Los altos niveles de mercurio que se vienen registrando en el río Suratá han puesto en evidencia la magnitud del problema de minería ilegal en Santurbán. Desde entonces, Vanguardia ha investigado y publicado varios informes que detallan cómo operan estas mafias ilegales, cómo es el mercado negro del oro y el mercurio en Bucaramanga y el alto riesgo que hay para el agua que consumen casi un millón de personas del área metropolitana. En este especial digital recopilamos los contenidos más destacados de los últimos 22 meses.
Si bien desde hace años se han reportado altos niveles de mercurio en el río Suratá, este fenómeno ha aumentado desde mediados de 2022. El 28 de julio de ese año, el río Suratá registró 163 microgramos de mercurio por litro de agua. Se trata de una cifra 81 veces superior al límite permitido (2 µg/L) y de lejos el mayor registro en los últimos 15 años. Estos niveles de concentración de mercurio pueden generar desde problemas intestinales o dolores de cabeza hasta enfermedades más graves en los riñones o el sistema nervioso. El río Suratá es la principal fuente de captación del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga.
Mercurio en el río Suratá
Niveles máximos de microgramos de mercurio por litro registrados por año
Límite permitido 2 microgramos de mercurio por litro de agua (2 µg/L).
Toneladas de mercurio amenazan con llegar a Bucaramanga
Minas ilegales en Santander
En el área de influencia del Páramode Santurbán existen minas de extracción de oro artesanal que no registran los permisos correspondientes de las autoridades. No obstante, el hecho más grave es la extracción de oro y plata en área del páramo. Se estima que en esta zona operan por los menos una decena de socavones que causan gran impacto en este ecosistema. Esta práctica lleva años.
Mineros de la provincia de Soto Norte, en Santander, activan planta para descontaminar el río Suratá de mercurio
¿Qué pasó desde los años 80 en el río Suratá y su contaminación?
Sonia Sánchez Santamaría cuenta que hace 40 años el agua en el río Suratá era cristalina. Por eso ella y los otros habitantes de la vereda de Rosa Blanca, en el corregimiento 2 de Bucaramanga, tomaban de esa agua sin temor y con ella hacían aseo, lavaban la ropa e incluso pescaban. Hoy ese río, además de los altos niveles de mercurio que viene reportando, viene cargado de aguas negras y hasta pesticidas que viene recogiendo aguas arriba. Ese afluente es la principal fuente de captación del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga. ¿Qué ha pasado en las cuatro últimas décadas? ¿Cómo ha venido aumentando la contaminación del río Suratá? Acá le contamos.
¿Qué pasa en el río Suratá? Cuatro décadas de contaminación con mercurio y aguas residuales
Registro de niveles de mercurio en el río Suratá en los últimos meses
Si bien desde hace más de 50 años se están arrojando restos de mercurio en el río Suratá, producto de las labores de minería, esta práctica ha ido en aumento en los últimos meses por culpa de las mafias de la minería ilegal. En este gráfico queda en evidencia las múltiples veces que se han identificado niveles críticos de mercurio en el río Suratá, afluente clave para el consumo de agua potable de más de un millón de habitantes de Bucaramanga y su área metropolitana.
La práctica de la minería artesanal es común en los municipios de Soto Norte desde hace décadas, pero con la aparición de las mafias ilegales se ha dado un aumento desaforado de la extracción de oro y de la disposición de mercurio en el río Suratá y sus afluentes. Se trata de una bomba de tiempo que no solo amenaza la salud de los bumangueses, sino la seguridad y la tranquilidad de los habitantes de municipios como California.
Así se ha deteriorado la calidad del agua en el río Suratá
Carlos Ardila Rodríguez, ictiólogo y especialista en peces de agua dulce, miembro de la Asociación Colombiana de Ictiólogos, estudió el río Suratá y recuerda que era rico en peces, en particular la especie Carassius. Pero en su último recorrido hace más o menos ocho años ya no encontró nada.
“Recorrí el río desde California hacia abajo y comprobé que es un río muerto totalmente. No se encuentran ni sarapicos siquiera. Un río que era tan hermoso y rico en biodiversidad, ahora es un desierto acuático sin especies”.
“Ese era un río cristalino, donde la gente de Matanza, California y Suratá se bañaban y lavaban su ropa, incluso sacaban agua para los cultivos. Se extinguió esa biodiversidad y lamentablemente no pudimos estudiarla ni recolectarla, como las sabaletas...Donde hay peces hay pureza, porque ellos limpian los afluentes hídricos”.
“La principal fuente de contaminación ha sido la minería ilegal en Vetas y California, que trajo consigo vertimientos de cadmio, mercurio y cianuro para extraer el oro”.
“Esas sustancias son mortales para la fauna acuática porque acaban con todo. Esa es la gran problemática. Porque mientras pensemos que vale más un kilo de oro que un vaso de agua seremos irracionales. Hoy en día no hablamos del río Suratá, sino de la cloaca Suratá porque eso murió, nadie se va a bañar allá ni nadie va a tomar agua de allí”.
Minería ilegal en Santurbán, una bomba de tiempo
Estos son los principales artículos publicados en Vanguardia en los últimos 22 meses sobre la minería ilegal en Soto Norte, la contaminación con mercurio en el río Suratá y cómo funcionan el mercado negro del mercurio y el oro en Bucaramanga y Santander.
La extracción de oro más allá de Santurbán
(Escarpa occidental de Bucaramanga)
Tras varias denuncias ciudadanas, se conoció la alarmante situación de la minería ilegal en la escarpa occidental de Bucaramanga. A través de testimonios y análisis, este parte expone los devastadores efectos ambientales y sociales de esta actividad ilícita.
La minería ilegal sigue amenazando la escarpa occidental de Bucaramanga. Descubre más sobre este grave problema ambiental en este episodio del pódcast El Bolsillo.
Los efectos de la minería ilegal más allá de Santurbán
Los efectos de la minería ilegal en el departamento pueden ser más graves de lo que los santandereanos creemos. Vanguardia pudo conocer, por ejemplo, que ya hay trazas de mercurio en zonas como el Páramo de Berlín, mientras que en algunas zonas de Bucaramanga ya se están realizando prácticas de minería ilegal.
20 de agosto de 2023
Actualizado el 25 de abril de 2024:La extracción de oro más allá de SanturbánRadiografía de la minería ilegal en Santander
Investigación y reportería: Juan Carlos Gutiérrez y Miguel Orlando Alguero Diseño gráfico, infografías y desarrollo web: Dohalfre Rafael Pinto Freile Fotografías y videos: Equipo de multimedia de Vanguardia, suministradas y archivo Edición web: Juan Carlos Chio
Todos los derechos reservados Galvis Ramírez & Cia S.A. Bucaramanga - Colombia - 2023. Prohibida su reproducción total o parcial, sin autorización escrita de su titular.
Cuando el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga construyó la bocatoma para hacer la planta de tratamiento de Bosconia y el sistema de bombeo, al mismo tiempo empezaba el auge de la pequeña minería legal. “No había práctica ilegal porque casi todos los títulos los tenían mineros tradicionales de la zona”.
Desde ese momento el acueducto tomaba agua de un río contaminado, que recibía también colas de cianuración o arenas cianuradas desde Vetas y California. En esa época, los registros eran incipientes.
En los años 80, una sola planta de oro en California usaba al mes 18 canecas de cianuro de 50 kilos cada una, más o menos 900 kilos. En esa época, había 80 plantas en funcionamiento en la zona de titulación legal. Actualmente, para el mismo proceso con el oro, se usan entre 12 y 36 kilos de cianuro.
En los años 90 hubo un cambio fuerte en la minería en la provincia de Soto Norte porque llegó la primera multinacional, que ahora se llama Eco Oro, empresa que adquirió los títulos mineros de los pequeños.
También se presentaron muchos factores. Por ejemplo, el Estado acorraló a los pequeños mineros por los permisos para las explosiones y su impacto ambiental. También se hizo difícil el acceso a los insumos. Y lo más delicado era la presencia de guerrillas y paramilitares. Por otro lado, era escasa la técnica para trabajar.
Esta situación hizo difícil la permanencia del pequeño minero y continuar con la exploración y explotación de títulos, entonces terminaron vendiéndolos hacia 1994. Entonces, los mineros pasaron de independientes o por cuenta propia a empleados de multinacionales.
En ese año arrancó en forma la minería ilegal en Soto Norte, debido a esa inactividad tanto de los mineros tradicionales, como de las multinacionales, que no pudieron arrancar su actividad extractiva por frenos sociales y ambientales.
La minería ilegal registró un auge y se salió de control. Se vertieron al río Suratá grandes colas de cianuro y mercurio, de manera desordenada. Solo el municipio de Vetas logró disminuir su carga contaminante, pero California presenta picos altos.
Este auge se dio también por la lenta y difícil formalización. 160 familias asociadas en California llevan 12 años tratando de ser legales ante el Estado, como resultado de un proceso social y ejercicio de gobernanza.
Ninguna autoridad ambiental ni política ha logrado que se traten las aguas de la quebrada La Baja y del río Vetas, que luego se unen al río Suratá, que abastecen el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga.
Fuente: entrevista a Fabio Augusto Maldonado, director de la Fundación por el Gran Pacto Social de California, y miembro del Consejo de Desarrollo Territorial de Soto Norte.
Tóxicos de mercurio y cianuro río abajo del Páramo de Santurbán
5 de junio de 2022
Vanguardia presenta la primera entrega de un informe sobre la grave contaminación con metales pesados que proviene de las fuentes hídricas en el área de influencia del Páramo de Santurbán.
Un mercado negro, que controla la comercialización ilícita de mercurio, patrocina el proceso de extracción ilegal de oro en el municipio de California, Santander. Esta red clandestina, con sede en Bucaramanga, es el primer eslabón en una larga cadena de actores ilegales que son responsables de la grave contaminación detectada con metales pesados, altamente nocivos para la salud humana, de la quebrada La Baja y los ríos Vetas y Suratá, que están conectadas a la cuenca hídrica que nace en el Páramo de Santurbán.
El mercurio es un elemento químico altamente tóxico y que genera efectos dañinos en la salud de las personas.
Según la Organización Mundial de la Salud, este metal es un agente cancerígeno y su exposición, así ocurra en pequeñas cantidades, (como estaría sucediendo en la actualidad en la zona de minería ilegal de California), puede causar graves problemas en el sistema nervioso, el aparato digestivo, la piel, los pulmones, los riñones y los ojos, entre otros órganos.
Usar mercurio en la minería para la extracción de oro es ilegal en el país, no obstante, su utilización en la zona ubicada en inmediaciones del Páramo de Santurbán nunca se detuvo.
Desde el lunes 16 de julio de 2018 Colombia prohibió el uso de este metal, de acuerdo a la ley N°1658. La norma se expidió debido a los impactos ambientales en el aire, el agua y el suelo que ponen en riesgo los ecosistemas y la salud de las personas expuestas a esta sustancia, tanto de manera directa por parte de los mineros, como indirecta, en relación a sus entornos familiares, zonas comunitarias y ecosistemas aledaños.
Hace cuatro años, el entonces ministro de Ambiente del país, Luis Gilberto Murillo, aseguró, cuando se protocolizó esta prohibición, que “desde hoy los mineros deberán continuar sus actividades sin el uso de mercurio. Con esta medida se reducen las emisiones y liberaciones en el medio ambiente, que son altamente contaminantes. Esta ley contribuirá a disminuir el mercurio en el aire, agua, suelo, flora y fauna, mejorando la calidad ambiental y disminuyendo la exposición a los riesgos que tiene para la salud de mineros y la población en general”.
Pero esta optimista declaración no puede estar más alejada de la realidad que vive Santander en la actualidad.
En Bucaramanga es posible hoy, sin dificultad, comprar mercurio y llevarlo a las zonas de minería ilegal de extracción de oro en el área de influencia del Páramo de Santurbán.
Vanguardia accedió a varias fuentes que aseguraron que pese a la prohibición de su comercialización hace cuatro años, en la actualidad se sigue utilizando este químico, convirtiéndose en el principal vector de contaminación por metales pesados de la quebrada La Baja (donde se ubican tanques para moler la piedra con oro que se extrae de las minas) y los ríos Vetas y Suratá.
El episodio más reciente, que sustenta la anterior afirmación, ocurrió el pasado 23 de febrero, cuando la Gerencia de Operaciones del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga detectó “con gran preocupación que los análisis de laboratorio de las muestras de agua cruda tomadas a las 6:00 a.m., a la entrada de la Planta de Tratamiento de Bosconia, arrojaron una concentración de mercurio total de 100 UGHG/L (microgramos de mercurio por litro de agua) cuando la norma establece 2 UG HG/L”.
Este registro significa que el aumento de trazas de mercurio se elevó, en este episodio, 49 veces por encima del límite permitido. Toda una alerta para el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, que garantizó la potabilidad del agua que se consume en la ciudad, y que observó con preocupación la calidad del líquido que recibe de estos afluentes. A su turno, la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, Cdmb, explicó que la principal hipótesis de este alarmante indicador hace referencia a la minería ilegal en la provincia de Soto Norte. Alimentada por un tráfico ilegal de mercurio desde la capital santandereana.
El gerente del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, Hernán Clavijo Granados, afirmó que “el Acueducto no es la entidad pertinente para emitir juicios respecto al grado de contaminación de las fuentes. La presencia de los contaminantes citados, no es una situación nueva en esta fuente y es de conocimiento público que obedece a la ejecución de actividades antrópicas (actividad humana) en la parte alta de la cuenca del río Suratá”.
Así opera el ‘cartel del mercurio’
Una persona que participa en el tráfico de mercurio en el municipio de California, Santander, le explicó a Vanguardia cómo opera este mercado negro. Con varias décadas como minero artesanal en la provincia de Soto Norte, este minero afirmó que desde que se prohibió su comercialización y uso, algunos distribuidores de Bucaramanga siguieron surtiendo a la minería ilegal.
Usted o yo podemos comprar mercurio en Bucaramanga. A pesar de que se trata de un metal líquido, se transporta en balas metálicas. Un kilo de mercurio,
envasado, cuesta en la actualidad $650 mil en Bucaramanga. Si usted va a comprar una cantidad considerable lo busca allá, pero si va por pequeñas cantidades, lo puede adquirir aquí en el pueblo (California)".
-Explicó el minero, que por medida de seguridad solicitó no ser identificado.
La fuente agregó que el mercurio, por ser utilizado en envases muy pequeños, es fácil de camuflar cuando es llevado de Bucaramanga a California. “Este mercado es igual que el de la droga en el país. Ambos son ilegales, pero pasan por todos los ojos, incluidas las autoridades y nadie se da cuenta. El tráfico de mercurio en California para los mineros ilegales funciona igual que cualquier otra cadena de mercado. Solo se necesitan los contactos adecuados y se compra...”
En el proceso de extracción de oro se utiliza, en promedio, cinco gramos de mercurio por cada gramo de oro que se extrae. “En la actualidad se saca un kilo de oro diario en California, entonces estaríamos hablando de la utilización de cinco kilos de mercurio por día. Sin embargo, todo es variable en la minería. No siempre es la misma producción. En la actualidad es muy alta la cantidad de oro que se saca de California...”
En las operaciones de minería ilegal, las personas retiran el material en unos sacos, que son trasladados a una zona conocida como de trituración. Se trata de unos tambores de considerable tamaño, junto a la quebrada La Baja, que contiene unas bolas prensadas de hierro. Allí se introduce la piedra con el mercurio por dos horas y media aproximadamente. El mercurio se usa para separar y extraer el oro de las rocas.
El mercurio se adhiere al oro, formando una amalgama. Según los expertos en salud, este es el uso más contaminante que se le puede dar a este metal pesado. En muchos casos sólo el 10% del mercurio agregado a un barril se combina con el oro para producir la amalgama. El resto, el 90%, se denomina sobrante. Mediante técnicas muy rudimentarias los mineros ilegales de California lo extraen y lo reciclan.
No obstante, ellos mismos admiten que en este proceso se libera mercurio a las fuentes hídricas, un ejemplo, la quebrada La Baja, que a su vez entrega sus aguas al río Vetas, afluente del río Suratá, que llega a Bucaramanga.
“A medida que la roca se va triturando, va liberando las partículas de oro. El mercurio las va atrapando. Luego lo separamos por medio de unas trampas, que son unas lonas o trapos donde el mercurio no pasa. Se exprimen esas telas y sale el mercurio para volver a utilizar. Uno tiende a recuperar la mayor parte del químico. Debemos admitir que en ese proceso un 10% en promedio se nos escapa. Entonces el mercurio va a parar a la quebrada...”, explicó un minero de California.
Esta sustancia química puede quedar en la superficie del agua o llegar hasta los sedimentos. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, “una vez está en la tierra, el mercurio cambia su forma química, principalmente a través del metabolismo de bacterias u otros microbios, y se convierte en metilmercurio, la forma más peligrosa para la salud del ser humano y del medio ambiente”.
Vanguardia intentó hablar de la posible contaminación con mercurio y metilmercurio en Soto Norte con varios expertos de la Universidad Industrial de Santander, quienes prefirieron no entregar declaraciones oficiales por lo complejo de la situación social que se registra en la región con la extracción de oro.
Una vez los mineros ilegales tienen la amalgama ocurre otro proceso que genera gran preocupación para las autoridades ambientales por los altos índices de contaminación. Esta amalgama muchas veces se calienta a cielo abierto para que se evapore el mercurio y quede el oro. Cuando esto ocurre sin un “retorta” (recipiente que se coloca invertido sobre la amalgama mientras se quema para que el vapor de mercurio quede atrapado y se condense), los vapores de mercurio escapan al aire y son inhalados por los mineros, sus familias y demás personas que se encuentren cerca. Se estima que esta práctica produce emisiones atmosféricas de mercurio de alrededor de 300 toneladas métricas anuales en todo el mundo.
Investigaciones ambientales de la ONU determinan que “cuando la amalgamación se realiza manualmente, parte del mercurio se absorbe directamente a través de la piel del minero. Generalmente la amalgamación y el quemado se hacen sin tomar medidas de protección (como el uso de retortas o guantes). El vapor de mercurio se deposita también en los hogares, sobre las superficies de preparación de la comida, y cae en el suelo y en las masas de agua locales. El vapor de mercurio representa un peligro no solo para la población local, ya que puede recorrer grandes distancias en la atmósfera”.
Un líder minero de la provincia de Soto Norte le aseguró a Vanguardia que “el mercurio de la minería ilegal afecta gravemente el medioambiente. Los indicadores biológicos son los peces y la microfauna que hay en las aguas. Nosotros sabemos de la poca presencia de peces en estas quebradas y ríos. No es que hagamos una evaluación científica técnica, pero sí sabemos por experiencias que hay contaminación.
Uno no puede jugar con la doble moral de decir que los mineros no contaminamos, porque sí lo hacemos. El minero es consciente de la contaminación. No solo de mercurio, sino de cianuro, que es como el segundo proceso que hace el minero para obtener oro".
“El mercurio atrapa el oro más grueso, el que viene en partículas más grandes. El oro y la plata más fina, no es posible atraparla con mercurio. En ese caso se hace otro proceso con cianuro. El cianuro nosotros lo sabemos neutralizar y lanzar a las aguas de las quebradas y digamos que en un recorrido de cinco kilómetros es biodegradable, ya que es de origen orgánico”.
