El lío por el nombre
En mayo pasado se conoció la admisión por parte del Consejo de Estado
de una tutela, instaurada por la Gobernación de Santander, que abre
la puerta para que el proyecto turístico del Ecoparque de Floridablanca
pueda inaugurarse con el nombre original de Cerro del Santísimo.
Así lo aseguró el jefe de la Oficina Jurídica de la Gobernación de
Santander, Jorge Céspedes Camacho, quien explicó que la alta corte
decretó (de forma provisional y mientras se pronuncia de fondo sobre
la tutela) la suspensión de los efectos jurídicos de la sentencia
del Tribunal Administrativo de Santander, que ordena cambiar el nombre
del proyecto.
Mientras no haya una nueva decisión judicial que diga lo contrario,
Céspedes Camacho aseguró que “se puede seguir hablando del Cerro
El Santísimo y se pueden adelantar todas las gestiones administrativas
que a bien se tengan”.
¿Qué decidió el Tribunal?
Cabe recordar que el Tribunal Administrativo de Santander ordenó
en febrero de este año, en un fallo de segunda instancia, cambiar
el nombre del proyecto para impedir que tenga una connotación religiosa,
siendo Colombia un estado laico. Además, se ordenó regresar a las
arcas del Departamento los $3 mil 525 millones que fueron aportados
por la Administración Seccional.
El Tribunal Administrativo de Santander, en decisión de segunda instancia,
falló a favor de los denunciantes la acción popular interpuesta por
el abogado Alejandro Alvarado y un grupo de juristas del departamento
que argumentaba que la construcción del Ecoparque Cerro del Santísimo
violaba el principio laico del Estado.
La determinación, que se conoció tres años después de iniciado el
pleito, revocó la decisión de primera instancia y señaló que con
la construcción del Cristo de 33 metros la Gobernación de Santander
desconoció la obligación constitucional que tienen los entes estatales
de mantenerse neutrales frente a las manifestaciones religiosas,
y estableció que vulneró los principios de moralidad administrativa
y función pública.
En este sentido, el Tribunal ordenó a la Corporación Panachi, administradora
del proyecto, devolver a las arcas del departamento los $3.525 millones
que costó la escultura.
Ese dinero deberá pagarse “con el 30% de los ingresos percibidos
por la entrada del público” en periodos trimestrales.
Adicionalmente, el administrador de justicia, que emitió la decisión
con ponencia de la magistrada Solange Blanco, ordenó a la Gobernación
de Santander cambiar el nombre del proyecto turístico por considerar
que el término ‘Santísimo’ está “intimamente unido a una corriente
religiosa”.
“Deben buscarse palabras que vinculadas con el proyecto turístico
no den un tratamiento preferente a ese o a otro credo en particular”,
reza un aparte del fallo.
Sin embargo, las consideraciones del Tribunal Administrativo de Santander
fueron más y se le ordenó a la administración de Richard Aguilar
Villa abstenerse de realizar cualquier acto público en el proyecto,
así como inaugurarlo hasta tanto no se cumpla con el cambio de nombre
y se realicen todos los trámites para que se restituya el dinero
al departamento.
Los argumentos
Dentro de las consideraciones que se tuvieron en cuenta para emitir
el fallo definitivo en el proceso contra el Cerro del Santísimo,
estuvieron el reconocimiento de la escultura como la representación
de la figura de un Cristo y las consecuencias que se derivan de esa
destinación de recursos.
Aunque en diferentes procesos que se habían adelantado contra el
Santísimo, incluso uno emitido por la Corte Constitucional la semana
pasada, se habló de que la escultura obedecía a una interpretación
de un “ser superior por parte el artista”, el Tribunal señaló que
no es así.
Precisamente y aunque la Gobernación de Santander también había asegurado
que ‘Santísimo’ era el acrónimo de ‘Sant’ que significaba Santander
e ísimo, que era el superlativo, por lo que el nombre se entendía
como ‘Santandereanísimo’, en el fallo de segunda instancia se determinó
que la figura es religiosa.
Para llegar a esa conclusión, el Tribunal utilizó la definición oficial
de Santísimo que significa ‘Cristo en la Eucaristía’, tomó como referencia
la hoja de vida del escultor Juan José Cobos, quien se especializa
en obras de arte católicas y explicó que “desde su génesis” el proyecto
estuvo pensado para hacer un monumento a Cristo, lo que desvirtuó
el carácter de universalidad de la obra, otro de los argumentos de
la Gobernación.
