió la movilidad de sus piernas tras una ráfaga de seis balas que amenazaron su existencia. Ocurrió el martes 13 de octubre 1992.

“Tras eso inicié un trabajo de rehabilitación y encontré el deporte como base de esa rehabilitación. Hasta el año 95 practiqué baloncesto, luego lo alternaba con la natación”, afirma.

Entre sus victorias más destacadas se encuentran los Paralímpicos de Londres en 2012 con medalla de plata; medalla de oro en el Campeonato Mundial de Montreal, Canadá, en 2013 y el cuarto lugar en el Mundial de Escocia. En 2019 ha participado en los VI juegos Parapanamericanos donde conquistó una medalla de oro, recientemente estuvo en Londres en el Mundial de Natación Paralímpica donde fue plata y hoy se consagra como el deportista paralímpico más grande en la historia del país.

Carlos Serrano Zárate, un joven nadador, le sigue los pasos a este grande y escribe su propia historia. Padece de acondroplastia, una patología que causa enanismo. Su condición lo ha acercado más al deporte y se ha consagrado como uno de los mejores deportistas paralímpicos del mundo con cinco preseas doradas. Seguramente será una de las figuras de Tokio-2020.

Las brazadas de Nelson Crispín también vuelan alto. Con un tiempo de 1:04.91 y récord de campeonato, el santandereano se coronó campeón mundial en la prueba por los 100 metros libre categoría S6 en el evento orbital que se acaba de disputar en Inglaterra.

No solo en natación se ha destacado Santander, también en atletismo paralímpico con figuras como Edwin Rodríguez González. Ser invidente no le ha cegado las metas a este santandereano quien en cada participación deportiva rompe sus propias marcas. En 2014 y tras nueve años de entrenamiento rompió el récord internacional en la prueba de impulsión de bala, categoría F11, registrando 12,26, récord panamericano. Erwin Rodríguez hace parte de los deportistas de alto rendimiento paralímpicos en Santander desde hace 14 años cuando empezó su carrera. Ese mismo año fue campeón nacional en impulsión de bala y lanzamiento de disco.

“En medio de una diligencia en 1999 nos rociaron ácido en el vehículo y yo quedé ciego. A Dios le entregué mi vida y cambió totalmente, aprendí a valorar todo”, afirma.

Este atleta ostenta el título nacional de campeón de impulsión de bala en su modalidad, título que ha defendido durante 14 años consecutivos. Gracias a su carrera deportiva ha participado en torneos en más de 20 países. En los Juegos Parapanamericanos de Lima ganó bronce en lanzamiento de disco e impulsión de bala.

Por Diana León Durán
Especial Vanguardia