Se inaugura uno de los proyectos más polémicos en Santander. Defensores y detractores presentan sus argumentos sobre este Eco Parque y su escultura, que tiene aún procesos judiciales.
¿Se podrá llamar El Santísimo?
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El lío por el nombre

En mayo pasado se conoció la admisión por parte del Consejo de Estado de una tutela, instaurada por la Gobernación de Santander, que abre la puerta para que el proyecto turístico del Ecoparque de Floridablanca pueda inaugurarse con el nombre original de Cerro del Santísimo.
Así lo aseguró el jefe de la Oficina Jurídica de la Gobernación de Santander, Jorge Céspedes Camacho, quien explicó que la alta corte decretó (de forma provisional y mientras se pronuncia de fondo sobre la tutela) la suspensión de los efectos jurídicos de la sentencia del Tribunal Administrativo de Santander, que ordena cambiar el nombre del proyecto.
Mientras no haya una nueva decisión judicial que diga lo contrario, Céspedes Camacho aseguró que “se puede seguir hablando del Cerro El Santísimo y se pueden adelantar todas las gestiones administrativas que a bien se tengan”.

¿Qué decidió el Tribunal?

Cabe recordar que el Tribunal Administrativo de Santander ordenó en febrero de este año, en un fallo de segunda instancia, cambiar el nombre del proyecto para impedir que tenga una connotación religiosa, siendo Colombia un estado laico. Además, se ordenó regresar a las arcas del Departamento los $3 mil 525 millones que fueron aportados por la Administración Seccional.
El Tribunal Administrativo de Santander, en decisión de segunda instancia, falló a favor de los denunciantes la acción popular interpuesta por el abogado Alejandro Alvarado y un grupo de juristas del departamento que argumentaba que la construcción del Ecoparque Cerro del Santísimo violaba el principio laico del Estado.

La determinación, que se conoció tres años después de iniciado el pleito, revocó la decisión de primera instancia y señaló que con la construcción del Cristo de 33 metros la Gobernación de Santander desconoció la obligación constitucional que tienen los entes estatales de mantenerse neutrales frente a las manifestaciones religiosas, y estableció que vulneró los principios de moralidad administrativa y función pública.

En este sentido, el Tribunal ordenó a la Corporación Panachi, administradora del proyecto, devolver a las arcas del departamento los $3.525 millones que costó la escultura.

Ese dinero deberá pagarse “con el 30% de los ingresos percibidos por la entrada del público” en periodos trimestrales.

Adicionalmente, el administrador de justicia, que emitió la decisión con ponencia de la magistrada Solange Blanco, ordenó a la Gobernación de Santander cambiar el nombre del proyecto turístico por considerar que el término ‘Santísimo’ está “intimamente unido a una corriente religiosa”.
“Deben buscarse palabras que vinculadas con el proyecto turístico no den un tratamiento preferente a ese o a otro credo en particular”, reza un aparte del fallo.

Sin embargo, las consideraciones del Tribunal Administrativo de Santander fueron más y se le ordenó a la administración de Richard Aguilar Villa abstenerse de realizar cualquier acto público en el proyecto, así como inaugurarlo hasta tanto no se cumpla con el cambio de nombre y se realicen todos los trámites para que se restituya el dinero al departamento.

Los argumentos

Dentro de las consideraciones que se tuvieron en cuenta para emitir el fallo definitivo en el proceso contra el Cerro del Santísimo, estuvieron el reconocimiento de la escultura como la representación de la figura de un Cristo y las consecuencias que se derivan de esa destinación de recursos.
Aunque en diferentes procesos que se habían adelantado contra el Santísimo, incluso uno emitido por la Corte Constitucional la semana pasada, se habló de que la escultura obedecía a una interpretación de un “ser superior por parte el artista”, el Tribunal señaló que no es así.
Precisamente y aunque la Gobernación de Santander también había asegurado que ‘Santísimo’ era el acrónimo de ‘Sant’ que significaba Santander e ísimo, que era el superlativo, por lo que el nombre se entendía como ‘Santandereanísimo’, en el fallo de segunda instancia se determinó que la figura es religiosa.