Otro líder de la minería en Soto Norte, que también pidió reserva de su identidad, aseguró que Colombia es un país de muchas leyes, donde pocas se aplican. “En este país queremos resolverlo todo a través de una ley. El gobierno cree que sacando una ley, ya está resuelto el problema, pero no es así. Sacaron la ley que prohibía la comercialización del mercurio, pero las alternativas no llegan a nosotros. No hay transferencia tecnológica. Nos dejaron solos. Entonces el minero se ve obligado a seguir utilizando sustancias ilegales, porque la alternativa no está. Repito, nos dejaron solos. Todos utilizan mercurio. No se puede ocultar esa realidad. Y al utilizar mercurio, seguimos contaminando...”
Se estima que en la actualidad unos 500 núcleos de mineros ilegales extraen oro de la provincia de Soto Norte, de ellos, según la Cdmb, solo están caracterizados 31 en Unidades de Pequeña Minería, UPM, en busca de su formalización.
¿Qué dicen las autoridades?
La Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, Cdmb, anunció que se adelanta en la actualidad un trabajo con varias instituciones para hacer un seguimiento, control y sanción de la minería ilegal en la provincia de Soto Norte.
Precisamente, el pasado jueves la Procuraduría General de la Nación convocó a alcaldes de la provincia de Soto Norte, ministerios de Ambiente y Minas, además de autoridades ambientales y la Agencia Nacional de Minería para analizar el tema de la minería ilegal. En esta reunión, a la que asistieron delegados de 20 entidades oficiales, se definió un plan de trabajo.
Al respecto, Vanguardia le preguntó al delegado ambiental de la Procuraduría, Gustavo Guerrero, si en la cita se abordó el tema del tráfico ilegal de mercurio. “En la mesa de trabajo el tema del tráfico de mercurio no fue abordado, pero sin lugar a dudas es uno de los temas que se tendrá que analizar. Nosotros no nos hemos adentrado realmente a indagar en la cadena de comercialización de mercurio, sino en la identificación del desarrollo de actividades mineras sin los requisitos legales...”
A su turno, la alcaldesa del municipio de California, Genny Gamboa Guerrero, aseguró que “desafortunadamente no soy autoridad ambiental, mucho menos tengo la injerencia en la comercialización del mercurio. Mi labor se ha centrado en las actividades coordinadas con Policía, Ejército y (autoridades) ambientales”.
Pese a que este medio le formuló varias preguntas sobre la minería ilegal en la zona, la mandataria prefirió no pronunciarse. Tampoco lo hizo sobre la investigación de la Procuraduría en su contra por “presuntamente permitir prácticas mineras ilegales en la localidad”.
Por su parte, el secretario de Salud de Santander, Javier Alonso Villamizar Suárez, afirmó que “desconozco la existencia de un mercado negro de comercialización de mercurio en Soto Norte. Es importante aclarar que no es competencia de esa dependencia el control de esta actividad, sino que le corresponde a la Policía Nacional”.
Un informe de la Policía de California advierte que se han realizado diferentes operativos para controlar la minería ilegal, donde se han incautado desde explosivos hasta material químico y se han realizado varias capturas por explotación ilícita de yacimientos mineros en las veredas Angosturas, La Baja, Los Ángeles, El Centro, Cerrillos, La Inmaculada, Tronadora y La Meseta.
La Cdmb, informó que el año pasado, la Policía capturó a 63 personas en Bucaramanga, Girón, Lebrija, Rionegro y Vetas por realizar actividades de minería ilegal, e incluso en un caso, se identificó a una persona utilizando mercurio en jurisdicción de Bucaramanga.
En tal sentido, el ingeniero químico y experto en temas ambientales Jairo Puentes Bruges alertó sobre “un estudio realizado por la UIS y la Santo Tomás, en el 2015, titulado: ‘Irregularidad menstrual y exposición a mercurio en la minería artesanal del oro en Colombia’ en el que se compararon mujeres expuestas y no expuestas al mercurio. Una de sus conclusiones fue ‘la exposición al mercurio durante la minería artesanal podría estar asociada a una mayor prevalencia de irregularidad del ciclo menstrual’. Sería conveniente actualizar y ampliar estos estudios en poblaciones cercanas a zonas mineras. Es necesario actualizar las investigaciones en Santander sobre los efectos del mercurio. Nos hace falta conocer mucha información de lo que ocurre en esta zona...”
La desgracia del oro que se roban de Santurbán
12 de junio de 2022
En el Páramo de Santurbán, hay 4.000 hectáreas invadidas por mineros ilegales que extraen oro y plata de forma contaminante. Las autoridades deben actuar para proteger el medio ambiente y la seguridad en la región.
Las más de 4.000 hectáreas, ubicadas en el área de influencia del Páramo de Santurbán, que estaban asignadas al contrato de concesión minera otorgado a la empresa canadiense Eco Oro, son en la actualidad “terreno de nadie”, o mejor, de grupos de mineros ilegales dedicados a extraer oro de forma ilícita utilizando una red de socavones, algunos muy artesanales, con más 500 mil metros de perforaciones y más de cuatro kilómetros de desarrollos subterráneos. Todos usan mercurio para obtener oro.
Según cálculos geológicos, solo en esta área de la provincia de Soto Norte se encontrarían más de 10 millones de onzas de oro enterradas, es decir, unas 77 toneladas de este metal precioso.
Además, se tienen registros de más de 74 millones de onzas de reservas de plata, cuya extracción, sin el mayor control de las autoridades, habría comenzado con mayor auge desde mediados de 2019, cuando se oficializó la renuncia por parte de la multinacional canadiense a este proyecto minero denominado “Angostura”, y los trabajadores de Eco Oro, en su gran mayoría, abandonaron la zona.
Esta extracción ilegal de oro la realizan, por una parte, mineros tradicionales de California, con arraigo familiar e histórico en esta zona de Santander desde hace más de cuatro siglos, algunos con registros de títulos mineros, otorgados por el Gobierno, que datan de principios de los años setenta. El otro grupo lo representan personas sin mayor experiencia en la extracción de metal o mineros provenientes de otros municipios y departamentos, que en los últimos meses han llegado en buen número a California, localidad distante a 51 kilómetros de Bucaramanga.
Todos arriban a esta localidad seducidos por la llamada “fiebre del oro” del Páramo de Santurbán.
Un minero artesanal, de 47 años de edad, oriundo y residente en California, quien por razones de seguridad pidió reserva de su identidad, denunció que al municipio han llegado personas provenientes de Norte Santander y Antioquia, lo mismo que migrantes de Venezuela. Todos trabajan como galafardos o barequeros, nombre dado popularmente a los obreros que nada tienen que ver con la posesión o propiedad de la tierra, es decir, personas que se dedican a labores mineras de manera esporádica y no regularizadas, sin un sustento legal. Se trata de mineros sin experiencia, quienes trabajan con herramientas manuales y técnicas muy rudimentarias la extracción de oro y plata.
“La zona se está llenando cada vez más de migrantes. También están subiendo muchas personas de la zona del norte de Bucaramanga. Esos que les dicen popularmente ‘ñeros’. Las autoridades locales no hacen ningún control con la minería que ellos realizan. Ya hasta se identifican unos cabecillas. Ellos son los encargados de organizar a la gente. Ellos son los que deciden a qué socavón deben meterse ilegalmente. Ellos organizan los turnos. Esta gente ya no se mete a las minas, sino que se quedan reclutando personal. Así han sacado mucho oro...”.
La fuente explicó que estos “cabecillas” son los encargadas de tener los contactos para obtener del mercado negro los insumos como mercurio, explosivos y cianuro, que llega procedente de Bucaramanga, tal como lo denunció Vanguardia hace una semana en un primer informe sobre minería ilegal en el Páramo de Santurbán.
“Ellos se quedan con un porcentaje alto, en algunos casos hasta el 60% del oro obtenido. Por ejemplo, si salen 10 gramos, le dan 4 gramos al obrero y los seis gramos se quedan para ellos. En otros casos pagan por las ‘maletas’ (así se le conoce a los costales de 15 kilos o 20 kilos con piedra extraída de la mina). La pagan entre $80 mil hasta $130 mil. Eso depende de la mina, es decir, si está produciendo buen oro o no. Estos líderes han adquirido muchísimo dinero y poder en California. Nadie los toca...”.
Otro minero residente en California explicó lo productivo que puede ser el trabajo de ilegalidad en los antiguos terrenos de Eco Oro.
“Le puedo dar fe de esto que le voy a contar. Aquí se organizan grupos de hasta 14 personas que se meten a sacar ‘maletas’ a las minas en la antigua zona de Eco Oro. A cada uno de estos hombres le tocó de a $80 millones por todo el material que sacaron de la mina”.
“Como a los dos meses volvieron a ‘coronar’. Se repartieron más de $200 millones cada uno. De esa zona están sacado mucho oro. Lo que pasa es que una cosa son los mineros ancestrales y otra ese grupo que se organizó para sacar oro con gente que no es de acá. Mientras tanto, no pasa nada. Ahora, el problema es que las autoridades permiten esa minería ilegal y no apoyan al minero ancestral”...
Vanguardia estuvo hace cuatro semanas en una reunión donde asistieron representantes de las entidades oficiales del ámbito local que deben hacer un seguimiento a la zona minera de California, en inmediaciones del Páramo de Santurbán. En esa cita quedó en evidencia una fuerte preocupación, no solo por la minería ilegal de oro y plata, sino por los fenómenos sociales que genera la presencia de grandes cantidades de dinero circulando en la zona.
“La situación social empieza a generar preocupación por toda la dinámica de ilegalidad que se construye alrededor de esta minería ilícita en California. Si uno pudiera hacer una comparación, guardando las proporciones, hablamos que podrían generarse dinámicas propias de lo que ocurrió en la llamada bonanza de los esmeralderos. El tema de una crisis social en esta zona es una preocupación latente, al igual que el tema de seguridad. Es conocido que alrededor de todas estas economías ilegales, más cuando se maneja tanto dinero por la extracción de oro, existe un riesgo de que surjan actores que alteren la seguridad. Ese el miedo que cubre esta región, que ya tiene antecedentes de violencia...”, expresó un alto funcionario público en la cita y quien pidió no ser identificado.
En tal sentido, tres fuentes diferentes le confirmaron a Vanguardia que se han registrado casos de mineros de la zona de California que han intentado abrir cuentas en entidades bancarias de Bucaramanga con saldos superiores a los $800 millones y hasta $1.500 millones.
No obstante, el sistema financiero los ha rechazado por las normas que protegen la banca ante el riesgo de lavado de activos por medio de la minería.
Igualmente se han documentado casos de mineros de California que han alquilado por noches o fines de semana reconocidas casas de lenocinio en Bucaramanga, donde pagan millonarias sumas de dinero.
La llegada de personas foráneas a la región también causa en la actualidad preocupación en los residentes de California. Una habitante del municipio, de 40 años, dedicada a oficios varios, pero de familia con tradición minera, le aseguró a Vanguardia que estos “cabecillas” controlarían el acceso a buena parte de minas y socavones de la antigua zona de Eco Oro.
“Con la llegada de estas personas empezó a crecer la venta y consumo de droga en el pueblo, algo que no se veía años atrás. Es grave lo que está ocurriendo y parece que a nadie le importa. Esas cosas no salen en las noticias cuando se habla del Páramo de Santurbán. Si usted sube a la zona de las minas, encuentra ya basureros dejados por esta gente, quienes no tiene ni tradición, ni experiencia en la minería. Ellos no saben utilizar el mercurio y hay una parte de la quebrada La Baja, donde el agua ya se tornó muy gris por la contaminación. Es terrible lo que sucede...”, dijo la mujer.
A su turno, un profesional, quien estuvo vinculado a una multinacional que adelantó exploración para extraer oro en el área de influencia del Páramo de Santurbán, aseguró esta semana a Vanguardia que existe un alto riesgo de que estalle una “bomba social en California”, a raíz de la minería ilegal.
“Eco Oro se fue, ¿quiénes quedaron? Los mineros ilegales. Ellos están sacando provecho del abandono de esa región. Desde que estábamos en la zona, detectamos la llegada de personas que no eran oriundas de estos municipios. Todos van detrás del oro. Por un lado está la gente de la zona. Le pongo un ejemplo, a un residente de California se le acaba el dinero. Entonces se va a trabajar en las minas. Labora una o dos semanas y obtienen unos $10 millones. Con eso se ‘cuadra’ sus gastos por un tiempo. La economía de California gira en torno a la minería. Las autoridades allá se hacen los ‘pingos’, como dicen acá con la ilegalidad, a la que llaman ‘tradicional’. Ahora es entendible, si las autoridades se van en contra de los mineros, se van en contra de la gente de California. Otra cosa son los foráneos, que llegaron a generar problemas como drogadicción y violencia. En California hay enterrado mucho oro. Con la ida de Eco Oro, ese oro no se quedará enterrado. A las buenas o a las malas lo van extraer, esa es una verdad...”.
¿Qué dicen las autoridades?
El 29 de marzo de 2019 la empresa canadiense Eco Oro renunció a su contrato de concesión N° 3452 con el que buscaba extraer cerca de 10 millones de onzas de oro en el área de influencia del Páramo de Santurbán. La multinacional argumentó que las medidas adoptadas por el Estado para delimitar la zona del páramo, entre otras razones, hicieron inviable el proyecto en mención, por tal motivo decidió renunciar. Por citar un ejemplo, la resolución 2090 de diciembre de 2014 emitida por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible delimitó el ecosistema, dejó ‘maniatada’ a Eco Oro para ejecutar su proyecto “Angostura”, que se encontraba dentro de esta área. Tres meses después, en junio de 2019, la Agencia Nacional Minera aceptó la solicitud.
La multinacional estuvo durante más de 20 años en fase exploratoria en el área de influencia del Páramo de Santurbán y debido a la delimitación del ecosistema no pudo extraer ni un gramo de oro, pese a una inversión cercana a los 250 millones de dólares.
El 9 de septiembre de 2021 el Centro Internacional para el Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones, CIADI, del Banco Mundial, publicó un primer fallo sobre la demanda que Eco Oro presentó contra Colombia por 736 millones de dólares como indemnización. Este tribunal reconoció que la prohibición a Eco Oro para hacer actividades de minería en páramos es una manifestación del derecho a regular que tiene el Estado colombiano.
Según el organismo, la medida adoptada por el país no fue discriminatoria para los inversionistas de la minera y además buscaba proteger un objetivo legítimo, como lo es la protección del medio ambiente.
No obstante, el litigio continúa después de esta decisión, pues este tribunal encontró responsable a Colombia por no aplicar correctamente el estándar de “trato justo” y equitativo; por ello determinó que el trámite se mantendrá solo en lo relacionado con el análisis de eventuales daños. En la demanda instaurada por Eco Oro también argumentó que se vulneraron las disposiciones del Tratado de Libre y Comercio con Canadá. A la fecha no se conoce un pronunciamiento sobre este punto por parte del Centro Internacional para el Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones.
Si Eco Oro renunció a la concesión desde hace tres años, ¿qué ha pasado con esos terrenos en la zona ubicada en inmediaciones al Páramo de Santurbán?
La minería ilegal en este tiempo se ha apoderado de estas áreas para extraer oro y plata.
Al respecto, la Agencia Nacional Minera le dijo esta semana a Vanguardia que han tenido conocimiento “de las actividades de minería, sin título minero, en el área del antiguo contrato de concesión No. 3452, cuyos activos sujetos a reversión no han sido transferidos aún a la Agencia Nacional Minera, en razón a que no se ha completado por un lado la documentación necesaria para ese fin. Por otra parte, porque no se ha definido de manera clara cuáles serán las medidas ambientales a las que queden sometidos los bienes que allí se encuentran”.
Al preguntarle a la Agencia Nacional Minera quién es el responsable de controlar la minería ilegal, la entidad aseguró que “teniendo en cuenta que en el área ya no existe título, el control de la minería ilegal se encuentra completamente en cabeza de las autoridades municipales. No obstante, lo cual desde la Agencia Nacional Minera se han liderado mesas de trabajo con el Ministerio de Defensa y la Cdmb y se ha solicitado a los responsables del control de la actividad adelantar las acciones que consideren necesarias, para lo cual hemos manifestado nuestro total apoyo y asesoramiento en caso de considerarlo pertinente”.
En tal sentido el 5 de julio de 2019, Eco Oro, presentó a la Cdmb un plan de cierre de la concesión, donde advierte, por citar un ejemplo, compensaciones para la zona por daño ambiental cuantificada en cerca de $7 mil millones debido a que en la zona quedarían vertederos de aguas ácidas, cuatro túneles, más de 1.100 plataformas en terreno, afectaciones en taludes y es necesario el desmonte de grandes estructuras. Vanguardia conoció que a este informe inicial se le solicitaron ajustes, que fueron entregados en julio pasado a la Cdmb, que inició un proceso de revisión. No obstante, uno de los principales escollos en este proceso haría referencia a que la cifra ofrecida por Eco Oro para la compensación ambiental solo representaría el 10% de lo que realmente se requiere para adecuar esta zona en inmediaciones al Páramo de Santurbán.
A su turno, la alcaldesa de California, Genny Gamboa Guerrero, le dijo a Vanguardia que no tiene información precisa sobre el número exacto de personas foráneas dedicas a la minería ilegal.
“La Fiscalía realiza una investigación y son ellos los llamados a identificar esta situación. Lo que sí tengo claro es que en medio de todo este contexto se está perjudicando a los pequeños mineros ancestrales tradicionales que han estado toda una vida. Por una falta de voluntad del Gobierno Nacional no hay una solución definitiva para estos mineros tradicionales”.
Al preguntarle sobre las denuncias de “cabecillas” que estarían contratando mineros foráneos, la mandataria aseguró que “lo que yo identifico es que hay una problemática que no ha tenido solución. Desde mi llegada a la administración, hemos organizado a los mineros ancestrales en ocho asociaciones, que piden soluciones para realizar pequeña minería. Respecto a lo demás, la Fiscalía deberá hacer su investigación. No me corresponde hacer esa investigación...”.
A la Alcaldesa de California se le preguntó además si es de conocimiento de la administración municipal la gran cantidad de oro que extraen los mineros ilegales de la antigua zona de Eco Oro. “No es mi competencia identificar la cantidad de oro que se está extrayendo. No tendría la información. Lo que sí hice, en el 2020, fue expedir la resolución N° 0149 donde se delega en la Inspección de Policía y la Policía las facultades tendientes a suspender la explotación minera sin título inscrito en el Registro Nacional Minero...”.
Frente a la contaminación por mercurio y metales pesados en la quebrada La Baja, en jurisdicción de California, la alcaldesa explicó que “el municipio no ha realizado monitoreos teniendo en cuenta que no nos abastecemos de este afluente. Tampoco California es la entidad competente para tomar muestras de agua en el río Suratá y mucho menos para determinar la concentración de mercurio en el agua...”.
Al respecto, la Procuraduría General de la Nación realizó hace una semana una mesa de trabajo interinstitucional para concertar medidas ante el riesgo que existe en Santander por la calidad del agua, debido a los altos índices de mercurio, producto de la minería ilegal en California.