“(Escoger a Cristo) altera la convivencia respetuosa y la igualdad
de derecho de todas las religiones que debe prohijar el Estado”,
señala el fallo.
Aunque en el fallo de primera instancia, el juez consideró que el
monumento era una obra secundaria del complejo turístico, para el
Tribunal esa apreciación se aleja de la realidad en vista de que
desde el nombre hasta la estructuración del parque está enfocado
en la escultura religiosa, que es la principal atracción.
En este sentido, el administrador de justicia también consideró que
se violó el derecho a la moralidad administrativa y cuestionó el
hecho de que a través de “referencias escuetas” la Gobernación de
Santander “tratara de negar lo evidente” y es que la figura es un
Cristo.
En el fallo también se determinó que se violó el derecho colectivo
a la defensa del patrimonio público, en vista de que aunque el proceso
contractual cumplió todos los requisitos de ley, la escultura no
podía ser construida con recursos del Estado por favorecer a una
religión en particular.
El Tribunal compulsó copias a la Fiscalía y la Procuraduría para
que investiguen las posibles faltas en las que incurrieron servidores
públicos con esta contratación.
“Construir El Santísimo le cambia la vida a cualquiera”
El creador del
monumento, que aún se debate en el Consejo de Estado sobre sí debe
o no cambiar su nombre, habla sobre cada detalle de la realización
de la obra y cómo hacerla afectó su visión y su traquilidad. Pero
hacer una escultura de este tamaño sin duda cambia la percepción
de la vida.
Por: Paola Patiño
ppatino@vanguardia.com
Bustos, esculturas a medio acabar, otras terminadas, grandes cuadros,
bocetos, música clásica y espacios muy amplios rodean el día a día
de Juan José Cobos, arquitecto y escultor bumangués, quien ha sido
reconocido en la región, además de su arte, por la polémica obra
que realizó para la Gobernación de Santander, el monumento del Ecoparque
El Santísimo.
Aunque en su hoja de vida figuran diversas esculturas como ‘El Señor
de los milagros de Onzaga’, ‘La virgen del Carmen de Pescadero’,
trabajos en Panachi y muchos más realizados a privados, el más reciente,
El Santísimo, asegura que no solo le quitó el sueño durante los dos
años que duró haciéndolo, sino también en parte su visión, que debido
al estrés generado en este tiempo, lo tiene en exámenes, inyecciones
y, por unos meses, en descanso.
Además, el escultor santandereano se vio envuelto en la tutela interpuesta
en el 2013 contra el monumento, la cual fue fallada por el Tribunal
Administrativo de Santander a favor de los demandantes, y que obligaba
a cambiar el nombre de la estructura y devolver el dinero invertido
en su construcción, pues según el tribunal, la obra por su connotación
religiosa no podía ser financiada con dinero de regalías. Pese a
esto, la decisión fue suspendida como medida cautelar por el Consejo
de Estado, y Cobos se prepara para la inauguración de su majestuosa
obra, de la altura de un edificio de 13 pisos (33 metros) el próximo
20 de junio.
¿Cómo terminó
construyendo El Santísimo?
La Gobernación invitó a varios artistas y nos dicen que hagamos una
propuesta sobre una deidad, de algo muy espiritual. Cada uno hace
su diseño: con maquetas, presupuesto, etc y pues salgo escogido.
Tras esto arrancamos diseños en 2013, el proceso duró un año, porque
se miraba si el dedo iba de una forma u otra, material, carga estructural.
En todo este tiempo el diseño fue evolucionando y se hicieron más
de nueve maquetas de la figura, de la pose, del gesto.
¿Quién tomaba la decisión final del diseño?
Pues daban sugerencias, pero la decisión final siempre era mía.
¿Cuántas personas participaron en ese proceso de diseño?
...Hay un equipo de trabajo gigante dirigido por Patricia Roa, mi
mamá, encargada de la parte técnica y estructural del monumento,
con los mejores ingenieros del departamento. Estuvo también la empresa
que realizaba toda la estructura interna, que es totalmente metálica,
como un edificio que lo mantiene.