Para llegar a esa conclusión, el Tribunal utilizó la definición oficial de Santísimo que significa ‘Cristo en la Eucaristía’, tomó como referencia la hoja de vida del escultor Juan José Cobos, quien se especializa en obras de arte católicas y explicó que “desde su génesis” el proyecto estuvo pensado para hacer un monumento a Cristo, lo que desvirtuó el carácter de universalidad de la obra, otro de los argumentos de la Gobernación.

“(Escoger a Cristo) altera la convivencia respetuosa y la igualdad de derecho de todas las religiones que debe prohijar el Estado”, señala el fallo.

Aunque en el fallo de primera instancia, el juez consideró que el monumento era una obra secundaria del complejo turístico, para el Tribunal esa apreciación se aleja de la realidad en vista de que desde el nombre hasta la estructuración del parque está enfocado en la escultura religiosa, que es la principal atracción.

En este sentido, el administrador de justicia también consideró que se violó el derecho a la moralidad administrativa y cuestionó el hecho de que a través de “referencias escuetas” la Gobernación de Santander “tratara de negar lo evidente” y es que la figura es un Cristo.

En el fallo también se determinó que se violó el derecho colectivo a la defensa del patrimonio público, en vista de que aunque el proceso contractual cumplió todos los requisitos de ley, la escultura no podía ser construida con recursos del Estado por favorecer a una religión en particular.

El Tribunal compulsó copias a la Fiscalía y la Procuraduría para que investiguen las posibles faltas en las que incurrieron servidores públicos con esta contratación.

‘El vía crucis’ de construirlo
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“Construir El Santísimo le cambia la vida a cualquiera”

El creador del monumento, que aún se debate en el Consejo de Estado sobre sí debe o no cambiar su nombre, habla sobre cada detalle de la realización de la obra y cómo hacerla afectó su visión y su traquilidad. Pero hacer una escultura de este tamaño sin duda cambia la percepción de la vida.

Por: Paola Patiño
ppatino@vanguardia.com

Bustos, esculturas a medio acabar, otras terminadas, grandes cuadros, bocetos, música clásica y espacios muy amplios rodean el día a día de Juan José Cobos, arquitecto y escultor bumangués, quien ha sido reconocido en la región, además de su arte, por la polémica obra que realizó para la Gobernación de Santander, el monumento del Ecoparque El Santísimo.

Aunque en su hoja de vida figuran diversas esculturas como ‘El Señor de los milagros de Onzaga’, ‘La virgen del Carmen de Pescadero’, trabajos en Panachi y muchos más realizados a privados, el más reciente, El Santísimo, asegura que no solo le quitó el sueño durante los dos años que duró haciéndolo, sino también en parte su visión, que debido al estrés generado en este tiempo, lo tiene en exámenes, inyecciones y, por unos meses, en descanso.

Además, el escultor santandereano se vio envuelto en la tutela interpuesta en el 2013 contra el monumento, la cual fue fallada por el Tribunal Administrativo de Santander a favor de los demandantes, y que obligaba a cambiar el nombre de la estructura y  devolver el dinero invertido en su construcción, pues según el tribunal, la obra por su connotación religiosa no podía ser financiada con dinero de regalías. Pese a esto, la decisión fue suspendida como medida cautelar por el Consejo de Estado, y Cobos se prepara para la inauguración de su majestuosa obra, de la altura de un edificio de 13 pisos (33 metros) el próximo 20 de junio.

¿Cómo terminó construyendo El Santísimo?
La Gobernación invitó a varios artistas y nos dicen que hagamos una propuesta sobre una deidad, de algo muy espiritual. Cada uno hace su diseño: con maquetas, presupuesto, etc y pues salgo escogido. Tras esto arrancamos diseños en 2013, el proceso duró un año, porque se miraba si el dedo iba de una forma u otra, material, carga estructural. En todo este tiempo el diseño fue evolucionando y se hicieron más de nueve maquetas de la figura, de la pose, del gesto.

¿Quién tomaba la decisión final del diseño?
Pues daban sugerencias, pero la decisión final siempre era mía.