A este encuentro fueron invitadas al menos 20 entidades de orden nacional, departamental y local, de manera que se pudiera consolidar un plan de acción, que permita a las distintas autoridades atender la actividad minera ilegal que se adelanta en la provincia de Soto Norte, así como los impactos socioambientales que causa, en especial, la contaminación con mercurio de las fuentes hídricas.
Mientras esto ocurre, los mineros ancestrales de California piden poder extraer legalmente oro de la zona que aún no entrega técnicamente Eco Oro. Mientras esto ocurra, casi todo el municipio seguirá dependiendo de la minería ilegal. El siguiente ejemplo real, puede explicar las profundas raíces de esta actividad en esta zona.
La dueña de una de las casas, utilizadas para dar hospedaje a forasteros de multinacionales en el municipio de California, se quejaba hace un tiempo por los daños en uno de los baños de la casa. El visitante preguntó inquieto por qué simplemente no contrataba un fontanero para realizar la reparación. La mujer contestó con determinación que en el pueblo no se consigue ninguno.
- ¿Por qué?, volvió a interrogar el hombre.
- En California, todos, se dedican a la minería. ¡No hay plomeros!
Los datos “no públicos” de la contaminación con mercurio en Santurbán
26 de junio 2022
En el último año se registran no menos de ocho eventos importantes que “generan preocupación” al detectarse altos niveles de mercurio, provenientes de la minería ilegal, en la cuenca hídrica del Páramo de Santurbán. Estos datos no fueron divulgados públicamente.
No solo preocupa la existencia de un mercado negro, que controla la comercialización ilícita de mercurio y cianuro, utilizado en el proceso de extracción ilegal de oro en inmediaciones del municipio de California, Santander. También genera inquietud las más de 4.000 hectáreas, ubicadas en el área de influencia del Páramo de Santurbán, asignadas inicialmente mediante un contrato de concesión minera a la empresa canadiense Eco Oro, ahora invadidas por un grupo de mineros ilegales dedicados a extraer oro de forma ilícita. Muchos de ellos foráneos y migrantes.
Genera alarma que esta red clandestina de mercurio y cianuro es el primer eslabón en una larga cadena de actores ilegales, que son responsables de la grave contaminación detectada con metales pesados, altamente nocivos para la salud humana, de la quebrada La Baja y los ríos Vetas y Suratá. Estos afluentes están conectados a la cuenca hídrica que nace en el Páramo de Santurbán, que surte de agua potable a Bucaramanga y el área metropolitana. Es más, se estima que 2,3 millones de personas reciben el líquido que brota del Páramo de Santurbán.
No solo causa incertidumbre que el pasado 17 de mayo se conociera que la Gerencia de Operaciones del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga detectó “con gran preocupación que los análisis de laboratorio de las muestras de agua cruda tomadas a las 6:00 a.m., a la entrada de la Planta de Tratamiento de Bosconia, arrojaron una concentración de mercurio total de 100 UG HG/L (microgramos de mercurio por litro de agua) cuando la norma establece 2 UG HG/L”. Este registro significa que el aumento de trazas de mercurio se elevó, en este episodio, 49 veces por encima del límite permitido legal. Un valor muy alto de mercurio, elemento químico altamente tóxico y que genera efectos dañinos en la salud de las personas.
Lo que también inquieta es el manejo de la información dada a estos registros de contaminación de metales pesados en ríos y quebradas conectadas al área de influencia del Páramo de Santurbán.
Para empezar, la última alerta por niveles muy altos de mercurio en el río Suratá se conoció el 17 de mayo pasado. Según el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, AMB, un hecho de esta proporción no ocurría en los últimos 20 años.
Los reportes oficiales consignaron que ocurrió el pasado 23 de febrero, pero solo se hizo público 84 días después gracias a la filtración pública de un documento de la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, Cdmb, que hizo la Veeduría Ciudadana Activa, organización vigilante de los procesos ambientales en la región. Ni la Cdmb o el AMB comunicaron a la opinión pública de este evento cuando ocurrió.
Un mercado negro, que controla la comercialización ilícita de mercurio, patrocina el proceso de extracción ilegal de oro en el municipio de California, Santander. Esta red clandestina, con sede en Bucaramanga, es el primer eslabón en una larga cadena de actores ilegales que son responsables de la grave contaminación detectada con metales pesados, altamente nocivos para la salud humana, de la quebrada La Baja y los ríos Vetas y Suratá.
Lo que muchos se preguntan es por qué este reporte, de gran interés para la región, no se hizo público por parte del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, que inicialmente lo detectó y suspendió la captación de agua cruda. Tampoco lo hizo público la Cdmb, que recibió la notificación del AMB, por tratarse de la autoridad ambiental. También surgen cuestionamientos sobre qué tan frecuentes son estos episodios.
Voceros tanto del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, como de la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, negaron omisión o falta de transparencia para informar sobre estos eventos. Explicaron que la información, en su mayoría técnica y especializada en bases de datos con terminología química, está consignada en complejos reportes de trazabilidad publicados en sus páginas de internet.
“Allí está toda la información...”, dijo una de las fuentes consultadas por Vanguardia.
No obstante, esta respuesta no es suficiente para Ramiro Vásquez Giraldo, veedor ciudadano y coordinador de Ciudadanía Activa Santandereana, ya que es necesario informar con responsabilidad sobre la alta contaminación de los afluentes hídricos de Soto Norte.
“Mucha gente saca provecho de las marchas por el agua. Muchos sacan sus réditos políticos de las campañas para defender el Páramo de Santurbán y el agua. Eso se volvió un fanatismo político. Es necesario que haya transparencia en la información. Cuando nos enteramos de este episodio grave de presencia de mercurio lo hicimos público e instauramos las denuncias, pero no sabemos si han ocurrido otros más, presumimos que sí, pero se necesita más información al respecto”.
El veedor ciudadano Ramiro Vásquez Giraldo agregó que a este problema se suman “los graves vertimientos domésticos que realizan más de 10.000 hogares en toda la provincia de Soto Norte, los cuales no tienen ningún tratamiento, llegando al cauce de la quebrada La Baja y generando mayor contaminación”.
Los otros reportes de contaminación
Vanguardia conoció reportes oficiales tanto del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, como de la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, Cdmb, donde en el último año se registran no menos de ocho eventos importantes que “generan preocupación” al detectarse niveles de mercurio, provenientes de la minería ilegal, que excedieron los criterios sanitarios de calidad de agua en la cuenca hídrica que desciende del Páramo de Santurbán.
Estos informes abarcan muestras tomadas en la quebrada La Baja (municipio de California), y los ríos Vetas y Suratá, en cuyas riberas se asientan diferentes comunidades, y el agua es utilizada en diferentes labores agrícolas y familiares. Ninguno de estos denominados “eventos importantes” fue comunicado en su momento a la opinión pública, ni por el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga ni por la Cdmb.
Por citar un ejemplo, el 28 de febrero de 2021 en la quebrada La Baja, muy cerca a la confluencia con el río Vetas, se detectaron 15,3 microgramos de mercurio por litro de agua, cuando el límite permitido por las autoridades sanitarias es de 2 microgramos de mercurio por litro de agua. En las orilla de esta quebrada, en jurisdicción del municipio de California, se ubican tanques para moler la piedra con oro que se extrae de las minas de forma ilegal.
Estos tanques son unos tambores de considerable tamaño, junto a la quebrada La Baja, que contiene unas bolas prensadas de hierro. Allí se introduce la piedra con el mercurio por dos horas y media aproximadamente. El mercurio se usa para separar y extraer el oro de las rocas. El mercurio se adhiere al oro, formando una amalgama.
Según los expertos en salud, este es el uso más contaminante que se le puede dar a este metal pesado. En muchos casos solo el 10% del mercurio agregado a un barril se combina con el oro para producir la amalgama. El resto, el 90%, se denomina sobrante. Mediante técnicas muy rudimentarias los mineros ilegales de California lo extraen y lo reciclan. No obstante, ellos mismos admiten que en este proceso se libera mercurio a las fuentes hídricas, un ejemplo, la quebrada La Baja, que a su vez entrega sus aguas al río Vetas, afluente del río Suratá, que llega a Bucaramanga.
Otro episodio ocurrió el 6 octubre de 2021, en el río Vetas, muy cerca al casco urbano de la localidad con el mismo nombre, distante 36 kilómetros de Bucaramanga, donde se detectaron 30 microgramos de mercurio por litro de agua.
La Fiscalía General de la Nación abrió una investigación a raíz de las denuncias de Vanguardia sobre la minería ilegal de oro en el área de influencia del Páramo de Santurbán, en Santander.
Al respecto, un profesional que conoce del proceso, y que solicitó reserva de su identidad, admitió que existiría un hermetismo oficial para dar a conocer estos registros a la opinión pública. “Una parte porque desconocemos los verdaderos eventos que los provocan, y prevalece la idea de no resolver de fondo las situaciones que los generan. Además, las personas que deben tomar las decisiones de fondo normalmente no tienen el conocimiento necesario de la norma. Las decisiones para frenar esta contaminación no se toman...”, precisó.
Un documento de la Cdmb, al que tuvo acceso Vanguardia, señala que “...los eventos más recientes confirman la presencia de actividades relacionadas con mercurio a partir del 2021 y se concluye que esta actividad se ha amplificado, al punto que llegó al episodio de febrero pasado cuando se registró 100 microgramos de mercurio por litro de agua...”.
Al respecto, el ingeniero químico y experto en temas ambientales Jairo Puentes Bruges aseguró a Vanguardia que “es muy grave que no se informe ampliamente sobre estos problemas a la ciudadanía, pues el uso de aguas contaminadas puede generar graves problemas de salud. Esta contaminación la he denunciado en mis columnas de opinión por varios años, por ejemplo, que un análisis del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga (en el 2015) han reportado concentraciones preocupantes de mercurio y arsénico en la quebrada La Baja y el río Vetas, que desemboca en el río Suratá. La contaminación, entonces, podría no ser solo de mercurio...”.
El experto enfatizó que tanto el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, como la Cdmb, están en la obligación de informar a la ciudadanía sobre el resultado de los análisis al agua cruda que se capta.
“Como he mencionado en columnas anteriores, en el último Estudio Nacional del Agua (ENA 2014) Bucaramanga ya aparece en zona roja cuando se hace un balance entre la oferta disponible y la demanda de agua (Índice de uso del agua). Estas anomalías no son inventos de los ambientalistas...” aclaró Puentes Bruges.
Además, hizo un llamado para indagar sobre el arsénico, un reconocido tóxico “que ya ha ocasionado problemas en otros países. He citado análisis realizados por el Acueducto de Bucaramanga que habían detectado la presencia de arsénico en las aguas de la quebrada La Baja y el río Vetas. Este desemboca en el río Suratá, fuente importante de abastecimiento de agua para Bucaramanga y otras poblaciones. El arsénico se encuentra en la montaña y es extraído por procesos mineros que dejan material residual que se descarga en depósitos de los llamados relaves mineros. Ahora, si se liberó arsénico, es posible que también se hayan liberado otros elementos peligrosos; como es el caso de materiales radiactivos como el uranio. Se sabe que en estas montañas hay yacimientos de uranio. Sería interesante que las autoridades competentes realizaran mediciones de materiales radioactivos en la subcuenca del río Suratá; pues no se conoce información sobre el tema...”.
¿Qué dicen las autoridades?
La Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga aseguró que adelanta gestiones propias como autoridad ambiental en la provincia de Soto Norte, verificando con mediciones periódicas la contaminación con metales pesados en esa cuenca hidrográfica. Lo mismo que le solicitó a la Alcaldía de California pronunciarse sobre los controles a la minería ilegal en la zona de influencia del Páramo de Santurbán.
La alcaldesa de California, Genny Gamboa Guerrero, aseguró que delegó en la Policía Nacional el control a la minería ilegal. Un informe de la Policía de California advierte que se han realizado diferentes operativos donde se han incautado desde explosivos hasta material químico y se han realizado varias capturas por explotación ilícita de yacimientos mineros en las veredas Angosturas, La Baja, Los Ángeles, El Centro, Cerrillos, La Inmaculada, Tronadora y La Meseta.
La Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, Cdmb, informó que el año pasado, la Policía capturó a 63 personas en Bucaramanga, Girón, Lebrija, Rionegro y Vetas por realizar actividades de minería ilegal, e incluso en un caso, se identificó a una persona utilizando mercurio en jurisdicción de Bucaramanga.
En mayo pasado, cuando se hizo público el evento donde se registraron 100 microgramos de mercurio por litro de agua, Hernán Clavijo Granados, gerente general del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, explicó que este episodio tendría múltiples causas, “principalmente, la minería; pero, también puede ser remoción del lecho del río porque son metales pesados que normalmente se decantan a la parte baja del río y cuando hay algún fenómeno de remoción se disuelven y llegan a nuestra captación”.
“En ese momento se suspendió la captación de agua en la Planta Bosconia durante ocho horas, con el fin de evitar que este líquido altamente contaminado con mercurio llegara al sistema. Queremos dar un parte de tranquilidad. Es potable el agua que consumen los habitantes Bucaramanga, Floridablanca y Girón”, precisó en su momento Clavijo Granados.
Esta semana, Jaime Fabián Jaimes Rojas, gerente Operativo del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, dijo que si bien la norma establece 2 microgramos de mercurio por litro de agua, el AMB cuenta con un sistema capaz de filtrar hasta 14 microgramos de mercurio por litro de agua.
La alcaldesa de California, Genny Gamboa Guerrero, le dijo a Vanguardia que no tiene información precisa sobre el número exacto de personas foráneas dedicadas a la minería ilegal. “La Fiscalía realiza una investigación y son ellos los llamados a identificar esta situación”.
“Cuando se pasa de ese valor no se capta el agua, y nos toca, como plan de contingencia, cerrar la bocatoma. Nosotros siempre estamos haciendo un monitoreo del agua cruda. Cuando ocurre un episodio notificamos a la autoridad ambiental, razón por la cual ellos son los que tienen que velar por ese tema...”.
Al preguntarle al funcionario sobre qué tan frecuentes son estos casos, admitió que “son repetitivos” los episodios donde se detecta mercurio entre 2 microgramos de mercurio por litro de agua y 14 microgramos de mercurio por litro de agua. “Eventualmente se presentan en ese rango. Claro hay momentos en los cuales no tenemos ningún registro, pero sí se han registrado últimamente. Pero en esos valores somos capaces de filtrarlos para tranquilidad de nuestros usuarios...”.
Quienes no pueden estar tan tranquilos son las comunidades que habitan entre la bocatoma y el Páramo de Santurbán. Por ejemplo, Juan Carlos Meléndez, líder comunal de la vereda Rosa Blanca de Bucaramanga, explicó que si bien las familias de la zona no toman agua del río Suratá, mucha gente acostumbra a bañarse en este afluente y a realizar los llamados “paseos de río, con almuerzo incluido”.
La Organización Mundial de la Salud, OMS, alertó que la exposición al mercurio, incluso en pequeñas cantidades, puede causar graves problemas de salud, ya que es un químico tóxico para los sistemas nervioso e inmunitario, el aparato digestivo, la piel y los pulmones, entre otros órganos.
Lo que viene
La Procuraduría General de la Nación realizó, el pasado 3 de junio, una mesa de trabajo interinstitucional para concertar medidas ante el riesgo que existe en Santander por la calidad del agua, debido a los altos índices de mercurio, producto de la minería ilegal en California. A este encuentro fueron invitadas al menos 20 entidades de orden nacional, departamental y local, de manera que se pudiera consolidar un plan de acción, que permita a las distintas autoridades atender la actividad minera ilegal que se adelanta en la provincia de Soto Norte, así como los impactos socioambientales que causa, en especial, la contaminación con mercurio de las fuentes hídricas.
Gustavo Guerrero, delegado Ambiental de la Procuraduría, le dijo a Vanguardia que en la mesa técnica se concluyó que es necesario contar con un sistema de información permanente, que con transparencia, estuviera alertando a las autoridades municipales como también a la ciudadanía sobre los episodios de contaminación con metales pesados. “Ese fue uno de los compromisos que asumieron las entidades. Se comprometieron a hacer público un sistema de alertas...”.
No obstante, un funcionario de una entidad oficial, convocado a esa mesa de trabajo, le dijo el pasado viernes a Vanguardia, que han pasado cuatro semanas y “la Procuraduría no ha enviado el documento de trabajo interinstitucional. Qué quiere decir eso, que cada entidad ahora mismo trabaja por su cuenta en el tema de contaminación y estamos a la espera del documento de la Procuraduría para unir esfuerzos...”.
La Procuraduría respondió que se acordó realizar unas mesas temáticas sobre la contaminación con mercurio el próximo 26 de agosto en Bucaramanga, donde se buscará establecer objetivos, indicadores, metas y cronogramas detallados del plan de acción frente a este problema. Pero mientras se logran estos acuerdos, sigue la preocupación por los niveles de contaminación y la falta de información, y cada día cuenta.
Toneladas de mercurio amenazan con llegar a Bucaramanga
25 de septiembre de 2022
En los últimos 50 años se han liberado altas concentraciones de mercurio en zona de influencia del Páramo de Santurbán. Esta es una investigación sobre contaminación producto de la minería ilegal de oro.
La principal fuente de agua que abastece a Bucaramanga registra graves episodios de contaminación por metales tóxicos altamente letales para la salud humana. No es una exageración. Al menos, en los últimos 50 años, enormes cantidades de mercurio fueron liberadas de forma irresponsable en el río Suratá, producto de la minería ilegal ubicada en los municipios de Vetas y California, en el área de influencia del Páramo de Santurbán, en Santander.
Buena parte de ese material tóxico sigue en la actualidad en la montaña, represado en relaves, como se le denomina al conjunto de desechos de procesos mineros con concentración de minerales, sin el debido aislamiento técnico y con alta vulnerabilidad a que las lluvias los arrastren a quebradas, ríos y acuíferos.
Se estima que en el proceso de extracción ilegal de oro se utiliza en esta zona de Santander, en promedio, cinco gramos de mercurio por cada gramo de oro que se obtiene.
La minería ilegal produce un kilo de oro diario, según información de los propios mineros. Entonces estaríamos hablando de la utilización de cinco kilos de mercurio por jornada, en una región donde esta actividad ilícita invadió masivamente los terrenos que dejó abandonados, a mediados de 2019, la multinacional Eco-Oro, cuando la firma canadiense oficializó el cierre de su proyecto minero denominado “Angostura”.
Para que usted se haga una idea del riesgo de contaminación al que se enfrenta el área metropolitana de Bucaramanga, según estudios científicos, aproximadamente un gramo de mercurio, de esos que se encuentran en los tradicionales termómetros, es suficiente para contaminar un lago de una extensión de ocho hectáreas. Entonces los cerca de 5 kilos de mercurio que se utilizan para sacar el oro en el área de influencia del Páramo de Santurbán tendrían la capacidad de contaminar un área de 40 mil hectáreas.
Imagínese entonces que el mercurio que se utiliza solo en un día para extraer ilegalmente oro en California y Vetas tiene la capacidad de contaminar cinco mil veces la extensión del actual embalse de Topocoro, que sirve a la represa de Hidrosogamoso.
Esta contaminación genera consecuencias altamente perjudiciales en la quebrada la Baja (que bordea el municipio de California y a cuyas orillas se procesa mineral) y los ríos Vetas y Suratá, de donde se toma el agua para el acueducto de Bucaramanga.