También vino gente de Canadá a trabajar escáner láser, calculistas,
porque hay que coordinar la parte estética con la funcional… después
de esto comenzamos ya a trabajar en el monumento acá en Piedecuesta...
trabajamos en más de cuatro bodegas por el tamaño de las piezas.
Cada 15 días se hacían presentaciones para mostrar cómo iba la estructura.
¿Cómo fue el montaje?
En julio subimos con las piezas al cerro, que fue una tarea titánica,
porque la vía es muy pequeña… subieron tres viajes de cuatro camiones
cada día.
En enero comenzó la instalación con mega grúas. Duró como un mes
el montaje de las nueve piezas que componen El Santísimo. Hubo muchos
sustos, por el trabajo de altura de las personas, el trabajo de las
cargas, pero también mucha satisfacción.
Se instalaron cuatro pararrayos en la mano y cabeza. Ya de hecho
creo le han caído dos rayos. Ya tembló muy duro en marzo… El Santísimo
protegió a Bucaramanga del temblor (dice entre risas Cobos)
¿Qué sintió cuando acabó la obra?
(Risas) ¡Yo no he terminado El Santísimo! No mentiras sí, pero mentalmente
no lo hago hasta después de la inauguración. Hasta el último día
que se ve completo uno no descansa y dice, uff sí quedó como era…
¿En qué se inspiró sino fue en Jesucristo?
La inspiración son iconografías de referentes de deidades.
¿Cómo cuáles?
Si tu miras algunas teologías por lo menos 10 Mesías están basados
en que nace un 24 de diciembre, de una virgen, que andaba con 12
apóstoles, que resucita al tercer día… entonces tuve que hacer un
estudio amplio durante la primera etapa del proyecto. Por ejemplo,
Cristo está basado en la iconografía de zeús… entonces tienen poses
y gestos muy similares. La inspiración es un estudio sobre todas
esas deidades. También hay mucha inspiración propia… de las estéticas
que me gustan del arte.
¿Cómo impactó El Santísimo en su vida, en su salud?
El Santísimo le cambia la vida a cualquiera. Yo estuve enfrentándome
a él durante dos años, viéndolo a la cara… entonces uno colapsa un
poco mentalmente, en que solo era El Santísimo. Yo dejé todo a un
lado (…)
Las manos de escultor son duras y heridas. Yo me corto todos los
días y haciendo este colosal monumento, tuvimos heridas en los brazos;
en la visión tengo problemas, estoy un poco delicado.
¿Qué le pasó a su visión?
Derivado del estrés y el esfuerzo, al parecer de El Santísimo (suspira),
con el ojo derecho, por ejemplo, te ve la cara más larga y con el
otro te la veo bien. Deforma las líneas. Ya se me está manifestando
en los dos ojos. Pero bueno, estamos haciendo los correctivos.
¿Eso perjudica su labor?
Claro, “paila”, porque estoy viendo distinto (...) Ya me he hecho
tratamiento con inyecciones en los ojos y ahora tengo que tomar un
par de meses sabáticos.
Sobre las tutelas contra El Santísimo, ¿cómo fue esa lucha
legal?
Es incómodo para uno como artista que esté haciendo algo con todo
el empeño y la buena intención … y que los santandereanos comencemos
a ver cómo le ponemos la zancadilla, cómo cae, en vez de impulsar
esto que es bueno para el departamento…
Yo creo que el tema es más político que religioso. Es una sociedad
cristiana casi en el 98%, entonces les va tocar acabar todo: la iluminación
navideña... los festivos, hasta el himno nacional … no tiene sentido
… a nadie se está discriminando…
Sí es verdad, hay necesidades básicas, que todo el Estado debe suplir,
pero la cultura en Colombia es una de las que hacen falta…hay un
tema político del que prefiero no hablar.
¿Si lo llamaran a hacer otro monumento de este tamaño, lo haría?
Ya me llamaron para dos iguales de grandes.
¿Quién, en dónde?
No puedo contar. Es en Colombia, otro departamento, y les dije que
primero les cobraba el triple, porque ya sé el mierdero que es. Pero
no, ya los convencí de hacer otro más heróico, más épico.
¿Y usted cree en santos, en Dios?
Siguiente pregunta (risas) es muy relativo, yo sí creo en la energía,
en que hay algo más grande que nosotros y de lo que todos somos parte.