¿Cuántas personas participaron en ese proceso de diseño?
...Hay un equipo de trabajo gigante dirigido por Patricia Roa, mi mamá, encargada de la parte técnica y estructural del monumento, con los mejores ingenieros del departamento. Estuvo también la empresa que realizaba toda la estructura interna, que es totalmente metálica, como un edificio que lo mantiene.
También vino gente de Canadá a trabajar escáner láser, calculistas, porque hay que coordinar la parte estética con la funcional… después de esto comenzamos ya a trabajar en el monumento acá en Piedecuesta... trabajamos en más de cuatro bodegas por el tamaño de las piezas. Cada 15 días se hacían presentaciones para mostrar cómo iba la estructura.

¿Cómo fue el montaje?
En julio subimos con las piezas al cerro, que fue una tarea titánica, porque la vía es muy pequeña… subieron tres viajes de cuatro camiones cada día.
En enero comenzó la instalación con mega grúas. Duró como un mes el montaje de las nueve piezas que componen El Santísimo. Hubo muchos sustos, por el trabajo de altura de las personas, el trabajo de las cargas, pero también mucha satisfacción.
Se instalaron cuatro pararrayos en la mano y cabeza. Ya de hecho creo le han caído dos rayos. Ya tembló muy duro en marzo… El Santísimo protegió a Bucaramanga del temblor (dice entre risas Cobos)

¿Qué sintió cuando acabó la obra?
(Risas) ¡Yo no he terminado El Santísimo! No mentiras sí, pero mentalmente no lo hago hasta después de la inauguración. Hasta el último día que se ve completo uno no descansa y dice, uff sí quedó como era…

¿En qué se inspiró sino fue en Jesucristo?
La inspiración son iconografías de referentes de deidades.

¿Cómo cuáles?
Si tu miras algunas teologías por lo menos 10 Mesías están basados en que nace un 24 de diciembre, de una virgen, que andaba con 12 apóstoles, que resucita al tercer día… entonces tuve que hacer un estudio amplio durante la primera etapa del proyecto. Por ejemplo, Cristo está basado en la iconografía de zeús… entonces tienen poses y gestos muy similares. La inspiración es un estudio sobre todas esas deidades. También hay mucha inspiración propia… de las estéticas que me gustan del arte.

¿Cómo impactó El Santísimo en su vida, en su salud?
El Santísimo le cambia la vida a cualquiera. Yo estuve enfrentándome a él durante dos años, viéndolo a la cara… entonces uno colapsa un poco mentalmente, en que solo era El Santísimo. Yo dejé todo a un lado (…)
Las manos de escultor son duras y heridas. Yo me corto todos los días y haciendo este colosal monumento, tuvimos heridas en los brazos; en la visión tengo problemas, estoy un poco delicado.

¿Qué le pasó a su visión?
Derivado del estrés y el esfuerzo, al parecer de El Santísimo (suspira), con el ojo derecho, por ejemplo, te ve la cara más larga y con el otro te la veo bien. Deforma las líneas. Ya se me está manifestando en los dos ojos. Pero bueno, estamos haciendo los correctivos.

¿Eso perjudica su labor?
Claro, “paila”, porque estoy viendo distinto (...) Ya me he hecho tratamiento con inyecciones en los ojos y ahora tengo que tomar un par de meses sabáticos.

Sobre las tutelas contra El Santísimo, ¿cómo fue esa lucha legal?
Es incómodo para uno como artista que esté haciendo algo con todo el empeño y la buena intención … y que los santandereanos comencemos a ver cómo le ponemos la zancadilla, cómo cae, en vez de impulsar esto que es bueno para el departamento…

Yo creo que el tema es más político que religioso. Es una sociedad cristiana casi en el 98%, entonces les va tocar acabar todo: la iluminación navideña... los festivos, hasta el himno nacional … no tiene sentido … a nadie se está discriminando…

Sí es verdad, hay necesidades básicas, que todo el Estado debe suplir, pero la cultura en Colombia es una de las que hacen falta…hay un tema político del que prefiero no hablar.

¿Si lo llamaran a hacer otro monumento de este tamaño, lo haría?
Ya me llamaron para dos iguales de grandes.

¿Quién, en dónde?
No puedo contar. Es en Colombia, otro departamento, y les dije que primero les cobraba el triple, porque ya sé el mierdero que es. Pero no, ya los convencí de hacer otro más heróico, más épico.

¿Y usted cree en santos, en Dios?
Siguiente pregunta (risas) es muy relativo, yo sí creo  en la energía, en que hay algo más grande que nosotros y de lo que todos somos parte. Pero El Santísimo renovó muchas cosas en mí, porque reactivó esa búsqueda de esa deidad.