No se trata únicamente de los riesgos que asumen los mineros informales, algunos de ellos sin experiencia en el oficio, sino de la población en general de esta zona, como los hogares campesinos que se surten río abajo del agua para su subsistencia, la de sus animales y sus cultivos agrícolas. Se trata de una emergencia sanitaria no declarada, que de no tomarse medidas inmediatas, afectará de forma directa a las próximas generaciones de santandereanos.
Esta contaminación de mercurio y cianuro ocurre de siglos atrás. El río Suratá puede tener medio millón de metros cúbicos de sedimento y la gran mayoría están ya contaminados, afirmó el geotecnista Jaime Suárez Díaz.
Bucaramanga, único caso en el mundo
Los habitantes del área metropolitana residen en la única urbe del planeta que capta agua para su acueducto de una cuenca que proviene de una zona minera activa de extracción de oro. No existe en el mundo otra metrópoli, con una población superior al millón de habitantes, con esta característica, es decir, a pesar de las evidencias técnicas de presencia de metales pesados, se tome agua para un acueducto, sin implementar medidas inmediatas en las fuentes generadoras de tal contaminación.
—Si estos niveles de mercurio, registrados en Bucaramanga, aparecen en una ciudad de Estados Unidos, tendrían ya cerrada la captación de agua para ese acueducto, pero aquí, en Bucaramanga, no pasa nada. En Estados Unidos no permitirían un registro tan grave de mercurio...
La afirmación la hizo a Vanguardia uno de los ingenieros que en Latinoamérica es una autoridad en el estudio de movimiento de masas, deslizamientos y estabilidad de taludes, Jaime Suárez Díaz, magister en Geotecnia y uno de los profesionales con más de 50 años de experiencia en consultoría y elaboración de estudios geotécnicos.
Mercurio en el río Suratá
Niveles máximos de microgramos de mercurio por litro registrados por año
Límite permitido 2 microgramos de mercurio por litro de agua (2 µg/L).
Suárez Díaz realizó una investigación denominada “Las fuentes de agua de Bucaramanga: entre el abandono y la contaminación”, donde se refiere a la contaminación con metales pesados en la quebrada La Baja y los ríos Vetas y Suratá, conectados a la cuenca hídrica que nace en el Páramo de Santurbán, principal proveedor de agua para dos millones de personas en Santander y Norte de Santander.
Para entender de dónde provienen los altos niveles de metales pesados que registra por episodios el río Suratá, es necesario dejar claro que opera un mercado negro que controla la comercialización ilícita de mercurio desde Bucaramanga hasta la zona de influencia del Páramo de Santurbán, a pesar de que su utilización para actividades mineras fue prohibida por el Gobierno Nacional en julio de 2018.
En Bucaramanga se puede comprar mercurio, si uno tiene los contactos, pero en el mismo parque de California se puede adquirir. Lo venden con total libertad y
sin restricción de ninguna clase. Todo el mundo sabe dónde comprarlo para sacar el oro".
-Minero ilegal de zona rural de California
Las personas ingresan a los socavones y extraen la piedra de la mina en unos sacos, que se denominan “maletas” y son trasladados a una zona conocida como de trituración. Se trata de unos tambores de considerable tamaño, junto a la quebrada La Baja, que contiene unas bolas prensadas de hierro. Allí se introduce la piedra con el mercurio por dos horas y media aproximadamente. El mercurio se usa para separar y extraer el oro de las rocas. El mercurio se adhiere al oro, formando una amalgama.
Un informe de Ingeominas, concluyó que aproximadamente un 46,3% del mercurio pulverizado en los molinos de bolas se pierde con las “colas”, es decir, se libera al suelo y al agua.
Lo que sobra de este proceso de extracción se le conoce como relaves y son depositados en las orillas de la quebrada La Baja y el río Vetas, afluentes del río Suratá, de donde se capta el agua para Bucaramanga.
Para el ingeniero Jaime Suárez Díaz no está claro el plan de manejo técnico que se le hace a los relaves en la zona de influencia del Páramo de Santurbán, tanto por parte de la minería legal como la ilegal.
—Los procesos de extracción minera legal se manejan de acuerdo a la legislación colombiana, que en ninguna parte fue escrita para un escenario como el que ocurre en Bucaramanga. Es diferente lo que sucede con una mina de extracción de oro en Antioquia, que una mina de oro en Santurbán. ¿Por qué? En esta zona tenemos un río que abastece un acueducto para un millón de personas. Entonces, cuando se otorgaron las licencias mineras, el Gobierno Nacional no tuvo en cuenta que río abajo existe un acueducto para la dimensión de esta población...
Suárez Díaz, en su estudio, verificó que buena parte de la jurisdicción de California y Vetas tiene “cientos de hectáreas con relaves contaminados de mercurio”, tanto de los procesos ilegales y la minería ancestral con más de 50 años de historia.
—La contaminación no es de hoy. No hablamos de tres mineros ilegales arrojando mercurio al río Suratá. No. Durante más de medio siglo se ha hecho, entre otras cosas, un mal manejo a los relaves. Entonces, ¿cuándo ocurre la contaminación grave? En época de lluvia. Las crecientes de los ríos y quebradas se llevan los relaves. Por eso la alta contaminación aparece en épocas de invierno, y no en tiempo seco— enfatizó el ingeniero Jaime Suárez Díaz.
Este proceso incide en la contaminación de la cuenca hídrica que baja del Páramo de Santurbán. El caso más reciente ocurrió el pasado 28 de julio, cuando las altas concentraciones de mercurio obligaron al Acueducto Metropolitano de Bucaramanga a suspender la captación de agua cruda desde el río Suratá, y adoptar un plan de contingencia para no afectar la prestación del servicio a los usuarios.
“Las muestras que tomamos arrojaron unos resultados cercanos a los 163 UG HG/L (microgramos de mercurio por litro de agua), cuando el máximo nivel permitido es de 2 UG HG/L”, explicó en su momento el gerente de acueducto, Hernán Clavijo. Aquí se presenta un primer inconveniente, ya que los ambientalistas consideran que la norma cambió y no se permite ahora 2 UG HG/L, sino 1 UG HG/L.
Lo cierto es que este es el nivel más alto de contaminación de mercurio registrado en la última década en el punto de captación de la bocatoma (se desconocen registros en otros puntos de la cuenca), luego de que el pasado 23 de febrero, la Gerencia de Operaciones del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga detectara que los análisis de laboratorio de las muestras de agua cruda tomadas a las 6:00 a.m., a la entrada de la Planta de Tratamiento de Bosconia, al norte de la ciudad, arrojaron una concentración de mercurio total de 100 UGHG/L (microgramos de mercurio por litro de agua). Esto significa que el registro de las trazas de mercurio se elevó, en este episodio, 49 veces por encima del límite permitido para no afectar la salud humana.
Una de las preguntas que surgen es quién debe controlar estos planes de manejo de los relaves de la minería legal y quiénes deben combatir a los mineros ilegales que invaden los socavones del antiguo proyecto de Eco Oro.
Los controles son muy limitados. Además, la legislación es muy pobre para el manejo de los relaves en el caso específico de Bucaramanga y el río Suratá. Eso
nunca se pensó cuando se redactó la ley..."
-Ingeniero Jaime Suárez Díaz
Una fuente de la Corporación para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, Cdmb, le aseguró a Vanguardia que se realizan controles e inspecciones a la zona de los relaves, pero con “limitaciones”. El funcionario agregó que “la zona está abandonada y controlada por la minería ilegal. En el terreno se carece de control policial y militar. Así es muy difícil actuar. Es un riesgo para los funcionarios de la Cdmb. Contabilizamos por lo menos cinco funcionarios amenazados de muerte en los últimos meses...”.
La dimensión que ha tomado la minería ilegal en esta zona de influencia del Páramo de Santurbán es crítica. Un minero de California aseguró que cada vez llegan más migrantes y habitantes del Norte de Bucaramanga a trabajar en los socavones, seducidos por las historias de quienes aseguran obtener millones de pesos de la noche a la mañana.
—Son unas 600 personas que trabajan todos los días en la minería ilegal, en varios turnos de día en la zona de California. Aquí va a ocurrir una bomba social y ambiental...
Contaminación de agua subterránea
El ingeniero Jaime Suárez identificó además que las corrientes hídricas que afloran en la zona alta del Páramo de Santurbán se extinguen en época de sequía y que las reales fuentes de las cuales se abastece Bucaramanga son los acuíferos Picacho-Berlín, Tona y Suratá, donde nacen los ríos Tona, Frío, de Oro, Manco, Suratá, Charta, del Hato, principalmente.
—Existe un riesgo de contaminación del acuífero del río Suratá, por filtración de mercurio y cianuro de los relaves. Estos químicos pueden llegar hasta estas cavernas que recogen el agua y se podría presentar un fenómeno de contaminación. Esa es el agua que nos tomamos.— advirtió el experto.
Se calcula que el acuífero de Suratá pueda contener cerca de 20 millones de metros cúbicos de agua, es decir, 20 veces la cantidad de líquido que contiene el embalse del río Tona.
Decisión política para millonaria inversión
El ingeniero Jaime Suárez Díaz propone que se debe pensar en un Distrito Regional de Manejo Integrado, DRMI, de la zona de minería en el área de influencia del Páramo de Santurbán, liderado por la Cdmb y apoyados por el Gobierno Nacional. Este proceso puede tardar más de tres años, mientras se consolidan los respectivos estudios y se toman las decisiones políticas y ambientales. El DRMI generaría un marco jurídico diferente y específico para regular la actividad minera frente a la captación de agua para Bucaramanga.
—El DRMI tendrá enemigos, porque habrá gente que se siente afectada con las decisiones que determinarían dónde sí o no se pueda hacer minería. En Santander nadie ha propuesto un DRMI para minería. Necesitamos una legislación específica para Bucaramanga. Ahora no veo que haya voluntad para formalizar un DRMI. Quien promueva un DRMI tendrá que enfrentarse a las comunidades, a los mineros, a los intereses políticos. Todo eso genera un costo político. En el tema de la defensa del Páramo de Santurbán y el agua para Bucaramanga hay muchas palabras y pocos hechos.— aclara el ingeniero Jaime Suárez.
El DRMI para el área minera deberá incluir una zona para contener los relaves. Sería una especie de relleno sanitario, manejado técnica y ambientalmente.
Según el estudio del ingeniero Jaime Suárez Díaz, se requiere una planta de descontaminación del río Suratá. Ambos proyectos tendrían un costo aproximado de $100 mil millones.
Un vocero autorizado de la Cdmb afirmó que “la figura DRMI se encuentra inmersa en las categorías de áreas protegidas y está diseñada para garantizar el cumplimiento y una serie de objetivos de conservación, los cuales una vez identificados le permiten a la autoridad ambiental generar una reglamentación de usos de las áreas inmersas en el mismo; y a las administraciones municipales les permite ordenar su territorio ambientalmente. En este sentido ya existe una figura que cumple con este objetivo y es el Parque Regional Natural Páramo de Santurbán”.
Sobre la propuesta de construir una planta para almacenar relaves, la Cdmb admite que “no se ha planteado”, mientras que frente a la iniciativa de contar con otra planta para descontaminar el río Surata aclaró que tampoco “la ha considerado”. “Su viabilidad implica su estudio y análisis de manera integral y a nivel no solo local sino regional y nacional, ya que este fenómeno abarca la participación de todos los sistemas gubernamentales unidos en la búsqueda de soluciones”.
A su turno, el gerente del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, Hernán Clavijo, afirmó que “en los diferentes escenarios en los cuales se ha discutido la problemática actual relacionada con el incremento en la concentración de metales pesados en el río Suratá, no se ha dado a conocer si existe este tipo de iniciativa (DRMI)...”.
¿Decisión judicial?
Suárez Díaz lanzó también una alerta, en el sentido de que un juez de la República podría, mediante una acción popular, ordenar la suspensión de la captación de agua para el Acueducto de Bucaramanga del río Suratá, debido a los altos contenidos de mercurio y cianuro.
—Eventualmente podría ocurrir. El 40% del agua que consumimos proviene del río Suratá. ¿Qué haremos? Creo que mientras no haya una crisis grande, no se producirán los cambios que se necesitan para atender la grave contaminación...
Al respecto, Ramiro Vásquez, coordinador de la Veeduría Ciudadanía Activa Santandereana, que ha denunciado la contaminación con mercurio en el río Suratá, afirmó que “el tema de instaurar una acción popular no está ni tan lejos, ni tan cerca”, es decir, “en la actualidad estamos buscando una asesoría legal para este tema. Es necesario evaluar qué otro recurso hídrico reemplazaría las aguas del río Suratá, y hasta donde tengo entendido, no hay otro. No descartamos instaurar una acción popular...”.
A su turno, el gerente del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, Hernán Clavijo, respondió que una situación hipotética como una acción popular “no es una alternativa viable para el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, ni para los usuarios. Esto traería graves afectaciones y tendría como consecuencia el hecho de no poder prestar el servicio a los usuarios del área metropolitana de Bucaramanga”.
“Mafias sacan oro del Páramo de Santurbán”
9 de octubre de 2022
Un habitante de la zona minera de California habló con Vanguardia. Identificó las cinco minas, tres de ellas en zona del Páramo de Santurbán, donde de forma ilegal se obtiene oro y se contamina esta cuenca hídrica. Alertó que en el Norte de Bucaramanga ya existen piscinas con cianuro para extraer oro de los llamados ‘relaves’ o ‘colas’ que deja la minería ilegal.
En el Páramo de Santurbán, la joya de la corona ambiental del oriente del país, se hace minería de extracción de oro desde hace varios meses. Esta actividad genera altos índices de contaminación en las cuencas hídricas, bajo el silencio de las autoridades ambientales, la Alcaldía de California, la Gobernación de Santander, el Ministerio de Ambiente y las organizaciones ciudadanas que promueven la defensa de este territorio bajo el lema “agua sí, oro no”.
No se trata de la megaminería o la llamada minería artesanal. Esta extracción de grandes cantidades de oro es operada por grupos organizados de mineros de la zona y foráneos, que acumulan ganancias mensuales que podrían superan los $30 mil millones, y manejan el mercado negro de comercialización de mercurio y dinamita.
A ellos, la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, calificó el pasado jueves en su visita a Bucaramanga de generar una “explotación mafiosa del oro en Santander”.
La minería en el área del Páramo de Santurbán ocurre en tres minas principalmente: ‘El Indio’, ‘Túnel-Diamante’ y ‘La Perezosa’, que integraban el antiguo proyecto de exploración de Eco-Oro, según denunció un habitante del municipio de California, quien decidió romper el código de silencio que opera en la zona. La información que aportó fue corroborada por Vanguardia con dos fuentes independientes más, quienes validaron los datos entregados sobre esta extracción ilícita de oro, en la zona que genera agua para 2 millones de personas en Santander y Norte de Santander.
Además de estos sectores, la extracción ilegal de oro por parte de estas “mafias” ocurre en las minas ‘Bodega’ y Emboque, que si bien no están el área del Páramo de Santurbán, hacen parte del título minero de Minesa. Estas cinco minas pueden congregar a cerca de 600 personas, que invadieron las áreas de los títulos mineros de Eco-Oro y Minesa, para explotar oro y generar contaminación con el uso descontrolado del mercurio.
El área de Eco-Oro está abandonada en la actualidad. El 29 de marzo de 2019 esta empresa canadiense renunció a su contrato de concesión N° 3452 con el que buscaba extraer cerca de 10 millones de onzas de oro de la zona. La multinacional argumentó que las medidas adoptadas por el Estado para delimitar la zona del páramo, entre otras razones, hicieron inviable el proyecto en mención, por tal motivo decidió renunciar. Tres meses después, en junio de 2019, la Agencia Nacional Minera aceptó la solicitud.
Mercurio en el río Suratá
Niveles máximos de microgramos de mercurio por litro registrados por año
Límite permitido 2 microgramos de mercurio por litro de agua (2 µg/L).
La multinacional estuvo durante más de 20 años en fase exploratoria en el área de influencia del Páramo de Santurbán y debido a la delimitación del ecosistema no pudo extraer ni un gramo de oro, pese a una inversión cercana a los 250 millones de dólares.
La Agencia Nacional Minera le dijo a Vanguardia que ha tenido conocimiento “de las actividades de minería, sin título minero, en el área del antiguo contrato de concesión No. 3452, cuyos activos sujetos a reversión no han sido transferidos aún a la Agencia Nacional Minera, en razón a que no se ha completado por un lado la documentación necesaria para ese fin.
Por otra parte, porque no se ha definido de manera clara cuáles serán las medidas ambientales a las que queden sometidos los bienes que allí se encuentran”. Al preguntarle a la Agencia Nacional Minera quién es el responsable de controlar la minería ilegal, la entidad aseguró que “teniendo en cuenta que en el área ya no existe título, el control de la minería ilegal se encuentra completamente en cabeza de las autoridades municipales” de California.
Al respecto, la alcaldesa de California, Genny Gamboa Guerrero, ha dicho que les corresponde a las autoridades ambientales y judiciales combatir este tipo de minería ilegal. En tal sentido, la Procuraduría General de la Nación le abrió en mayo pasado una investigación por presuntamente permitir la minería ilegal en su localidad y no tomar acciones preventivas en la contaminación del agua con mercurio.
Precisamente el jueves pasado, la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, alertó el riesgo de corrupción de estas mafias de minería en esta zona de Santander. “Es necesario hacerle un seguimiento al proceso de cierre de Eco-Oro. Es vergonzoso lo que está pasando (en el municipio de California) y peligroso para la seguridad de Santander. Estamos teniendo intereses, por fuera de todo interés legítimo social, en una explotación mafiosa de oro con riesgo en derechos humanos”.
Al preguntarle a la Ministra sobre la responsabilidad de este fenómeno, la funcionaria respondió que “en Santander se empieza a tener un fenómeno de lavado de activos, de tráfico de mercurio y explosivos. De la circulación de grandes capitales que este oro genera, pueden empezar proceso de corrupción. Es muy preocupante que todo esto pueda derivar en violencia. Esto debe ser una prioridad del Gobierno Nacional y también de las autoridades locales. No podemos dejar crecer una situación que después se convierta en un problema grave”.
Vanguardia, por considerarlo de interés público, presenta la memoria de una conversación con un habitante de la zona minera de California, Santander.
Se afirma que unas 600 personas en la actualidad estarían extrayendo oro de forma ilegal en la zona minera de California.
¿Cómo están organizados?
Por grupos.
¿Qué ocurre?
La gente se asocia para trabajar una parte de la mina. Por ejemplo, 10 o 12 mineros se unen. Ellos avanzan en la mina hasta que llegan a la veta de oro. Se trata de un trabajo muy duro y riesgoso.
En la mina se arriesga la vida. Este grupo controla quién entra a ese pedazo de la mina. El oro sale en lo que se conoce como ‘maletas’. Pedazos de piedra con el oro y plata que guardan en costales. Estas ‘maletas’ se llevan a un molino para separar el oro utilizando mercurio. Este trabajo es muy difícil y es cuando aparecen más personas. Por ejemplo, uno de los mineros dice que le cede el turno de sacar ‘maletas’ a un amigo, un cuñado o un hijo.