Pero El Santísimo renovó muchas cosas en mí, porque reactivó esa
búsqueda de esa deidad.
¿Y la encontró, logró El Santísimo volverlo fervoroso?
El Santísimo ha hecho muchos milagros (risas) al enfrentarse a algo
de esas magnitudes, que es colosal, uno se da cuenta de su tamaño,
de sus limitaciones…
¿Por qué visitar Ecoparque Cerro del Santísimo?
* Texto suministrado por Ecoparque Cerro del Santísimo.
Santander se ha posicionado como una región atractiva para el turismo
nacional e internacional, principalmente alrededor del turismo de
aventura, pero con el gran desafío de extender su oferta, gracias
a su riqueza geográfica, cultural, histórica y natural.
Con el apoyo de la Gobernación de Santander y la Corporación Parque
Nacional del Chicamocha abre sus puertas a Floridablanca, al país
y al mundo el Ecoparque Cerro del Santísimo, un proyecto hecho realidad.
El Ecoparque representa una importante alianza entre el sector público
y privado del departamento.
Este nuevo atractivo turístico se encuentra situado sobre el cerro
de la vereda Helechales de Floridablanca, a 15 minutos del perímetro
urbano de este municipio de Santander. Para llegar al Ecoparque se
debe tomar la vía que conduce a la Hacienda La Esperanza, Antigua
sede de la primera Cervecería, que hubo en el país. Este es el abrebocas
del Ecoparque; un lugar con 125 años de historia arquitectónica y
de gran riqueza en fauna y flora de nuestra región.
A su llegada los turistas pueden degustar los mejores platos típicos
de nuestra región en el restaurante Puerta del Sol, situado en la
casona. Este lugar hizo parte de la infraestructura de la antigua
Cervería Clausen y fue restaurada y acondicionada conservando su
misma esencia para el disfrute de todos los visitantes quienes podrán
encontrar allí, un poco más de su historia.
La Hacienda Esperanza también cuenta con un Café-bar, auditorio
con capacidad para 1000 personas, Hotel Ecoturístico con capacidad
para 30 habitaciones, cinco locales comerciales y parqueadero con
capacidad para 300 vehículos.
La Esperanza igualmente hace las veces de estación pues es allí donde
se toma el teleférico para llegar al Cerro del Santísimo, en un recorrido
de aproximadamente cinco minutos. Este cable aéreo tiene capacidad
para desplazar mil personas por hora en un recorrido de 1380 metros.
El Teleférico del Ecoparque Cerro del Santísimo al igual que el del
Parque Nacional del Chicamocha, es un sistema de transporte totalmente
amigable con el medio ambiente ya que el bosque no fue intervenido,
pues en su recorrido, sólo se ubicaron las pilonas para sostener
el cable.
A su llegada en la parte alta de la montaña, los visitantes encontrarán
la plaza principal que cuenta con un área urbanizada de 36.500 metros
cuadrados, una plazoleta de espectáculos para 3.000 personas, nueve
locales comerciales en la parte alta en donde los turistas podrán
adquirir souvenirs del Santísimo y de Santander, además de degustar
los deliciosos dulces que caracterizan a Floridablanca, postres,
helados, comidas rápidas y demás golosinas. Por supuesto también
estará el restaurante principal, Menzuly Mitos y Leyendas, con una
versión gourmet de nuestra comida santandereana.
En la parte baja, se encuentra otro ingreso al Ecoparque, con un
parqueadero con capacidad para 150 vehículos, al cual pueden acceder
los turistas que por algún motivo de salud, no puedan tomar el teleférico.
Contiguo a la entrada se encuentran tres locales que han sido destinados
para la comunidad de las veredas contiguas al proyecto, en donde
los lugareños podrán vender plantas, frutas, comestibles y artesanías
producidas por ellos mismos.
El Santísimo
Este gran proyecto rodeado de naturaleza y de una infraestructura
acorde al entorno ecológico del lugar, tiene como principal atractivo
El Santísimo, una escultura artística de gran dimensión, un monumento
con 33 metros de alto y con un peso de 30 toneladas, posado sobre
un espejo de agua y detrás de él, una estructura tríptica con dos
ascensores panorámicos y una escalera, que en su recorrido llegan
a una altura de 40 metros.