¿Y la encontró, logró El Santísimo volverlo fervoroso?
El Santísimo ha hecho muchos milagros (risas) al enfrentarse a algo de esas magnitudes, que es colosal, uno se da cuenta de su tamaño, de sus limitaciones…

Opinión a favor
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¿Por qué visitar Ecoparque Cerro del Santísimo?

* Texto suministrado por Ecoparque Cerro del Santísimo.

Santander se ha posicionado como una región atractiva para el turismo nacional e internacional, principalmente alrededor del turismo de aventura, pero con el gran desafío de extender su oferta, gracias a su riqueza geográfica, cultural, histórica y natural.
Con el apoyo de la Gobernación de Santander y la Corporación Parque Nacional del Chicamocha abre sus puertas a Floridablanca, al país y al mundo el Ecoparque Cerro del Santísimo, un proyecto hecho realidad. El Ecoparque representa una importante alianza entre el sector público y privado del departamento.

Este nuevo atractivo turístico se encuentra situado sobre el cerro de la vereda Helechales de Floridablanca, a 15 minutos del perímetro urbano de este municipio de Santander. Para llegar al Ecoparque se debe tomar la vía que conduce a la Hacienda La Esperanza, Antigua sede de la primera Cervecería, que hubo en el país. Este es el abrebocas del Ecoparque; un lugar con 125 años de historia arquitectónica y de gran riqueza en fauna y flora de nuestra región.

A su llegada los turistas pueden degustar los mejores platos típicos de nuestra región en el restaurante Puerta del Sol, situado en la casona. Este lugar hizo parte de la infraestructura de la antigua Cervería Clausen y fue restaurada y acondicionada conservando su misma esencia para el disfrute de todos los visitantes quienes podrán encontrar allí, un poco más de su historia.

La Hacienda  Esperanza también cuenta con un Café-bar, auditorio con capacidad para 1000 personas, Hotel Ecoturístico con capacidad para 30 habitaciones, cinco locales comerciales y parqueadero con capacidad para 300 vehículos.

La Esperanza igualmente hace las veces de estación pues es allí donde se toma el teleférico para llegar al Cerro del Santísimo, en un recorrido de aproximadamente cinco minutos. Este cable aéreo tiene capacidad para desplazar mil personas por hora en un recorrido de 1380 metros.

El Teleférico del Ecoparque Cerro del Santísimo al igual que el del Parque Nacional del Chicamocha, es un sistema de transporte totalmente amigable con el medio ambiente ya que el bosque no fue intervenido, pues en su recorrido, sólo se ubicaron las pilonas para sostener el cable.

A su llegada en la parte alta de la montaña,  los visitantes encontrarán la plaza principal que cuenta con un área urbanizada de 36.500 metros cuadrados, una plazoleta de espectáculos para 3.000 personas, nueve locales comerciales en la parte alta en donde los turistas podrán adquirir souvenirs del Santísimo y de Santander, además de degustar los deliciosos dulces que caracterizan a Floridablanca, postres, helados, comidas rápidas y demás golosinas.  Por supuesto también estará el  restaurante principal, Menzuly Mitos y Leyendas, con una versión gourmet de nuestra comida santandereana.

En la parte baja, se encuentra otro ingreso al Ecoparque, con un parqueadero con capacidad para 150 vehículos, al cual pueden acceder los turistas que por algún motivo de salud, no puedan tomar el teleférico.  Contiguo a la entrada se encuentran tres locales que han sido destinados para la comunidad de las veredas contiguas al proyecto, en donde los lugareños podrán vender plantas, frutas, comestibles y artesanías producidas por ellos mismos.

El Santísimo

Este gran proyecto rodeado de naturaleza y de una infraestructura acorde al entorno ecológico del lugar, tiene como principal atractivo El Santísimo, una escultura artística de gran dimensión, un monumento con 33 metros de alto y con un peso de 30 toneladas, posado sobre un espejo de agua y detrás de él, una estructura tríptica con dos ascensores panorámicos y una escalera, que en su recorrido llegan a una altura de 40 metros. 