Entonces se forman grupos para sacar las ‘maletas’. Incluso hay socios que no sacan ya piedra, sino que organizan grupos y ellos cobran una comisión por eso. Esa es la más fácil. Se gana dinero y no arriesga la vida al interior de la mina. Ya hay identificadas unas personas que manejan esos turnos para sacar las ‘maletas’. Es toda una mafia en California...
¿Esos jefes controlan todo desde afuera de la mina?
Sí, por ejemplo, si hay una redada de las autoridades contra la minería ilegal en California, caerían justos por pecadores. La gente que organiza todo no está al interior de la mina, son otros lo que arriesgan la vida.
¿De qué minas se extrae el oro?
Las principales están en el área que era de Eco-Oro y se ubican en pleno Páramo de Santurbán. Eso es lo que uno no entiende. Tanto que hacen marchas y defienden el páramo en Bucaramanga, y allá no se dan cuenta que desde hace tiempo están sacando oro y contaminando el Páramo de Santurbán. Se está sacando oro de las minas ‘El Indio’. ‘El túnel-Diamante’, ‘La Perezosa’, ‘Bodega’ y ‘Emboque’.
¿La Alcaldesa de California controla esta minería ilegal?
Ella no hace nada. Todo el mundo en California lo sabe. La única acción que ha hecho para controlar la pequeña minería fue sacar una resolución hace dos años diciendo que ordenaba a la Policía realizar las acciones necesarias para combatir la minería ilegal, pero no pasa nada. Nadie hace nada.
Esa falta de control generó en los últimos meses ese ambiente de ilegalidad, porque es el que le favorece a la mayoría de las personas. Esa ilegalidad va en contra de los procesos de formalización. Lo contrario a formalizar al minero es la ilegalidad. A muchas personas en California les favorece esta minería ilegal. ¿Por qué? Están ganando miles de millones de pesos.
¿Las autoridades ambientales hacen presencia en la zona?
Uno los ve, pero a ellos, en la zonas de la minas, no les tienen respeto. Les dicen: ‘¿usted es de la Cdmb?, usted es un malparido’. Allá la gente con plata, no le tiene respeto a nadie, ni a nada. También impera la ley del silencio. Usted que es periodista cuándo ha visto que la Policía, el Ejército o la Alcaldía de California digan que incautaron oro, o que incautaron mercurio, o cogieron un cargamento de dinamita. El oro baja en cantidades y nadie lo ve.
La dinamita sube en cantidades, con el mercurio y tampoco nadie lo ve. Todos comen callados. Con toda esa plata y sabiendo que la vida no vale más de 500 mil pesos, es mejor quedarse callado. A usted le hablo porque lo conozco. Sé que no va a decir quién soy. Uno debe tener la boca cerrada allá, para evitar problemas.
¿Qué tantas personas ajenas a California están sacando oro?
Mucha gente. Han llegado personas de Cáchira, Cucutilla, Matanza, Charta, Suratá, Bucaramanga y migrantes. No solo son hombres, hay mujeres, niños y jóvenes. Todos se enloquecen con el dinero.
¿Qué tantos accidentes se registran en las minas?
El minero arriesga siempre la vida. No solo se han presentado accidentes, sino muertos, el más significativo, además del minero muerto porque le disparó un soldado (el pasado 22 de julio, durante un operativo de control de minería ilegal) fue una persona de 42 años. No era minero, sino residía en Matanza y se metió a buscar oro buscando ganar dinero.
Llegó a un punto de la mina donde no había oxígeno y se le paró el corazón. Allí murió. Otro caso. A un niño de 11 años se le partió la quijada producto de una explosión de dinamita. A él lo pasaron al médico como si hubiese sido herido en un accidente de tránsito. Hace unos tres meses un minero se partió las piernas y un brazo.
¿Hay menores de edad sacando oro?
Niños y jóvenes. Hace poco un pelado de 16 años estaba pidiendo ayuda para comprar una moto. Se metió a una mina con un socio, también menor de edad, y ganaron $12 millones cada uno. Después se supo que se metieron a la mina sin el permiso de los papás. Esos $12 millones los obtuvieron de una ‘maleta’ de 20 kilos, en un turno de cuatro horas.
¿Cuatro horas de trabajo?
Esos pelados les ayudaron a otros mineros a sacar ‘maletas’. Pueden ser 50 o 100 ‘maletas’. Eso no es tan fácil. Las condiciones son muy difíciles en la mina. Hay partes donde usted se mete y escasamente pasa el cuerpo por un hueco o se llega a unos salones donde el riesgo de caer por un abismo es muy alto. La piedra sale en costales ¿Qué hicieron los pelados? Sacaron 70 ‘maletas’ de roca y los organizadores les regalaron una ‘maleta’ de 20 kilos.
¿De un costal de 20 kilos obtuvieron $24 millones?
Sí. Es que las ‘maletas’ que están saliendo son muy ricas en oro. Hay maletas de $7 millones, de $13 millones y hasta de $20 millones por la cantidad de oro que le pueden sacar a la piedra con mercurio.
En el proceso de extracción de oro se necesita triturar la piedra en unos molinos. ¿De quién son los molinos y dónde están?
Por todos lados. La gente tiene barriles (trituración en sus casas). Hasta un concejal tuvo barriles para triturar la piedra. Casi todos tienen alguien de confianza que tiene un montaje para triturar la piedra. Los barriles están regados por todo el municipio y el cauce de la quebrada La Baja.
¿Cómo funciona el negocio de la trituración de la piedra para obtener el oro?
La gente se echa su maleta a la moto y va a buscar donde moler la piedra. Otra cosa son los jefes. Ellos tienen camionetas y suben las ‘maletas’ para tritura. Hay gente que solo se dedica a triturar. Yo tengo un amigo que nunca se mete a la mina. A él llegan las ‘maletas’. Muele la piedra con mercurio y saca el oro. La arena le queda al dueño del molino. Esa persona procesa esa arena y le saca más oro. Por ejemplo, de unos 20 kilos de piedra se pueden sacar unos 50 gramos de oro. Hay ‘maletas’ que dan 180 gramos de oro, mal contado, son unos $42 millones de un solo costal. En cuatro días de trabajo se pueden sacar hasta 80 ‘maletas’.
¿Cuánto se le paga al dueño del molino?
Al dueño del molino se le deja la arena. Se le conoce como relave o ‘cola’. Él no la desperdicia. Vuelve y la trabaja con más mercurio. Le saca más oro. Luego esa arena la pasa a unas piscinas de cianuro para sacarle más oro. En este proceso puede sacar unos 15 gramos o 20 gramos de oro. Hay grupos de mineros que tienen sus propios molinos y la ganancia es mayor, como también la contaminación.
Se afirma que están bajando ‘maletas’ para moler en Bucaramanga. ¿Es cierto?
La gente está bajando la arena de relaves o ‘colas’. En Bucaramanga varias personas tienen piscinas de cianuro para obtener oro. No tiene molinos, porque eso genera mucho ruido.
¿Dónde están ubicadas esas piscinas de cianuro?
En el Norte de la ciudad.
¿Cuánto oro están sacando de California?
Mucho. Usted no se imagina la cantidad de oro. Hay mineros que en cuatro días puede ganarse $1.000 millones. El dato exacto nadie lo tiene, pero yo he visto pedazos de oro del tamaño de una mano. No es exageración. Hay momentos en que la producción es muy mala, como hay tiempos que la mina saca mucho oro.
¿A qué horas saca el oro de las minas?
A toda hora. Día y noche.
¿Qué hace la gente con ese dinero?
En California hay cualquier cantidad de camionetas de alta gama. Usted las encuentra desde el casco urbano hasta la zona de las minas. Usted ve camionetas de $360 millones. La gente tiene entre $5.000 millones y hasta $10.000 millones en efectivo o en oro en sus propiedades. Ellos no pueden llevar ese dinero a los bancos. No los dejan abrir cuentas bancarias por las restricciones legales. Este año un minero se peleó con un cajero en Bucaramanga, que no lo dejó abrir una cuenta con $1.300 millones que llevaba en efectivo.
¿De quién son las camionetas de lujo?
De la gente que están sacando oro a diestra y siniestra. Lo primero que hace el minero es ir a beber, a buscar trabajadoras sexuales y a comprar carros. Muchos mineros de California parecen ya mafiosos por sus camionetas. La gente está comprando tierras, apartamentos y construyendo. Todo se paga en efectivo y a una sola cuota. Usted se imagina lo que podría pasar si la DIAN sube a toda esa zona a pedir declaraciones de renta.
La llegada de personas que no son de la zona, junto a la cantidad de dinero que se maneja, usualmente traen fenómenos sociales como la prostitución y el consumo de drogas. ¿Sucede eso en California?
En California no hay prostitución. Las mujeres allá no dejan abrir un bar. Los mineros bajan a Bucaramanga. Se habla de hombres que han pagado hasta $10 millones a una trabajadora sexual. La cantidad de dinero que se maneja es impresionante. Hay unos bares en Bucaramanga que los reciben. Los cierran solo para ellos. Se pueden gastar hasta $100 millones en un día. Se les acaba la plata y se suben para California. Casi siempre son jóvenes.
El consumo de drogas se incrementó en el municipio y la Alcaldía no hace nada. Nadie hace nada. Hace poco se murió un joven, de una presunta sobredosis. El pelado apareció muerto en su cuarto. Un vecino mío es un pelado joven, y vende droga. Se disparó esa vaina muy fuerte en California. Uno ya ve niños desde los 12 o 13 años fumando marihuana.
Así opera el ‘mercado negro’ del oro que sale del Páramo de Santurbán
6 de noviembre de 2022
¿A dónde va a parar el oro que se extrae de forma ilegal de las minas del Páramo de Santurbán? ¿Cómo opera el ‘mercado negro’ de comercialización de oro? Un intermediario en todo este proceso habló con Vanguardia.
¿Ha comprado alguna joya elaborada en oro recientemente? ¿Le han obsequiado un arete, una pulsera, una cadena o un anillo de oro últimamente? ¿Verificó que la procedencia de ese oro fuera legal? ¿Y de no ser así, lo hubiese comprado de igual forma?
Si usted adquirió ese elemento en Bucaramanga en los últimos años, existe una alta posibilidad que provenga del llamado ‘mercado negro’ de comercialización de oro, que no paga los impuestos de ley. Es más, también existe un riesgo que ese oro ilegal provenga de las minas ubicadas en área del Páramo de Santurbán, donde se extrae ilícitamente este mineral y se genera una flagrante contaminación con mercurio al ecosistema, poniendo en riesgo la salud de varias comunidades.
Estas minas, de acuerdo a una investigación periodística de Vanguardia, son ‘El Indio’, ‘Túnel-Diamante’ y ‘La Perezosa’, ubicadas en pleno Páramo de Santurbán, específicamente en la zona del antiguo proyecto de exploración de Eco-Oro, abandonado en el 2019 por la multinacional canadiense y en la actualidad sin presencia efectiva del Estado, pero tomadas por la minería ilegal.
Además de estos sectores, la extracción ilegal de oro ocurre en las minas ‘Bodega’ y ‘Emboque’, que si bien no están en el área del Páramo de Santurbán, hacen parte de la zona de influencia del ecosistema del páramo e integran el título minero de Minesa.
Estas cinco minas pueden congregar a cerca de 600 personas, que invadieron las áreas de los títulos mineros de Eco-Oro y Minesa, para explotar oro y generar contaminación con el uso descontrolado del mercurio y el cianuro.
Una vez los mineros extraen el oro, y realizan un proceso de separación de metales con mercurio y cianuro, lo ofrecen a una red que maneja de forma clandestina el ‘mercado negro’ de oro en Santander y el país. Estas personas operan tanto en la provincia de Soto Norte de Santander, como en Bucaramanga, y tienen conexiones en varias ciudades como Bogotá y Medellín. Incluso contactos en el exterior.
Vanguardia logró que una de estas personas, que adquiere el oro en la zona minera de California para venderlo a joyerías de la región y comercializadoras nacionales, contara la forma en que opera este ‘mercado negro’ y cómo se “legaliza” este oro extraído del Páramo de Santurbán.
Lo primero que usted debe tener claro es que existen dos tipos de oro. El ‘tipo A’, que hace referencia al oro que sale de las minas y se registra ante el gobierno, y el ‘tipo B’, que nutre mayormente el mercado negro, y por el cual no se paga nada al Estado.
Este último tipo es el oro que más se comercializa en la zona minera de California, según este intermediario, quien explicó que la cantidad de dinero en efectivo es tan alta, que en algunas ocasiones el dinero no se cuenta, por el contrario, “se pesa”.
Esta fuente aseguró que ese oro ‘tipo B’ es adquirido por joyerías del área metropolitana de Bucaramanga.
En tal sentido, Vanguardia habló con dos representantes del gremio de joyeros de la ciudad, quienes, cada uno por aparte, admitieron que en muchas ocasiones los negocios dedicados a esta actividad compran ese oro, para luego legalizarlo y comercializarlo en forma de joyas.
“Esa es una realidad, y no la podemos ocultar...”, precisó uno de los joyeros consultados. Una cifra, no tan reciente que refleja la comercialización de este ‘mercado negro’, hace referencia a que según registros de la División de Impuestos y Aduanas Nacionales, en el 2019 fueron exportadas 42,6 toneladas del país, cuando los yacimientos de oro reportaron una producción de tan solo 37,4 toneladas. Datos de la Asociación Colombiana de Minería advierten que entre el 70% y el 80% de oro exportado sería producido por la minería ilegal.
Hace una semana, el presidente Gustavo Petro, por primera vez desde que inició su mandato, se pronunció en contra de la extracción ilegal de oro en el área del Páramo de Santurbán, y la contaminación, producto de esta actividad, con mercurio, arsénico y cianuro, entre otros químicos, en las cuencas hídricas de la zona, que proveen agua para dos millones de personas en Santander y Norte de Santander.
El mandatario aseguró que “en nuestro programa, la decisión es que (el Páramo de) Santurbán no es solo el páramo, es el agua. Y esa agua se vuelva agua potable para la vida humana de la región y en los municipios. Y, por tanto, en el recorrido de esa agua hasta que llega hasta los acueductos no puede haber explotación minera...”.
Vanguardia ha denunciado que esta actividad minera, en zona del área del Páramo de Santurbán, es operada por grupos organizados de mineros de la zona y foráneos, que acumulan ganancias mensuales de varios miles de millones de pesos, y manejan el ‘mercado negro’ de mercurio y dinamita, cuya comercialización está prohibida, y oro.
Este mercurio, utilizado para obtener el oro de las rocas que retiran de las minas, termina por contaminar las aguas de la Quebrada La Baja y los ríos Vetas y Suratá.
Precisamente en este último se han registrado altas concentraciones de este metal pesado por parte del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, en los últimos años.
Uno de los casos más recientes ocurrió el pasado 28 de julio, cuando las altas concentraciones de mercurio obligaron al Acueducto Metropolitano de Bucaramanga a suspender la captación de agua cruda desde el río Suratá. Las muestras que se tomaron arrojaron unos resultados cercanos a los 163 UG HG/L (microgramos de mercurio por litro de agua), cuando el máximo nivel permitido es de 2 UG HG/L.“L
“Luego la lucha por defender el Páramo de Santurbán, de la empresa minera en el pasado Gobierno, no ha triunfado. Está a punto de fracasar, y no en manos de los árabes, sino en manos de los mismos santandereanos. Estos diálogos son entonces para definir qué hacemos. Porque si le vamos a echar mercurio a lo que nosotros mismos nos vamos a tomar allá en las grandes ciudades, pues no es el progreso lo que viene, ni la salud, ni la paz lo que viene”, concluyó Petro haciendo alusión a la llamada “fiebre del oro” que ya llegó al Páramo de Santurbán. El ‘mercado negro del oro’
¿A dónde va a parar el oro que extraen del Páramo de Santurbán?
Primero hay que aclarar que existen dos tipos de oro. El ‘tipo A’ y ‘tipo B’. El oro ‘tipo A’ es el que se declara ante el gobierno para el pago de impuestos y tiene toda la documentación legal. El gramo puede costar $240.000 o $260.000, depende de la cotización del día.
El oro ‘tipo B’ es aquel que no se reporta, se maneja por ‘debajo de cuerda’ para intermediarios, lo legalizan sin pagar impuestos. En Bucaramanga, por ejemplo, muchas joyerías compran oro ‘tipo B’. ¿Qué hacen los mineros? Si de la mina sacan 15 kilos de oro, reportan 5 kilos al gobierno, pagan los impuestos de ley. Los restantes 10 kilos los venden por ‘debajo de cuerda’ y a ese oro le sacó más dinero.
¿El oro que se extrae en la actualidad del Páramo de Santurbán y la zona de California se comercializa mayormente ‘tipo A’ o ‘tipo B’?
Por ahora, en California, no sale tanto oro ‘tipo A’. Todo está muy quieto por lo que se ha publicado en la prensa sobre las minas en el Páramo de Santurbán. Lo que más se mueve es el oro ‘tipo B’. Todos los días hay oro en esta zona para vender y para comprar.
¿Usted les compra oro a los mineros de California?
Sí. Desde hace años. Yo conozco como funciona la minería en esta zona. Aquí la gente se mete a las minas abandonadas a trabajar en turnos de 12 horas. Hay gente que lo controla todo. Ellos ya no se meten a las minas, pero sí se quedan con un porcentaje del oro que se saca. Siempre ha sido así. Nunca un desconocido puede llegar a sacar oro. Necesita trabajar para las personas que controlan la entrada a las minas.
¿A qué precio paga el oro ‘tipo B’ aquí en California?
El precio del oro ‘tipo A’ se maneja con la Bolsa de Londres. Por el ‘tipo A’ se paga hoy a $242.000. El ‘tipo B’ está a $226.000. Se le pierde $16.000, pero usted no tiene que pagarle nada al gobierno en impuestos. Esa es la diferencia.
¿Las autoridades conocen este ‘mercado negro’ del oro?
Claro que lo saben. Todos en este negocio lo conocen del ‘mercado negro’ del oro. Y no solo es aquí en California. Allá en Bucaramanga se comercializa ‘oro tipo B’ que llega del Sur de Bolívar y sale para todo el país y el exterior. A mí me llaman de Bogotá y Medellín todos los meses preguntando por oro para comprar. Eso lo sabe todo el mundo y no pasa nada. Este negocio lo maneja gente muy poderosa.
¿Dónde se compra el oro?
Depende del precio que paguen. Se compra aquí arriba en California o en Bucaramanga. Ese es un proceso muy reservado. Uno tiene los clientes. Ellos me llaman y se hace el negocio. Entre menos personas conozcan cómo se hará el negocio, es mejor.
Aquí nadie sale a gritar que vendió uno kilo o 10 kilos de oro. Todo es de muy bajo perfil. Aquí arriba en la mina se compra oro ‘tipo B’ a $218.000, pero yo puedo pagar hasta $221.000 en Bucaramanga. Todo depende de la calidad del oro, pero esos $3.000 de diferencia es dinero que le queda al minero. En un kilo, eso representa $3 millones de pesos de ganancia. Entonces si pagan más por el oro en Bucaramanga, los mineros lo bajan a la ciudad.
¿Qué tanto oro se compra en California en una semana?