Allí los turistas tienen acceso al mirador principal desde donde
se puede contemplar la mejor panorámica para disfrutar una completa
vista de los cuatro municipios que conforman el área metropolitana:
Girón, Piedecuesta, Floridablanca y Bucaramanga.
El Santísimo tiene en su interior una estructura de metal sismorresistenteque
lo protege también de los fuertes vientos, con capacidad para sostener
un edificio de 15 pisos aproximadamente.
Esta escultura fue diseñada por el maestro santandereano Juan José
Cobos, Arquitecto egresado de la Universidad Santo Tomás, con formación
en escultura y dibujo del siglo XIX en Florencia, Italia quien luego
estudió en California con el escultor Richard MacDonald.
“El Santísimo se inspira en la representación de un ser superior,
para cualquiera de nosotros, libre de nacionalidad, credo o raza,
el santísimo se iza como el señor de la paz para los colombianos
y santandereanos, y el mundo, en gesto de benevolencia, eternidad,
bondad y recogimiento, mostrando su humanidad en anatomías y drapeados
observa al área metropolitana y al espectador a punto de hablar para
quien quiera escuchar su mensaje de tolerancia y paz.”
En el proceso de creación e instalación de El Santísimo el artista
se tomó tres años. Junto a él estuvo un equipo interdisciplinario
conformado por ingenieros civiles, calculistas, arquitectos y ayudantes,
quienes también aportaron sus importantes conocimientos para crear
esta obra de arte con los estándares de calidad y seguridad necesarios
para este tipo de proyectos.
Este nuevo atractivo será el gran impulsador del turismo para el
área metropolitana y está enmarcado dentro de la estrategia de desarrollo
del Departamento, como parte de los tres ejes del turismo de Santander:
Parque Nacional del Chicamocha, Hidrosogamoso y Ecoparque. En poco
tiempo, Santander será el destino turístico de talla mundial más
llamativo de Colombia y de todos nosotros depende que se logre.
Desarrollo Social
Floridablanca resulta afortunada. La Gobernación de Santander y
la Corporación Parque Nacional del Chicamocha la eligieron entre
87 municipios del departamento, para crear uno de los proyectos
turísticos más importantes del país. El proyecto generó 500 empleos
directos en su etapa de construcción y 200 en funcionamiento, al
tiempo que promueve la activación en los demás sectores, ya que la
cadena productiva del turismo es bastante extensa. Transporte, restaurantes,
hoteles, hostales, centros comerciales, almacenes, droguerías, tiendas
y el comercio en general, se verán favorecidos con la apertura del
Ecoparque, ya que está demostrado que un proyecto turístico exitoso,
atrae visitantes e inversionistas interesados en el destino.
En la etapa de construcción del Ecoparque se realizaron varias capacitaciones
gracias a un programa diseñado por la Cámara de Comercio de Bucaramanga
y la Corporación Parque Nacional del Chicamocha. Inicialmente 60
personas se certificaron en Servicio al Cliente, inglés básico y
Finanzas. Actualmente 150 personas más, habitantes de cuatro veredas
aledañas al Ecoparque Cerro del Santísimo, con esfuerzo y sacrificio
están tomando 120 horas de capacitación para obtener su certificación.
Estas 210 personas son las primeras que se han tenido en cuenta para
aplicar a los diferentes cargos en el Ecoparque Cerro del Santísimo
y en quienes recae la responsabilidad de atender y dar la bienvenida
a los miles de turistas que empezarán a llegar a Santander, interesados
en este nuevo atractivo turístico.
Los santísimos culpables
* Alejandro Alvarado Bedoya, abogado que instauró demanda.
Dando la espalda a los problemas de Santander, Richard Aguilar decidió
invertir 58 mil millones de pesos en un Cristo de 33 metros de alto.
Y aunque a los opositores de la megalómana obra nos llamen enemigos
del desarrollo, es importante que sepan las principales razones que
motivan nuestra posición:
1) El Ecoparque será administrado
por Corporación Panachi, entidad que se queda con las utilidades
y no paga un peso por los beneficios económicos que recibe, dicha
entidad se administra de forma autónoma e invierte recursos a su
arbitrio, su exdirector. Carlos Fernando Sánchez, ahora apalanca
su candidatura con obras que fueron construidas por el Departamento,
él solo fue administrador de una Corporación.