Allí los turistas tienen acceso al mirador principal desde donde se puede contemplar la mejor panorámica para disfrutar una completa vista de los cuatro municipios que conforman el área metropolitana: Girón, Piedecuesta, Floridablanca y Bucaramanga.
El Santísimo tiene en su interior una estructura de metal sismorresistenteque lo protege también de los fuertes vientos, con capacidad para sostener un edificio de 15 pisos aproximadamente.

Esta escultura fue diseñada por el maestro santandereano Juan José Cobos, Arquitecto egresado de la Universidad Santo Tomás, con formación en escultura y dibujo del siglo XIX  en Florencia, Italia quien luego estudió en California con el escultor Richard MacDonald.
“El Santísimo se inspira en la representación de un ser superior, para cualquiera de nosotros, libre de nacionalidad, credo o raza, el santísimo se iza como el señor de la paz para los colombianos y santandereanos, y el mundo, en gesto de benevolencia, eternidad, bondad y recogimiento, mostrando su humanidad en anatomías y drapeados observa al área metropolitana y al espectador a punto de hablar para quien quiera escuchar su mensaje de tolerancia y paz.”

En el proceso de creación e instalación de El Santísimo el artista se tomó tres años. Junto a él estuvo un equipo interdisciplinario conformado por ingenieros civiles, calculistas, arquitectos y ayudantes, quienes también aportaron sus importantes conocimientos para crear esta obra de arte con los estándares de calidad y seguridad necesarios para este tipo de proyectos.

Este nuevo atractivo será el gran impulsador del turismo para el área metropolitana y está enmarcado dentro de la estrategia de desarrollo del Departamento, como parte de los tres ejes del turismo de Santander: Parque Nacional del Chicamocha, Hidrosogamoso y Ecoparque. En poco tiempo, Santander será el destino turístico de talla mundial más llamativo de Colombia y de todos nosotros depende que se logre.

Desarrollo Social

Floridablanca  resulta afortunada.  La Gobernación de Santander y la Corporación Parque Nacional del Chicamocha la eligieron entre 87 municipios del departamento, para crear  uno de los proyectos turísticos más importantes del país.  El proyecto generó 500 empleos directos en su etapa de construcción y 200 en funcionamiento, al tiempo que promueve la activación en los demás sectores, ya que la cadena productiva del turismo es bastante extensa.  Transporte, restaurantes, hoteles, hostales, centros comerciales, almacenes, droguerías, tiendas y el comercio en general, se verán favorecidos con la apertura del Ecoparque, ya que está demostrado que un proyecto turístico exitoso, atrae visitantes e inversionistas interesados en el destino.

En la etapa de construcción del Ecoparque se realizaron varias capacitaciones gracias a un programa diseñado por la Cámara de Comercio de Bucaramanga y la Corporación Parque Nacional del Chicamocha. Inicialmente 60 personas se certificaron en  Servicio al Cliente, inglés básico y Finanzas. Actualmente 150 personas más, habitantes de cuatro veredas aledañas al Ecoparque Cerro del Santísimo, con esfuerzo y sacrificio están tomando 120 horas de capacitación para obtener su certificación.

Estas 210 personas son las primeras que se han tenido en cuenta para aplicar a los diferentes cargos en el Ecoparque Cerro del Santísimo y en quienes recae la responsabilidad de atender y dar la bienvenida a los miles de turistas que empezarán a llegar a Santander, interesados en este nuevo atractivo turístico.

Opinión en contra
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Los santísimos culpables

* Alejandro Alvarado Bedoya, abogado que instauró demanda.

Dando la espalda a los problemas de Santander, Richard Aguilar decidió invertir 58 mil millones de pesos en un Cristo de 33 metros de alto. Y aunque a los opositores de la megalómana obra nos llamen enemigos del desarrollo, es importante que sepan las principales razones que motivan nuestra posición:

1) El Ecoparque será administrado por Corporación Panachi, entidad que se queda con las utilidades y no paga un peso por los beneficios económicos que recibe, dicha entidad se administra de forma autónoma e invierte recursos a su arbitrio, su exdirector. Carlos Fernando Sánchez, ahora apalanca su candidatura con obras que fueron construidas por el Departamento, él solo fue administrador de una Corporación.