Como le decía, todos los días se negocia oro, pero no tengo datos para darle una cifra exacta. Nadie arriba se la pasa diciendo cuánto oro compró. Yo le hago un cálculo aproximado, los grandes grupos pueden estar manejando entre ocho a 10 kilos semanales, es decir, $2.180 millones de ganancia.
Un minero pequeño puede mover a la semana, si la mina está produciendo, unos dos o cuatro kilos de oro. Yo conozco que en Bucaramanga hay gente que compra 40 kilos de oro, ‘tipo B’, cada dos meses. Estamos hablando del pago de $8 mil millones por ese oro.
¿Se paga en efectivo?
Siempre. Por ejemplo, usted me llama y me dice, tengo un kilo de oro. Entonces nos ponemos una cita. Yo tengo clientes a los que les compró 10 kilos semanales. Uno verifica la calidad del oro, e inmediatamente, si todo está correcto, se paga en efectivo. Aquí en California muchas veces no se cuenta el dinero, se pesa. Uno ya sabe el peso exacto de los fajos de billetes por denominación. Se entrega el dinero. Lo echan en bolsas o tulas y listo el negocio.
¿Qué hace el minero con ese dinero?
Algunos lo invierten en finca raíz, en comprar edificios o fincas.
¿Qué debe hacer para legalizar el oro ‘tipo B’ que usted compra?
Primero hay que verificar la calidad del oro. Usted me lo trae, y yo lo analizo. Se comprueba el grado de pureza. A veces mezclan oro con plomo.
¿Intentan estafarlo?
Sí, en este negocio también hay ‘tumbes’. Por eso es que el oro se tiene que probar, fundir y pagar. Todo al mismo tiempo. Todo en un mismo momento. Cuando conozco la gente, no lo pruebo, pero si me presentan alguien por primera vez, hay desconfianza.
El oro siempre lo traen fundido y yo hago las pruebas. No todo el oro que llega es puro. Yo trabajo por ‘debajo de cuerda’ con gente de la región. En Bucaramanga algunas joyerías compran ese oro. Yo se los vendo. Ellos tienen sus formas de legalizarlo. Mucha gente comercializa oro y lo pone a producir en talleres satélites. De allí sacan oro amarillo, rojo o blanco.
¿Las autoridades controlan esos talleres en Bucaramanga?
No. Son satélites. Pocos saben dónde están y quienes trabajan allí son gente de confianza. Para final de año, por ejemplo, se mueve mucho oro en la ciudad. Mucho de ese oro es ‘tipo B’, que baja del Páramo de Santurbán, o llega del Sur de Bolívar. Esas joyerías se encargan de legalizarlo. Hay joyerías en Bucaramanga que compran 12 kilos de oro a la semana. Lo purifican y legalizan para sus trabajos. Yo tengo clientes en California, Bucaramanga y en otras ciudades.
¿Cuánto oro ‘tipo B’ compra a la semana?
Eso varía, según como esté el mercado. Entre tres y 10 kilos, pero a veces me piden más y compro más. Eso depende del negocio. Yo me gano $5.000 por gramo de oro ‘tipo B’ en promedio.
¿Usted vive del ‘mercado negro’ del oro?
Sí, pero también vendo mercurio y, por un tiempo compré la tierra que quedaba de la extracción del oro con mercurio (relave o ‘colas’), pero ya no lo hago.
La venta de mercurio es ilegal
Sí. Lo sé.
¿Cómo lo consigue?
En esta vida todo se consigue. Yo soy un intermediario entre la gente que lo trae del exterior y los mineros de California y otras regiones. Alguien me dice que necesita mercurio, y yo se lo consigo. El mercurio se vende en tarros de 33,4 kilos. Se parece a un envase de gaseosa.
¿Cuánto valen esos 33,4 kilos?
$30 millones.
¿Si alguien necesita menos?
Se puede vender por kilo. Pero uno le sube el precio. Póngale que el kilo salga a más de $3 millones.
¿Tiene alta demanda el mercurio?
Sí. Se compra para llevar a California o para el Sur de Bolívar. Para el lado de Cúcuta también vienen a comprar mucho.
¿Cuánta es la ganancia por vender mercurio?
Eso depende. Uno puede quedarse con $5 millones o $6 millones. Depende de la cantidad que el cliente pida. Ahora el negocio está difícil, porque la Policía molesta mucho. Solo se les vende a clientes de confianza.
¿Qué tanto mercurio tiene ahora para vender?
Eso depende mucho de la demanda. A veces se tienen 15 o 20 pipetas de 33,4 kilos cada una. Hay gente que se lleva dos o tres pipetas. Siempre hay demanda de mineros para comprar mercurio.
¿De dónde llega el mercurio que ingresa al país?
De México. Yo compro cada pipeta a $25 millones y las vendo a $30 millones.
¿Cómo la suben a California para evitar los controles?
Existen varias formas, una es hacerlas pasar como si fueran extintores de los carros. Tiene casi el mismo tamaño. Hay muchas formas.
¿Es consciente que usted hace parte de la cadena que genera contaminación en las fuentes hídricas del Páramo de Santurbán que llegan a Bucaramanga?
Desde hace muchos años hay contaminación del río Suratá. Desde hace años estamos tomando mercurio y cianuro del agua. Lo que pasa es que uno crea como defensas. Yo trabajo con mercurio y otros químicos y nunca me he enfermado, al menos por ahora. Lo que pasa es que con todo lo que se ha publicado en la prensa, ahora están más pendientes de la contaminación. También es culpa de algunos mineros descuidados.
Ellos son lo que generan la contaminación. No saben manejar bien el mercurio y el cianuro y por eso termina en el río Suratá. Hay gente descuidada en este negocio.
El presidente Gustavo Petro dijo hace una semana que no se permitirá minería en el Páramo de Santurbán, pero la cadena para extraer oro ilegal con el uso de mercurio es muy grande, con mucho dinero de por medio, como usted lo cuenta. ¿Cree que el ‘mercado negro’ de mercurio y oro alguna vez terminará?
Nunca va a cambiar. Seguirá lo mismo. A los mineros ilegales les cierran un paso y ellos lo abren por otro lado. Los políticos dicen una cosa, pero la realidad es otra. Esto (minería ilegal) ocurre hace mucho tiempo. En Vetas y California hay mucho oro, y se manejan grandes cantidades de dinero. Como le dije, hay gente muy poderosa en el negocio. Todo el mundo anda ‘cayetano’ (en silencio). Nadie le dice a nadie qué tanto le compra, qué tanto oro baja o qué tanto dinero recibió. El problema ahora son los jóvenes.
¿Por qué ellos?
Ellos se están ‘boleteando mucho’. Ellos ya no quieren estudiar. Muchos de ellos se ganan $8 millones o $10 millones a la semana. Usted ve ahora por acá ‘chinos’ con camionetas y motos lujosas. Esos ‘chinos’ se vuelven locos con tanto dinero.
Usted dijo que por un tiempo compró los relaves para sacar más oro. ¿Cómo era ese negocio?
Yo compraba la tonelada a $500 mil. Las bajaba en una volqueta que le caben 12 toneladas. Esas ‘colas’ (relaves) se meten en piscina de cianuro, y se le saca más oro. Por tonelada me quedaban 28 gramos de oro.
¿Y ese negocio sigue?
Claro. Para esas piscinas lo que se necesita es tener mucha agua.
¿Una fuente le dijo a Vanguardia que ya hay piscinas de cianuro en el Norte de Bucaramanga?
Sí.
¿En qué parte?
Por ahí están. En el California de Bucaramanga usted siempre se encuentra esas volquetas. Piscinas de cianuro hay en Bucaramanga y en la vía a Rionegro.
Los líos para el cierre del proyecto de Eco Oro en Santurbán, hay minas en riesgo de colapsar
27 de noviembre de 2022
El Gobierno Nacional alertó que puede ocurrir una grave emergencia, que comprometa vidas humanas, por la inestabilidad de las minas donde se extrae oro en el Páramo de Santurbán, en una zona que aún no tiene presencia del Estado por líos administrativos. Vanguardia explica las razones de la pelea jurídica entre la Cdmb y Eco Oro.
Volvió a ocurrir durante la noche del pasado miércoles 23 de noviembre. Un grupo de personas, de forma ilegal, ingresó a una de las minas ubicadas en el Páramo de Santurbán, en jurisdicción del municipio de California, Santander. Extraían piedra con oro a voluntad.
La jornada se desarrollaba con la normalidad que proporciona la ilegalidad, es decir, utilizaban explosivos para romper la piedra. Luego retiraban el material, llamado “maletas”, en sacos hasta la entrada del socavón. Este mineral se molerá posteriormente con mercurio (principal contaminante de las fuentes hídricas del páramo y que llegan al río Suratá, que a su vez alimenta el Acueducto de Bucaramanga) para obtener el oro, que luego se comercializará en el mercado negro de la región.
La zona donde se localiza la mina está dentro de los límites del título minero de Eco Oro. En los últimos años, unas 400 personas, coordinadas por mafias, entre locales y foráneos, extraen oro en las 280 hectáreas que le correspondía explorar a esta multinacional canadiense. Buena parte de ese terreno está en zona del Páramo de Santurbán. En la actualidad esta área, abandonada a su suerte por el Estado tras la salida de Eco Oro del territorio, carece de la presencia permanente de las autoridades. Son las “mafias” las que deciden quién entra y sale de las minas.
La expresión “mafias” provino de la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, quien en octubre pasado alertó en Bucaramanga que en Santander se empieza a tener un fenómeno de lavado de activos, de tráfico de mercurio y explosivos. “Estamos teniendo intereses, por fuera de todo interés legítimo social, en una explotación mafiosa de oro con riesgo en derechos humanos. De la circulación de grandes capitales que este oro genera, pueden empezar proceso de corrupción y mafias. Es muy preocupante que todo esto pueda derivar en violencia. Esto debe ser una prioridad del Gobierno Nacional y también de las autoridades locales. No podemos dejar crecer una situación que después se convierta en un problema grave”.
Precisamente uno de estos problemas quedó en evidencia el pasado miércoles en la noche. Como ha ocurrido de forma reiterada en los últimos años, sucedió una tragedia al interior de una mina ilegal. No se divulgó el hecho. “Se ocultó”, afirmó a Vanguardia esta semana un minero de California.
“Los mineros sacaban las ‘maletas’ como es costumbre. De pronto, de la nada, se les vino el túnel encima. Una roca de gran tamaño le cayó a uno de los mineros. Le fracturó la cadera. Él está muy grave. A otro, por ir a ayudar al compañero, le cayó otra roca. Le partió una pierna. También está mal. Un tercero sufrió lesiones menores”.
La afirmación la hizo un habitante de California que, por seguridad, solicitó no ser identificado. Este minero aseguró que este tipo de accidentes se incrementaron en los últimos años en esta zona producto de la minería ilegal y de la llegada de foráneos, sin los equipos y la experiencia apropiada para extraer la roca de los socavones. Muchas veces el oro se extrae sin las medidas de seguridad de rigor, estipuladas en la ley.
“A los heridos los llevaron a Bucaramanga. No los transportaron por la vía a Matanza, que llega a ‘Ciudad Norte’, por temor a ser detenidos por las autoridades. A ellos los sacaron por la vía al Páramo de Berlín que comunica a la carretera entre Pamplona y Bucaramanga. Uno está muy grave. Cuando llegaron al hospital los reportaron como accidentes de tránsito en zona de vereda, para que no quedara el registro de la actividad minera. Estos accidentes son cada vez más frecuentes, hace dos semanas ocurrió algo similar y a otro minero le cayó una piedra de gran tamaño. También está muy mal. Hay casos de mineros muertos y otros en unidades de cuidados intensivos. Nadie dice nada de esos accidentes. En California opera la ‘ley del silencio’.
Este último episodio hubiese quedado inadvertido, si no fuera porque 24 horas antes, el director de la Agencia Nacional Minera, Luis Álvaro Pardo Becerra, alertó sobre los riesgos de una grave emergencia por la minería ilegal en la zona de Soto Norte, en Santander, debido a la inestabilidad de la roca al interior de las minas.
Luis Álvaro Pardo Becerra, en su intervención en la Cumbre Mundial de Páramos que se organizó esta semana en Bucaramanga, alertó que estos socavones, de donde se extraen grandes cantidades de material con oro, no cumplen con los requisitos mínimos para realizar actividades mineras.
“Se comprobó que hay desprendimientos al interior de esos túneles. En cualquier momento la región y el país se pueden ver abocados a un accidente, sin precedentes, si se continúan las labores de esos mineros. Podemos tener riesgo de un accidente muy grave por un derrumbe de estas minas (ilegales)...”, precisó Pardo Becerra.
Vanguardia intentó, en reiteradas oportunidades esta semana, preguntarle al Director de la Agencia Nacional Minera su responsabilidad en la expansión de la minería ilegal en los antiguos terrenos de Eco Oro. No obstante, la oficina de prensa de la entidad afirmó que el funcionario “no tenía agenda” para atender a este medio de comunicación.
En su intervención en Bucaramanga, Luis Álvaro Pardo Becerra hizo también un llamado a los alcaldes de Vetas y California para que, como autoridades locales, controlen el fenómeno de la minería ilegal y eviten una emergencia mayor en los túneles.
Al respecto, la alcaldesa de California, Genny Gamboa Guerrero, le dijo a Vanguardia que su despacho “no tiene información oficial por parte de la institución de salud (de los accidentes mineros)”. Sobre la minería ilegal en la zona del Páramo de Santurbán, Gamboa Guerrero, agregó que “la Fiscalía realiza una investigación y son ellos los llamados a identificar esta situación. No es mi competencia identificar la cantidad de oro que se está extrayendo. No tendría la información. Lo que sí hice, en el 2020, fue expedir la resolución N° 0149 donde se delega en la Inspección de Policía y la Policía las facultades tendientes a suspender la explotación minera sin título inscrito en el Registro Nacional Minero...”.
El mismo interrogante se le hizo al personero de California, Henry Delgado, pero no atendió las reiteradas preguntas de este medio de comunicación sobre la minería ilegal y los accidentes en la zona de Páramo de Santurbán.
Quien sí se pronunció fue el alcalde Vetas, Hernán Bautista Moreno, al expresar que a diferencia de lo que ocurre en California, en su localidad no se utiliza el mercurio para obtener el oro por parte de la minería ilegal. Además, hizo énfasis que su municipio, en enero pasado, ya suscribió una concertación para delimitar la zona del Páramo de Santurbán y definir dónde se puede realizar minería. California no lo ha hecho todavía.
No obstante, el pasado 12 de noviembre, el Ministerio de Ambiente rechazó validar la concertación a la que llegó la comunidad de Vetas, bajo el argumento que la delimitación debe ser un proceso integral y colectivo de los 38 municipios que integran la zona de Santurbán.
“La ilegalidad en la minería es consecuencia de la incertidumbre en la delimitación del Páramo de Santurbán. El Ministerio de Ambiente rechazó nuestra concertación. Si esperamos que los 38 municipios hagan su delimitación, nos darán 20 años más. Mientras esta ocurre, la ilegalidad permanecerá. El mismo Estado bloquea las soluciones. A diferencia de lo que ocurre en California, nosotros ya tenemos la línea de Páramo e implementamos la caracterización de 103 mineros que están en la ilegalidad para desarrollar un proyecto de formalización. La decisión del Ministerio de Ambiente nos ha condenado a la ilegalidad...”, sentenció el mandatario Hernán Bautista Moreno.
Sobre las condiciones de seguridad de las minas ilegales en su jurisdicción, el alcalde de Vetas aclaró que “la Agencia Nacional Minera se contradice. Ellos estuvieron hace una semana en el territorio y comprobaron que los mineros en Vetas, en medio de su condición de informalidad, tienen procesos de seguridad óptimos...”.
¿Territorio de nadie?
El director de la Agencia Nacional Minera, Luis Álvaro Pardo Becerra, aseguró además en su intervención en Bucaramanga que su entidad cuenta con un sistema de inspección satelital para hacerle seguimiento a los proyectos mineros. “Hemos visto, a diario, en túneles en Santurbán carros, camionetas y motos estacionados. Hemos visto gente entrando y saliendo todo el tiempo (de los túneles)...”.
La zona a la que se refiere el Director de la Agencia Nacional Minera hace referencia al área del contrato de concesión N° 3452 con Eco Oro con el que buscaba extraer cerca de 10 millones de onzas de oro. Zona que lleva tres años abandonada. ¿La razón? El 29 de marzo de 2019 la empresa canadiense Eco Oro presentó renuncia a ese contrato de concesión, bajo el argumento que las medidas adoptadas por el Estado para delimitar la zona del páramo, entre otras razones, hicieron inviable el proyecto denominado “Angostura”.
Esta renuncia fue declarada viable por la Agencia Nacional Minera el 13 de mayo de 2019, mediante resolución N° 0365 y el 10 de diciembre de 2019 fue declarada oficialmente la terminación del título minero. Así finalizó la intervención de la multinacional, que estuvo durante más de 20 años en fase exploratoria en el área de influencia del Páramo de Santurbán e invirtió cerca de 250 millones de dólares, sin extraer un gramo de oro.
Es importante precisar que el 9 de septiembre de 2021 el Centro Internacional para el Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones, CIADI, del Banco Mundial, publicó un primer fallo sobre la demanda que Eco Oro presentó contra Colombia por 736 millones de dólares como indemnización. Este tribunal reconoció que la prohibición a Eco Oro para hacer actividades de minería en páramos es una manifestación del derecho a regular que tiene el Estado colombiano.
Según el organismo, la medida adoptada por el país no fue discriminatoria para los inversionistas de la minera y además buscaba guardar un objetivo legítimo, como lo es la protección del medio ambiente. No obstante, el litigio continúa después de esta decisión, pues este tribunal encontró responsable a Colombia por no aplicar correctamente el estándar de “trato justo” y equitativo; por ello determinó que el trámite de la demanda se mantendrá solo en lo relacionado con el análisis de eventuales daños. En el proceso instaurado por Eco Oro también argumentó que se vulneraron las disposiciones del Tratado de Libre Comercio con Canadá. A la fecha no se conoce un pronunciamiento sobre este punto por parte del Centro Internacional para el Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones.
Mientras este litigio internacional se resuelve, la pregunta que surge en el país es quién debió asumir el control de estas 280 hectáreas desde el 2019. Hace tres años, cuando los últimos vigilantes privados que contrató Eco Oro abandonaron la zona, y se retiró también un contingente permanente del Ejército, ninguna autoridad controla este territorio rico en oro.
El director de la Agencia Nacional Minera, Luis Álvaro Pardo Becerra, explicó que su entidad espera que la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, Cdmb, emita una respuesta sobre una propuesta que le hizo Eco Oro para el cierre de mina. “Lo que nosotros necesitamos es que la Cdmb se pronuncie sobre si hay pasivos ambientales para hacer algo con esos túneles. Una vez se pronuncie la Cdmb, esos terrenos se revierten a la autoridad minera, para luego declarar una reserva, o se los podamos entregar al Ministerio de Agricultura para aquellos mineros de la zona, que tienen vocación agrícola”.
No obstante, este proceso administrativo y ambiental tiene múltiples escollos, y a corto tiempo pareciera que no tendrá una decisión definitiva.