2) Existe un deber constitucional de preservar la laicidad estatal,
prohibiendo a los gobernantes favorecer algún culto o religión en
concreto, en este caso se trata de la iglesia Católica, “El Santísimo”
es un Cristo, y aunque nos parezca normal, es una obra que viola
una multitud de principios y valores constitucionales.
3) Existen cuestionamientos medioambientales que siguen en duda,
pues la CDMB que es la autoridad ambiental del Departamento es socia
del proyecto, siendo juez y parte sus estudios no son creíbles, el
Ecoparque se encuentra en una región especialmente sensible al impacto
ambiental y recibe especies de aves migratorias que verían afectado
su ciclo natural de vida.
“El Santísimo” repite los errores del Parque Nacional del Chicamocha,
y del Acuaparque Nacional del Chicamocha, pues van más de 100 mil
millones de pesos invertidos y el Departamento de Santander no ha
recibido utilidad alguna, el responsable de este mal negocio es Hugo
Aguilar y Richard Aguilar.
Por supuesto, para los contratistas sí ha resultado muy bien este
proyecto, pues Ecoparque hasta la fecha le ha costado al país 58
mil millones de pesos. Ante las evidentes irregularidades el Tribunal
Administrativo de Santander nos dio la razón, efectivamente la Administración
Departamental violó la moralidad administrativa y el patrimonio público,
aunque la plata y el poder ha dado para todo, ahora estamos a espera
de la decisión del Consejo de Estado, escenario judicial donde esperamos
reiterar la protección de los derechos de todos los santandereanos
en esta lucha constante contra la falta de toda honestidad en el
manejo de lo público.
Hace pocos días se conoció la noticia de la decisión del Consejo
de Estado, como medida cautelar en el trámite de una acción de tutela,
de suspender el fallo del Tribunal Administrativo de Santander que
ordenaba al departamento cambiar el nombre del monumento ‘El Santísimo’
y devolver el dinero invertido en su construcción, por cuanto, según
el fallo, la obra por su connotación religiosa no podía ser financiada
con dinero de regalías.
La decisión del Consejo de Estado se suma a varios pronunciamientos
en distintas instancias que han intentado detener la construcción
de El Santísimo, bajo diferentes argumentos. No obstante ninguno
frenó el proyecto y hoy la medida cautelar otorgada en el Consejo
de Estado da vía libre a que se inaugure la obra el próximo 20 de
junio.
Aunque aún está pendiente una decisión de fondo, la realidad es que
el monumento de El Santísimo está prácticamente listo y no tiene
sentido que la Justicia se siga desgastando en algo que ya no tiene
reversa. ¿O acaso podrá ordenar un fallo que se desbarate lo
que ya se construyó? Una vez más la mora judicial y los tiempos
absurdos de la administración de Justicia no dan respuesta a los
requerimientos de una sociedad en los tiempos que esta lo necesita.
Discutir, por ejemplo si se debe llamar o no ‘Santísimo’ ya no tiene
sentido, pues aunque en el papel se cambie, todos lo llamarán así
por la costumbre.
Así que lo hecho, hecho está, y lo que viene ahora es la necesidad
de que se garantice que la multimillonaria inversión de los recursos
de las regalías, que superó los $60 mil millones, que se destinaron
para este proyecto genere los dividendos esperados y que estos se
reinviertan en el bienestar del departamento.
Es una apuesta muy grande la que hizo la Gobernación con la construcción
de esta obra, pues le dio prioridad a un proyecto turístico por encima
de necesidades clave de la región como la inversión en vías o en
estructura hospitalaria. Así que lo único que queda es que este proyecto
salga adelante y multiplique su inversión en crecimiento para el
departamento y mejora en la vida de sus habitantes.
Además, el gobierno departamental tiene la obligación de garantizar
ahora que la puesta en marcha de este proyecto no generará perjuicios
en la comunidad. Por eso es necesario, por ejemplo, que exista un
plan de manejo vial del sector que no permita que la ya colapsada
movilidad del área metropolitana empeore con la masiva afluencia
de visitantes que llegarán a El Santísimo.
Igualmente, es responsabilidad del gobierno departamental y de la
Corporación Panachi, que administrará el proyecto, garantizar la
protección del medio ambiente, pues en el sector donde está ubicado
existen afluentes hídricos y una zona de reserva natural que debe
conservarse.
* Editorial publicado el pasado 27 de mayo en Vanguardia Liberal