2) Existe un deber constitucional de preservar la laicidad estatal, prohibiendo a los gobernantes favorecer algún culto o religión en concreto, en este caso se trata de la iglesia Católica, “El Santísimo” es un Cristo, y aunque nos parezca normal, es una obra que viola una multitud de principios y valores constitucionales.

3) Existen cuestionamientos medioambientales que siguen en duda, pues la CDMB que es la autoridad ambiental del Departamento es socia del proyecto, siendo juez y parte sus estudios no son creíbles, el Ecoparque se encuentra en una región especialmente sensible al impacto ambiental y recibe especies de aves migratorias que verían afectado su ciclo natural de vida.

“El Santísimo” repite los errores del Parque Nacional del Chicamocha, y del Acuaparque Nacional del Chicamocha, pues van más de 100 mil millones de pesos invertidos y el Departamento de Santander no ha recibido utilidad alguna, el responsable de este mal negocio es Hugo Aguilar y Richard Aguilar.

Por supuesto, para los contratistas sí ha resultado muy bien este proyecto, pues Ecoparque hasta la fecha le ha costado al país 58 mil millones de pesos. Ante las evidentes irregularidades el Tribunal Administrativo de Santander nos dio la razón, efectivamente la Administración Departamental violó la moralidad administrativa y el patrimonio público, aunque la plata y el poder ha dado para todo, ahora estamos a espera de la decisión del Consejo de Estado, escenario judicial donde esperamos reiterar la protección de los derechos de todos los santandereanos en esta lucha constante contra la falta de toda honestidad en el manejo de lo público.

Editorial: El futuro de El Santísimo
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Hace pocos días se conoció la noticia de la decisión del Consejo de Estado, como medida cautelar en el trámite de una acción de tutela, de suspender el fallo del Tribunal Administrativo de Santander que ordenaba al departamento cambiar el nombre del monumento ‘El Santísimo’ y devolver el dinero invertido en su construcción, por cuanto, según el fallo, la obra por su connotación religiosa no podía ser financiada con dinero de regalías.

La decisión del Consejo de Estado se suma a varios pronunciamientos en distintas instancias que han intentado detener la construcción de El Santísimo, bajo diferentes argumentos. No obstante ninguno frenó el proyecto y hoy la medida cautelar otorgada en el Consejo de Estado da vía libre a que se inaugure la obra el próximo 20 de junio.

Aunque aún está pendiente una decisión de fondo, la realidad es que el monumento de El Santísimo está prácticamente listo y no tiene sentido que la Justicia se siga desgastando en algo que ya no tiene reversa. ¿O acaso podrá ordenar un fallo que se desbarate lo que ya se construyó? Una vez más la mora judicial y los tiempos absurdos de la administración de Justicia no dan respuesta a los requerimientos de una sociedad en los tiempos que esta lo necesita.

Discutir, por ejemplo si se debe llamar o no ‘Santísimo’ ya no tiene sentido, pues aunque en el papel se cambie, todos lo llamarán así por la costumbre.

Así que lo hecho, hecho está, y lo que viene ahora es la necesidad de que se garantice que la multimillonaria inversión de los recursos de las regalías, que superó los $60 mil millones, que se destinaron para este proyecto genere los dividendos esperados y que estos se reinviertan en el bienestar del departamento.

Es una apuesta muy grande la que hizo la Gobernación con la construcción de esta obra, pues le dio prioridad a un proyecto turístico por encima de necesidades clave de la región como la inversión en vías o en estructura hospitalaria. Así que lo único que queda es que este proyecto salga adelante y multiplique su inversión en crecimiento para el departamento y mejora en la vida de sus habitantes.

Además, el gobierno departamental tiene la obligación de garantizar ahora que la puesta en marcha de este proyecto no generará perjuicios en la comunidad. Por eso es necesario, por ejemplo, que exista un plan de manejo vial del sector que no permita que la ya colapsada movilidad del área metropolitana empeore con la masiva afluencia de visitantes que llegarán a El Santísimo.

Igualmente, es responsabilidad del gobierno departamental y de la Corporación Panachi, que administrará el proyecto, garantizar la protección del medio ambiente, pues en el sector donde está ubicado existen afluentes hídricos y una zona de reserva natural que debe conservarse.

* Editorial publicado el pasado 27 de mayo en Vanguardia Liberal

Video: Imágenes de El Santísimo
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