Vanguardia, al revisar los archivos, encontró que Eco Oro radicó el 5 de julio de 2019 ante la Cdmb, según oficio N°10144, un “plan de cierre, desmantelamiento y abandono del contrato de concesión N° 3452”, pero solo hasta el 1 de marzo de 2022, la Cdmb, mediante radicado N° 1805 dio respuesta, es decir, dos años y cinco meses después del documento de Eco Oro.
El abogado especialista en temas ambientales y mineros Hernán Morantes denunció que la “Cdmb se tardó en dar respuesta al documento presentado por Eco Oro. Qué vimos nosotros, una vez se conoció a principio de año los casos de contaminación de mercurio en el río Suratá y empiezan los informes de Vanguardia sobre tráfico de mercurio y minería ilegal de oro en el Páramo de Santurbán, la Cdmb empezó a mover ese plan. En tres años parece que el proceso no se movió en la Cdmb. Se ‘engavetó’, como también están los procesos sancionatorios contra Minesa...”.
Eco Oro en algunos documentos a los que tuvo acceso esta redacción señala demoras en la entrega de una respuesta definitiva al cierre ambiental del proyecto “Angosturas”.
Pero la Cdmb rechazó estas afirmaciones. “No estamos de acuerdo con los señalamientos realizados por Eco Oro, en relación con la presunta demora, pues pareciera a conveniencia propia omitir las acciones adelantadas por la Cdmb incluso desde antes de la radicación del documento denominado ‘Plan de cierre desmantelamiento y abandono’, las cuales siempre han sido de conocimiento de Eco Oro y han pretendido ser invalidadas en procura de la evasión de su responsabilidad. La Cdmb ha adelantado un proceso constante de evaluación y seguimiento en procura de determinar la conveniencia o no de las acciones planteadas para el proceso de restauración del área intervenida durante este periodo, que han decidido erradamente denominarlo como periodo de demora. La Cdmb ha realizado tres visitas entre el año 2020 y 2022 con un equipo interdisciplinario las cuales han sido atendidas y de conocimiento por parte de Eco Oro, que en su discurso pareciera no tener en cuenta este aspecto”, precisó la autoridad ambiental.
Eco Oro presentó a la Cdmb un plan de cierre de la concesión, donde advierte, por citar un ejemplo, compensaciones para la zona por daño ambiental cuantificada en cerca de $7 mil millones debido a que en la zona quedarían vertederos de aguas ácidas, cuatro túneles, más de 1.100 plataformas en terreno, afectaciones en taludes y es necesario el desmonte de grandes estructuras. Vanguardia conoció que esta cifra no representaría ni el 10% de lo que realmente se requiere de compensación ambiental para adecuar esta zona del Páramo de Santurbán.
Vanguardia conoció además que, según el Sistema de Información, Normatización y Calidad Ambiental, Sinca, de la Cdmb, Eco Oro radicó solo hasta el 2017 los informes de Índice de Calidad de Agua, es decir, dos años antes de anunciar su salida de la zona se desconocían estos valores para verificar el cumplimiento de las obligaciones ambientales de la multinacional.
Además, según la autoridad ambiental, Eco Oro no habría cumplido con el tratamiento a los túneles exploratorios y las bocaminas. “Eco Oro debe presentar un plan más detallado de las actividades para el manejo ambiental, incluyendo desmantelamiento, estabilización geotécnica, restauración ecológica, y manejo ambiental de las aguas residuales resultantes. Eco Oro entrega una relación de 306 plataformas de perforación, en el área que se consideró para realizar la restauración. Sin embargo, se identificó un listado de 440 plataformas, por lo que se requiere aclarar este punto”, advierte la Cdmb en un informe técnico. En tal sentido, la Cdmb solicitó a Eco Oro garantizar la prevención y mitigación de impactos ambientales causados por las aguas residuales y drenaje acido de minas generadas en la fase de “post-cierre”.
Al respecto, Vanguardia localizó a un vocero de Eco Oro en el país, quien señaló que “nosotros no estamos realizando comentarios. Estamos en el marco de procesos con autoridades y debemos esperar sus respuestas”.
En la comunicación de la Cdmb a Eco Oro, de marzo pasado, la autoridad ambiental hace otros requerimientos, entre ellos, solicita que se cambie la denominación al proyecto y sugiere titularlo no cierre de mina, sino “plan de desmantelamiento y recuperación ambiental”, debido a que la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, Anla, conceptuó que como Eco Oro adelantó solo trabajos de exploración, y nunca de explotación, “el proyecto nunca tuvo licencia ambiental o instrumento de manejo y control ambiental equivalente”.
En comunicaciones entre marzo y octubre de este año, tanto la Cdmb como Eco Oro han intercambiado misivas donde por un lado la autoridad ambiental le recuerda a la multinacional “su obligación de presentar los informes de cumplimiento ambiental”, mientras que Eco Oro responde, con argumentos jurídicos, por qué no los radica y exige de la Cdmb “un pronunciamiento de fondo del plan de cierre”. Como respuesta a esta misiva, la Cdmb responde a Eco Oro que aún la multinacional “no ha dado respuesta a los requerimientos técnicos presentados” por la autoridad ambiental.
Mientras se registra este ‘tira y afloje’ de comunicaciones entre la Cdmb y Eco Oro, en el municipio de California, y de forma específica en el área del Páramo de Santurbán, se registra un fenómeno de minería ilegal, contaminación con mercurio y afectaciones sociales denunciado por Vanguardia en varias investigaciones periodísticas.
Sobre el futuro del proceso de cierre ambiental de “Angosturas”, la Cdmb respondió que “Eco Oro se mantiene renuente a dar cumplimiento a los requerimientos efectuados por la autoridad ambiental a través del informe técnico remitido el 1 de marzo de 2022, y por el contrario emite argumentos dilatorios, intentando generar incertidumbre jurídica, e invalidar las actuaciones de la Cdmb, por lo que esta autoridad se encuentra evaluando mecanismos legales aplicables que deben ser notificados en el marco del debido proceso”.
Esta redacción consultó con expertos abogados ambientalistas, quienes señalaron que es necesario resolver pronto este proceso administrativo y ambiental. De no lograrse y no obtener una respuesta de Eco Oro a los requerimientos, se abocaría entonces un proceso sancionatorio ambiental por parte de la Cdmb contra la multinacional canadiense.
¿Qué pasa en el río Suratá? Cuatro décadas de contaminación con mercurio y aguas residuales
9 de abril de 2023
La actividad minera, en especial la ilegal que usa mercurio y cianuro, así como las aguas residuales de los hogares de Soto Norte y las actividades agropecuarias son algunas de las fuentes de contaminación del río Suratá, en Santander.
A lo largo de sus 689 kilómetros cuadrados, el río Suratá recibe cargas contaminantes por mercurio y cianuro, producto de la actividad minera de extracción de oro; de aguas residuales o negras de la provincia de Soto Norte y el norte de Bucaramanga; y de actividades agropecuarias en las zonas limítrofes con el Páramo de Santurbán.
Hace 38 años, Sonia Sánchez Santamaría llegó a la vereda Rosa Blanca, del corregimiento 2 de Bucaramanga. Allí se instaló junto con su esposo y sus hijos, y forjó su vocación de servicio que la llevó a ser edil. Todo por un tema en especial, el agua.
El río Suratá baña los predios de su casa, por esto, recuerda que a mediados de la década de los 80 tomaba esa agua, lavaba la ropa, cocinaba y se bañaba en ella.
“Este río era una belleza con una claridad absoluta. Incluso, pescábamos y sacábamos muchos pesos, con eso vivíamos”, rememora Sonia, quien es presidenta de la Junta de Acción Comunal de su vereda, ubicada por la vía a Matanza.
Pero ahora tiene otros recuerdos del río. “En este momento no puedo decir lo mismo, los tiempos cambiaron y el río también, porque le botan aguas negras, basura, animales muertos, más la contaminación de la minería. Hemos visto cómo salen peces muertos. Eso ya no es un río, es una quebrada de mal olor y aguas sucias”, asevera la líder comunitaria.
Con un área aferente de 689 kilómetros cuadrados, el río Suratá es uno de los tres principales afluentes del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga (amb). De ahí que los ojos de las autoridades ambientales se volcaron hacia él, tanto por las denuncias de contaminación, como por la presencia de mercurio en sus aguas.
Según el reporte del amb, el acueducto toma las aguas de los ríos Suratá para abastecer la planta de Bosconia.
El Suratá nace en el páramo de Monsalve, pasa por el estrecho Cañón de las Cuchillas de Magueyes y del Común, para desembocar en el río de Oro. Sus principales afluentes son los ríos Vetas, Charta y Tona, siendo este último el mayor aportante en área y caudal. Su longitud es de 59,6 kilómetros.
Vivo impresionada por la abundancia de agua sucia que corre. A veces hay avalanchas de esa turbiedad. Y lo más delicado es cómo contaminan esos mineros, porque lavan su oro con mercurio. Ya da hasta miedo bajar hasta allá, es imposible bañarse o consumir esa agua".
-Asegura Sonia, mientras camina unos pasos desde su patio para tomarle fotos al río.
Fuentes de contaminación del río Suratá
Sonia considera que hay dos fuentes principales de contaminación del río: el primero es el uso de mercurio en la minería que se da en la provincia de Soto Norte y el segundo es el vertimiento de aguas residuales o negras.
Para Fabio Augusto Maldonado, director de la Fundación por el Gran Pacto Social de California, el principal contaminante del río Suratá no es la minería, sino el vertimiento de aguas residuales de cerca de 24 mil viviendas de la región de Soto Norte, lo que afecta notablemente la potabilidad. Añade que la ganadería y agricultura también contaminan el río.
2 millones de personas dependen en Santander de las fuentes hídricas que nacen en el Páramo de Santurbán.
“No hay sistema de tratamientos, no hay una Ptar (planta de tratamiento) para este problema. Ningún municipio la tiene, menos en las zonas rurales, y en California hay una, pero funciona de forma intermitente. Entonces una carga contaminante de 24 mil viviendas con 250 litros diarios por casa, comparada con las 300 unidades mineras que generan entre 3 mil y 6 mil litros, es bastante alta”, calcula Fabio.
Por su parte, Claudia Santoyo, especialista en Microbiología Ambiental, asegura que el deterioro del recurso hídrico se debe principalmente a la presencia de mercurio y cianuro por las actividades mineras en el área de influencia del Páramo de Santurbán.
“Estas aguas industriales son vertidas y exceden el valor mínimo permisible para el consumo humano y el sostenimiento de la fauna íctica (conjunto de especies de peces), principalmente”.
De 2 a 25 microgramos por litro es el promedio de presencia de mercurio en el río Suratá y la quebrada La Baja en los últimos dos años.
También asevera que Santander, en muchos casos, ha decidido (priorizando) el dinero sobre la vida, como la explotación ilícita de la minería (metales y materiales de cantera), una razón fuerte de contaminación.
Para Santoyo, es importante proteger los lugares donde nace el agua, caso del Páramo de Santurbán, pero ¿qué se hace con el agua que se consume y se utiliza?, ¿qué se hace con el agua residual que se genera y que finalmente termina en los ríos como Suratá o de Oro?
“Ya uno ve pocos peces en el río por la contaminación. Antes, como dije, sacábamos cualquier cantidad de peces y de diferentes especies. Medio alzábamos una piedra y salían un montón de pescados. Ahora no se ve nada, ni pequeños, ni grandes, solo gusarapos. Incluso, uno saca arena del río y el olor es tan ‘picho’ (nauseabundo), que a uno le da miedo porque puede salir una alergia o brote o enfermarse”, advierte la edil del corregimiento 2 de Bucaramanga.
En búsqueda de agua
Para buscar agua potable, Sonia comenta que gracias al trabajo social logró sacar adelante dos acueductos veredales, que les facilita el acceso a este servicio para el consumo humano, pero denunció que algunas personas lo usan para sus cultivos.
“Lamentablemente, hace tres años nos contaminaron otra quebrada que cae al río Suratá, donde unos finqueros tienen crianza de cerdos y otros animales. Desde esa fecha llevamos tres años sin un acueducto. Ahora solo tenemos uno y a veces no llega el agua, sufrimos mucho”, dice Sonia.
La Alcaldía de Bucaramanga suele llevarles agua potable en camiones para el consumo de las familias del corregimiento 2, en especial para las veredas Rosa Blanca, Santos bajo y Chitota Los Santos.
“Estamos con agua potable de tanque, sin esta ayuda no tendríamos agua para consumir porque la del río está contaminada. Uno no se explica cómo al estar tan cerca al embalse de Tona, que lleva agua a muchos lugares, como Piedecuesta, Girón, Floridablanca y Bucaramanga, nosotros del campo, en el área de influencia de ese embalse, no tengamos ni una gota de esa agua para nuestro consumo. Es triste”, lamenta Sonia.
Añade que los habitantes de las veredas viven angustiados por no tener acceso a agua potable y por estar expuestos a la contaminación del río. Incluso, manifiestan tener miedo por los riesgos de enfermarse.
¿Qué pasó hacia los años 80 en el río Suratá?
Quien también ha visto de cerca el cambio físico del río Suratá es Fabio Augusto Maldonado, director de la Fundación por el Gran Pacto Social de California.
Fabio vive en las inmediaciones del río desde los años 80 y ha sentido el conflicto debido a que proviene de una familia de mineros ancestrales o tradicionales.
Cuenta que cuando el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga construyó la bocatoma para hacer la planta de tratamiento de Bosconia y el sistema de bombeo, al mismo tiempo empezaba el auge de la pequeña minería legal. “No había ilegal porque casi todos los títulos los tenían mineros tradicionales de la zona”.
Pero este tipo de minería a baja escala usa el mercurio para separar y extraer el oro de las rocas o piedras en las que se encuentra. Es decir, se adhiere al oro formando una amalgama que facilita su separación de la roca, arena u otro material.
“Ya desde ese momento el acueducto tomaba agua de un río contaminado, que recibía también colas de cianuración o arenas cianuradas desde Vetas y California. En esa época, los registros eran incipientes”, precisa Fabio, quien también es miembro del Consejo de Desarrollo Territorial de Soto Norte.
Expone la siguiente comparación: una sola planta de oro en California usaba al mes 18 canecas de cianuro de 50 kilos cada una, más o menos 900 kilos. En ese momento había 80 plantas en funcionamiento en la zona de titulación legal. Actualmente, para el mismo proceso con el oro, se usan entre 12 y 36 kilos de cianuro.
“Uno se da cuenta cuando el río baja con una coloración gris desde Vetas y rojiza o café desde California, eso depende de la intensidad de la actividad minera”, relata Fabio.
De legal a ilegal
Recuerda que en los años 90 hubo un cambio fuerte en la minería en la provincia de Soto Norte porque llegó la primera multinacional, que ahora se llama Eco Oro, empresa que adquirió los títulos mineros de los pequeños.
“Además de eso, se presentaron muchos factores. Por ejemplo, el Estado acorraló a los pequeños mineros por los permisos para las explosiones y su impacto ambiental. También se hizo difícil el acceso a los insumos. Y lo más delicado era la presencia de guerrillas y paramilitares. Por otro lado, era escasa la técnica para trabajar”, describe el líder social.
Según Fabio, lo anterior hizo difícil seguir siendo pequeño minero y continuar con la exploración y explotación de títulos, entonces terminaron vendiéndolos hacia 1994. “Los mineros pasaron de independientes o por cuenta propia a empleados de multinacionales”.
Fabio aseveró que en ese año arrancó en forma la minería ilegal en Soto Norte, debido a esa inactividad tanto de los mineros tradicionales, como de las multinacionales, que no pudieron arrancar su actividad extractiva por frenos sociales y ambientales.
Esa ilegalidad no tiene control, se vierten al río grandes colas de cianuro y mercurio. Durante 20 años o 25 años hubo vertimientos, pero en bajas cantidades, ahora está desordenado. Vetas sí logró disminuir su carga contaminante, pero California presenta picos altos".
-Precisa este minero tradicional.
Otra de las razones de este auge de la minería ilegal, según Fabio, es la lenta y difícil formalización. Puso este caso: 160 familias asociadas en California llevan 12 años tratando de ser legales ante el Estado, como resultado de un proceso social y ejercicio de gobernanza. “Del Estado, sólo restricciones y restricciones”.
¿Y el mercurio?
Fabio considera que el mercurio más dañino es el residual, mas no el industrial. Este último es el insumo que usan por lo general en Vetas, California y Suratá en minería artesanal.
“Por ejemplo, mi madre lleva 55 años usando mercurio industrial diariamente para sacar el oro y la plata con la batea. Incluso, lo hice durante 15 años. Y con dos estudios de la UIS se concluyó que no hay un impacto significativo del mercurio industrial en las personas, mientras que el residual, que corre por quebradas y ríos, sí tiene efectos en humanos y animales”, explica Fabio.
Sostiene que una solución a esta situación es tecnificar la actividad minera a través de la tecnología y la transferencia de conocimiento, pero eso no se da ni en Vetas, ni en California.
“Al persistir esta contaminación, el Acueducto Metropolitano no ha sido claro con la ciudad ni con Soto Norte sobre las captaciones que hacen de este río contaminado desde los 80. Y lo peor, ninguna autoridad ambiental ni política ha logrado que se traten las aguas de la quebrada La Baja y del río Vetas, que luego se unen al río Suratá”, insistió Fabio.
Reporte de concentración de mercurio
Alejandro Estrada, gerente del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga (amb), precisa que, a pesar de la presencia de sustancias químicas, este año la planta de tratamiento de agua potable de Bosconia opera en condiciones normales.
Hasta la fecha (2023), el máximo valor que se ha presentado en el río Suratá por concentraciones de mercurio ha sido de 5,4 microgramos por litro, eso fue el 26 de febrero. Este valor al ser menor a 15 microgramos por litro permite que se active el pretratamiento en la planta".
-Explica Estrada, gerente del amb.
62 casos de explotación ilícita de yacimiento minero y otros materiales reportó el Índice de Riesgos Subnacional del 2022.
Añade que con dicho pretratamiento, el agua cruda queda por debajo de la que pide la norma, que es 2 microgramos por litro, permitiendo que el agua cumpla con los parámetros para ingresar a la planta de tratamiento.
“Al ingresar a la planta, se inicia el proceso y luego de cumplirse todas las etapas, el agua tratada, según los análisis sale ND, es decir, no detectable para mercurio, lo que garantiza que es apta para el consumo humano”, precisa el gerente.
Desde julio del 2022, Vanguardia ha publicado varios informes que dan cuenta de la aparición de mercurio en aguas del río Suratá, principal fuente de abastecimiento para el área metropolitana de Bucaramanga.
Esto registros evidenciaron la contaminación a lo largo de la quebrada La Baja y de los ríos Vetas y Suratá, que están conectadas a la cuenca hídrica que nace en el Páramo de Santurbán, que es la zona donde se concentra la actividad ilegal de extracción de oro. Hecho que se debe mirar tanto como un fenómeno que causa serios daños ambientales, como afectación a la potabilidad del agua.
Incluso, este medio denunció el tráfico oculto de esta sustancia química y otros productos que se consiguen a través de una red ilegal en Bucaramanga. En la capital santandereana, se puede comprar un kilo de mercurio, envasado, por $650.000.
