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Liderazgo académico en un ecosistema virtual
La academia fue uno de los sectores abanderados en responder de manera inmediata al desconocido virus que irrumpió en la vida de toda la humanidad. Esta es la estrategia de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, UNAB, que la llevó a ser la primera del país en reabrir sus puertas a los estudiantes.
Un par de días fueron suficientes para propiciar cambios radicales en un sistema tradicional como el de la educación, acostumbrado a la presencialidad como factor predominante para establecer el relacionamiento y generar conocimiento, entre otros aspectos. Las universidades tuvieron que enfrentar en tiempo récord un reto sin precedentes, donde en el caso particular de la UNAB se activó el modelo basado en Ambientes Híbridos de Aprendizaje (AHA).
Los AHA permiten una integración armónica de medios, recursos, metodologías y estrategias para favorecer el aprendizaje omnipresente, en espacios sincrónicos y asincrónicos, que se traduce en poder tener interacciones físicas y digitales. De esta forma, la UNAB posibilitó la continuidad académica a una población estudiantil que supera los 6.000 estudiantes y los más de mil trabajadores.
“Aprovechamos el haber sido pioneros en Colombia, 20 años atrás, en la oferta de programas virtuales, reforzamos la capacitación a nuestros profesores en herramientas digitales y, a partir de este primer esfuerzo, hemos continuado el proceso bajo lo que es hoy un proyecto transversal, ‘UNAB Innova’, el cual fue reconocido como una de las mejores experiencias en innovación en educación superior por el Ministerio de Educación Nacional”, expresa Juan Camilo Montoya Bozzi, rector de la UNAB.
La modalidad híbrida, que combina presencialidad, virtualidad y docencia remota, llegó para quedarse y es una oportunidad para que más estudiantes accedan a la educación superior a nivel de pregrado y posgrado.
Esta innovación, referente en el contexto educativo en el país, se ligó a otras acciones para poder dar continuidad al calendario académico, de ahí que la universidad hizo inversiones importantes en la adopción de los protocolos de bioseguridad y en tecnología, adecuando más de 50 salones como aulas de teleclases, lo que permitió ofrecer cierto grado de presencialidad en el segundo semestre de 2020 y lo corrido de este año.
Sin duda, esta coyuntura ha visibilizado el alza en la deserción de estudiantes que, en consecuencia, se comportó a tono con la tendencia que se traía antes de la pandemia, afectada por factores como la reducción del número de estudiantes de bachillerato con título, además de resaltar que la cobertura universitaria en jóvenes de 17 a 23 años, según las cifras más recientes del DANE, es del 52 %, es decir, que uno de cada dos bachilleres ingresa a una universidad.
Frente a esto, la UNAB se articuló en conjunto con otras seis universidades privadas del país, bajo el liderazgo de la Universidad de los Andes, a la campaña “Vamos Pa´lante”, que permitió otorgar ‘becas de rescate’ a estudiantes de los últimos semestres con alto riesgo de deserción, además de liderar otros programas de apoyo como FlexiUNAB Corto, FlexiUNAB Largo y Fondo Solidario.
La UNAB logró derribar los imaginarios de incapacidad de adaptación eficiente y rápida frente a la crisis, “ahora tenemos múltiples oportunidades de ‘internacionalización en casa’, mediante las cuales los estudiantes toman cursos y desarrollan proyectos con profesores y estudiantes de otras universidades del país y el mundo. Estos nuevos mecanismos de intercambio académico y cultural son más accesibles y se seguirán ampliando y profundizando en el futuro”, asegura el Rector Montoya Bozzi.
Educación en cifras
2019 - Colombia
Matrícula total en Educación Superior: 2’396.250 estudiantes, lo que representa 1.8 % respecto a 2018, según el MEN. La tendencia a la deserción no es nueva.
2020 - Bucaramanga
Promedio estudiantes por universidad: 4.792, una cobertura muy por encima del promedio nacional.
Fuente: Observatorio de la Universidad Colombiana.
Al mal tiempo, buenos resultados
Las condiciones de aislamiento llevaron a vivir un desarrollo exigente pero satisfactorio de transformación digital, innovaciones en procesos y digitalización de servicios que antes de la pandemia se ofrecían sólo de forma presencial en la UNAB.
De ahí que la pandemia produjo un comportamiento interesante en la medida en que el número de estudiantes matriculados en programas virtuales creció en comparación con períodos anteriores. En dos años, los estudiantes de programas virtuales de pregrado pasaron de representar un poco más del 10 % a cerca del 20 %, hoy en día.
La robusta implementación tecnológica soporta su oferta académica en las plataformas Learning Management System Canvas A y Moodle, esta última que sostiene TEMA: Tecnología aplicada en la Enseñanza para el Mejoramiento del Aprendizaje, han garantizado 280 salas virtuales 24/7, estrategia que incorporaron 88 % de los programas de pregrado y 65 % de los programas de posgrado.
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