El episodio más crítico se dio la última semana de julio del año pasado, cuando el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga cerró la captación que se hace desde la Planta de Bosconia, cuando detectó presencia de mercurio de 163 microgramos por litro de agua. El dato más alto que se ha evidenciado desde 2010.
Si la bocatoma del río Suratá se cierra, el área metropolitana tendría agua solo por tres meses utilizando solo el caudal del embalse de Tona, advierte el amb.
Hasta la fecha, ningún órgano de control, ni ninguna autoridad ambiental ha investigado a fondo la contaminación del río Suratá. Lo más cercano fue la instalación de la primera Mesa Nacional para el Control de Mercurio, en enero de este año, cuando la procuradora general, Margarita Cabello Blanco, hizo un llamado a combatir la minería ilegal que se presenta en California, Santander.
Esto confirma lo que reveló el segundo informe del Índice de Riesgos Subnacional del 2022: Santander es la región con mayor riesgo medioambiental entre los 32 departamentos.
“Santander es el departamento con más riesgo ambiental”, concluye el estudio.
En Santander se registraron 166 casos de delitos de aprovechamiento ilícito de los recursos naturales renovables. Hubo 62 casos por delitos de explotación ilícita de yacimiento minero y otros materiales.
“Ya no es un río, es una cloaca”: ictiólogo
Carlos Ardila Rodríguez es ictiólogo y especialista en peces de agua dulce, quien estudió el río Suratá y recuerda que era rico en peces, en particular la especie Carassius. Pero en su último recorrido hace más o menos ocho años ya no encontró nada.
Lo recorrí desde California hacia abajo y comprobé que es un río muerto totalmente. No se encuentran ni sarapicos siquiera. Un río que era tan hermoso y rico en biodiversidad, ahora es un desierto acuático sin especies".
-Asevera Ardila, quien es miembro de la Asociación Colombiana de Ictiólogos.
Dice que era río cristalino, donde la gente de Matanza, California y Suratá se bañaban y lavaban su ropa, incluso sacaban agua para los cultivos. “Se extinguió esa biodiversidad y lamentablemente no pudimos estudiarla ni recolectarla, como las sabaletas...Donde hay peces hay pureza, porque ellos limpian los afluentes hídricos”.
El ictiólogo y miembro de la Asociación Colombiana de Ciencias Biológicas considera que la principal fuente de contaminación ha sido la minería ilegal en Vetas y California, que trajo consigo vertimientos de cadmio, mercurio y cianuro para extraer el oro.
“Esas sustancias son mortales para la fauna acuática porque acaban con todo. Esa es la gran problemática. Porque mientras pensemos que vale más un kilo de oro que un vaso de agua seremos irracionales”, asegura Ardila, quien se especializó en los peces andinos y del Caribe, quien agregó que otro factor, la deforestación para crianza de animales y otros cultivos.
“Hoy en día no hablamos del río Suratá, sino de la cloaca Suratá porque eso murió, nadie se va a bañar allá ni nadie va a tomar agua de allí. Eso es lo que le vamos a dejar a las futuras generaciones donde ellos no podrán tomar agua y si toman está contaminada”, alerta Ardila.
Para él, no hay educación ni conciencia ambiental de la población y los gobernantes, ya que este daño es irreversible.
“¿Cómo es posible que se contamine el agua que abastece el acueducto del área metropolitana? Más o menos en 30 años ese río dejará de existir”.
¿Qué pasa con las aguas residuales?
La ingeniera Claudia Santoyo, especialista en Microbiología Ambiental, explica que las aguas residuales se generan por las actividades del ser humano, sean domésticas o industriales, que contienen variedad de sustancias químicas y/o microorganismos patógenos.
“Cuando estas se vierten en corrientes hídricas causarán un impacto negativo al ecosistema y a la salud humana. Además, se convierten en transmisores de enfermedades como hepatitis, diarreas agudas y fiebre tifoidea. Esto disminuye la disponibilidad de agua para las poblaciones”, sostiene la experta.
Según el estudio sectorial de la Superintendencia de Servicios públicos Domiciliarios, para el 2021, aproximadamente el 34 % de los municipios de Santander cuentan con algún Sistema de Tratamiento de Agua Residual doméstica proveniente del casco urbano. Y el porcentaje en el área rural es mucho menor, en donde la mayoría de los casos el agua residual se dispone de manera directa a las fuentes hídricas.
“Es deber del Estado velar por la protección, conservación, recuperación y manejo sostenible del recurso hídrico, mediante la gestión integral para el manejo y tratamiento del agua residual doméstica y no doméstica, donde se incluya reducción y control de la calidad de vertimientos, ampliación de la cobertura de alcantarillado, tanto en el área urbana como rural. También que haya gestión de proyectos de inversión en saneamiento básico, construcción de infraestructura para el tratamiento de agua residual y el desarrollo de programas de educación ambiental”, recomienda Santoyo.
A pesar de que Santander cuenta con riqueza hídrica, afirma la ingeniera, hay falencias en el uso racional del agua y gestión deficiente de las autoridades responsables del manejo y tratamiento del agua residual.
Según la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios, para el 2021, el 34 % de los municipios de Santander cuentan con algún Sistema de Tratamiento de Agua Residual Doméstica en el casco urbano.
Impactos ambientales de la contaminación del río Suratá
Erwing Rodríguez-Salah, líder cívico y ambiental de Santander en la defensa del agua y los páramos, precisa que los principales perjudicados con esta contaminación son quienes se benefician del sistema del río Suratá, ya que su cuenca es abastecedora de agua del área metropolitana de Bucaramanga.
“También las poblaciones que se encuentran aguas abajo de nuestra ciudad. Hay que dar una mirada integral, pues todo está concatenado: microcuencas – subcuencas –cuencas – macrocuenca”, indica Rodríguez-Salah, quien fue uno de los accionantes de la Sentencia T-361 (2017) de la Corte Constitucional, que determinó la delimitación del Páramo de Santurbán.
Recuerda que el impacto se expande a la subcuenca del río Suratá, donde convergen las microcuencas de los ríos Vetas, Suratá Alto, Charta, Suratá Bajo y Tona. Luego, el río Suratá vierte sus aguas en el río Lebrija (cuenca), que a su vez desemboca en el río Magdalena (macrocuenca).
“En ese orden de ideas, la contaminación de una de las microcuencas puede afectar una macrocuenca, con afectación para todas las poblaciones que encuentren a su paso, cada río en su trayecto”, advierte el experto ambiental.
Enfatizó en que el impacto será grave si no se toman los correctivos oportunos y pertinentes. Incluso, la situación es tan delicada que se dan licencias ambientales para la explotación de minería por encima de las captaciones (bocatomas) del acueducto metropolitano de Bucaramanga (amb).
2017, desde ese año hay polémica por la delimitación de Santurbán, para cumplir la Sentencia T-361 de 2017 de la Corte Constitucional.
¿Qué se debe hacer para recuperar el río Suratá?
Erwing Rodríguez-Salah, líder cívico y ambiental, manifiesta que para recuperar el río Suratá se requiere presencia del Estado y voluntad de las autoridades ambientales, como el Ministerio de Ambiente y la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, acompañados del Ministerio de Minas y Energía y la Agencia Nacional de Minería.
En el plano regional, según Rodríguez-Salah, deben intervenir la Cdmb con sus funciones de inspección, vigilancia y control; las administraciones locales de los municipios afectados en la subcuenca del río Suratá y la Fuerza Pública.
Mineros de la provincia de Soto Norte, en Santander, activan planta para descontaminar el río Suratá de mercurio
28 de julio de 2023
Con esta planta se podrá procesar diariamente hasta una tonelada de relaves o arenas contaminadas con mercurio, las cuales podrían afectar el río Suratá del cual el Acueducto de Bucaramanga se abastece.
La empresa de 160 pequeños mineros formalizados Calimineros, en alianza con la ONG Pure Earth Colombia, puso en funcionamiento esta semana la primera planta de descontaminación de relaves o arenas con mercurio en el área de influencia del río Suratá en Santander.
La contaminación de este río se debe a la operación minera, en especial la ilegal que usa mercurio y cianuro, así como las aguas residuales de los hogares de la provincia de Soto Norte y las actividades agropecuarias.
Con un área aferente de 689 kilómetros cuadrados, el río Suratá es uno de los tres principales afluentes del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga (amb). De ahí que los ojos de las autoridades ambientales se volcaron hacia él, tanto por las denuncias de contaminación, como por la presencia de mercurio en sus aguas.
La planta
Esta planta se trata de un innovador sistema que utiliza placas de cobre recubiertas de plata que permiten procesar diariamente hasta una tonelada de relaves o arenas contaminadas con mercurio, las cuales son producidas por la minería no tecnificada. Debido a las constantes lluvias que se presentan en la región, estas arenas entran en contacto con el río Suratá, lo que genera una forma de contaminación.
“La implementación de estas tecnologías en el territorio forman parte de un gran proyecto que involucra el compromiso no solo de los pequeños mineros asociados en Calimineros, sino de todos los habitantes de California, en la eliminación definitiva del mercurio, así como en el establecimiento de prácticas que protejan el agua de nuestra comunidad y de toda la región”, aseguró Jorge Abad Maldonado, gerente de Calimineros.
Esta planta será vital para identificar agentes contaminantes porque, según el reporte del amb, el acueducto toma las aguas de los ríos Suratá para abastecer la planta de Bosconia.
Hay que recordar que dos millones de personas dependen en Santander de las fuentes hídricas que nacen en el Páramo de Santurbán.
Durante un día, la planta instalada en el municipio de California, Santander, podrá procesar hasta una tonelada de relaves, incluso, si estos tienen hasta 15 años de antigüedad.
Según las primeras pruebas realizadas esta semana, este sistema permite remover el 84 % del mercurio, una sustancia que pese a estar prohibida en el país, se sigue utilizando irregularmente, causando impactos negativos en el ecosistema.
Contaminación
Claudia Santoyo, especialista en Microbiología Ambiental, asegura que el deterioro del recurso hídrico se debe principalmente a la presencia de mercurio y cianuro por las actividades mineras en el área de influencia del Páramo de Santurbán.
Y según un informe de Vanguardia, publicado el pasado 9 de abril, se reveló que son cuatro décadas de contaminación a este río.
Como lo han evidenciado diferentes veedurías ciudadanas y autoridades como la Procuraduría, la presencia de mercurio en el río Suratá es preocupante. Según mediciones del amb, en el río se han identificado picos de contaminación de hasta 163 microgramos de mercurio por litro de agua en el 2022, cuando el máximo permitido por la norma es de 2 microgramos por cada litro.
Y en lo corrido del 2023, el máximo valor que se ha presentado por concentraciones de mercurio ha sido de 5,4 microgramos por litro, eso fue el 26 de febrero. Este valor al ser menor a 15 microgramos por litro permite que se active el pretratamiento en la planta.
El mercurio recuperado por Calimineros será entregado a la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (Cdmb), que hará una disposición responsable de esta sustancia gracias a que también recibió de Pure Earth la primera unidad de almacenamiento temporal de mercurio de Colombia.
Selección de Santander
Lizeth Olaya, directora de Pure Earth en Colombia, indicó que “escogimos el territorio de Santander debido a su relevancia en la actividad minera y su potencial para generar un impacto significativo en el medio ambiente. Tras establecer contacto con diversas asociaciones de mineros y evaluar diferentes opciones, Calimineros se destacó como la elección ideal para llevar a cabo este importante proyecto”.
Este sistema, que por primera vez se implementa en Santander, fue entregado Calimineros por Pure Earth, una ONG que lleva más de ocho años en Colombia adelantando proyectos enfocados en reducir el impacto negativo de metales como el mercurio y el plomo. Además, cuenta con la financiación del Departamento de Estado de los Estados Unidos.
Informe especial: La devastadora minería ilegal de oro ya está en Bucaramanga
18 de diciembre de 2022
Este año han sido capturadas 79 personas por minería ilegal de oro en Bucaramanga. Además, se ha incautado mercurio. Este impacto ambiental pasaría desapercibido para la ciudad. Además, expertos coinciden en que ha faltado control, revisión y autoridad para afrontar y frenar los delitos ambientales, ‘ecocidios’ y afectaciones a los ecosistemas de Santander por parte de la Gobernación y las alcaldías.
Las explosiones se escuchan casi siempre pasadas las tres de la mañana. Su sonido seco despierta a algunos habitantes de barrios como Estoraques, Monterredondo y Manzanares, entre otros, ubicados muy cerca de la escarpa occidente de Bucaramanga.
En estas comunidades, desde hace por lo menos seis meses, la gente intuye que algo extraño ocurre en la zona del talud que los bordea. Del fondo de esta área, que cubre también una zona boscosa, atravesada por quebradas, provendrían los fuertes sonidos. - Se ha visto gente extraña por esos lados.
Vecinos afirman que hace unas semanas observaron personas con armas ‘largas’, parecían como estar vigilando algo. ¿Qué? No sabemos, preferimos no ir por allá...
Lo afirma un residente de estos barrios, que por miedo, pide no revelar su nombre, ni la ubicación de su casa. Otra persona agrega que en estos barrios se difundió con insistencia la versión que sería más rentable ir a buscar oro a esta escarpa, que seguir en el comercio informal o trabajar en los talleres de zapatería, algunas de las actividades económicas de los habitantes de esta zona de Bucaramanga.
- Varios vecinos dicen que dejaron de trabajar en zapatería por ir a buscar oro por los lados de la escarpa donde termina el barrio. Eso es lo que se afirma, pero nadie se atreve a ir hasta allá por temor. En toda esa área sabemos que hay minería de oro, incluso uno los puede ver trabajando desde el puente de La Novena y otros sectores.
Este segundo residente, también con miedo, asegura que desconoce quién o quiénes, desde hace por lo menos seis meses, recorren esta zona de vegetación, con protección especial de la autoridad ambiental, en búsqueda de oro. Además, lanzó una alerta que debería preocupar a las autoridades.
- Si realmente están extrayendo oro, preocupa la estabilización del talud de estos barrios. Tal vez no se vea reflejado de forma inmediata, pero a futuro, si siguen impactando la montaña, puede peligrar la estabilidad de nuestro barrio por la remoción de masas...
El testimonio de este ciudadano la corroboraron esta semana a Vanguardia funcionarios de la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, Cdmb, quienes explicaron que el fenómeno de la minería ilegal del oro se registra desde hace un tiempo en algunas zonas del área metropolitana de Bucaramanga.
Producto de esta actividad ilícita, el año pasado la Policía Nacional capturó a 70 personas relacionadas con delitos ambientales derivados de la extracción de oro en varias zonas de la escarpa de Bucaramanga. Hasta noviembre pasado, el número de mineros ilegales detenidos, algunos sin mayor experiencia en este oficio, ascendía a 79, incluidos dos menores de edad.
En los operativos realizados por unidades del Comando de la Policía Metropolitana de Bucaramanga, con acompañamiento de la Cdmb (autoridad ambiental), se ha incautado mercurio. Una gota de este metal basta para contaminar más de 30.000 litros de agua potable. De hecho se presume que este metal pesado, dañino para la salud humana, habría contaminado quebradas como Chapineros o La Cuyamita, entre otras (donde se ha detectado minería ilegal en Bucaramanga), que terminan desembocando en los ríos Frío y Oro, y consecutivamente en el río Lebrija.
El mercurio se utiliza en la minería para separar el metal de la piedra extraída. Este elemento químico se adhiere al oro, formando una amalgama. Según los expertos en salud, este es el uso más contaminante que se le puede dar a este metal pesado. Se presume que no siempre el mercurio utilizado en este proceso se recicla, así que esta sustancia puede quedar en la superficie del agua o llegar hasta los sedimentos. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, “una vez está en la tierra, el mercurio cambia su forma química, principalmente a través del metabolismo de bacterias u otros microbios, y se convierte en metilmercurio, la forma más peligrosa para la salud del ser humano y del medio ambiente”.
Una vez los mineros ilegales tienen la amalgama, ocurre otro proceso que genera gran preocupación para las autoridades ambientales por los altos índices de contaminación. Esta amalgama muchas veces se calienta a cielo abierto para que se evapore el mercurio y quede el oro. Cuando esto ocurre sin ‘retorta’ (recipiente que se coloca invertido sobre la amalgama mientras se quema para que el vapor de mercurio quede atrapado y se condense), los vapores de mercurio escapan al aire y son inhalados por los mineros y demás personas que se encuentren cerca.
Se estima que esta práctica produce emisiones atmosféricas de mercurio de alrededor de 300 toneladas métricas anuales en todo el mundo.
Investigaciones ambientales de la ONU determinan que “cuando la amalgamación se realiza manualmente, parte del mercurio se absorbe directamente a través de la piel del minero. Generalmente, la amalgamación y el quemado se hacen sin tomar medidas de protección (como el uso de retortas o guantes). El vapor de mercurio se deposita también en los hogares, sobre las superficies de preparación de la comida, y cae en el suelo y en las masas de agua locales. El vapor de mercurio representa un peligro no solo para la población local, ya que puede recorrer grandes distancias en la atmósfera”.
A esta situación que ocurre en Bucaramanga se suma una crisis ambiental que se registra en el área de influencia del Páramo de Santurbán, donde en los últimos años, unas 400 personas, coordinadas por mafias, entre locales y foráneos, extraen oro en las 280 hectáreas que le correspondía explorar a la multinacional canadiense Eco Oro. Buena parte de ese terreno está en zona del Páramo de Santurbán. En la actualidad esta área, abandonada a su suerte por el Estado tras la salida de Eco Oro del territorio, carece de la presencia permanente de las autoridades. Son las “mafias” las que deciden quién entra y sale de las minas”. Estos mineros integran un mercado negro de comercialización de mercurio entre Bucaramanga y la provincia de Soto Norte. Esta actividad genera altos índices de contaminación en las cuencas hídricas, como el río Suratá, cuyos índices de contaminación han excedido los límites permitidos por las normas sanitarias, según reportes obtenidos en la bocatoma del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga.
¿Quiénes son los mineros de Bucaramanga?
Funcionarios de la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, Cdmb, aseguraron a Vanguardia que este año han desarrollado 17 operativos contra la minería ilegal de oro en Bucaramanga. En estas acciones se ha identificado que estos mineros ilegales son personas que residen principalmente en los barrios colindantes a la zona de explotación minera.
“Estas personas, que residen en asentamientos subnormales, son en su mayoría desplazados del conflicto armado o migrantes. Tienen, además, poca experiencia en minería. Solo unos pocos, según hemos detectado, provienen de minas del sur de Bolívar. No hemos identificado que detrás de ellos existan grupos organizados, más bien son personas que trabajan por su cuenta. En los operativos hemos encontrado que utilizan mercurio, hecho que preocupa...”, expresó uno de los funcionarios al frente de estos operativos en la Cdmb.Una vez son conducidos por la Policía, se les abre un proceso penal y recuperan la libertad, ya que muchos de estos delitos ambientales son excarcelables. Mientras la investigación avanza en la Fiscalía, estas personas regresan casi siempre a la actividad ilegal. Son varios los casos de personas reincidentes que son detenidas por la autoridad.
Estos mineros, en la mayoría de los casos, no construyen socavones, como ocurre en el municipio de California. Su actividad ilegal se desarrolla aplicando agua a presión sobre la montaña para generar el desprendimiento de la roca. De allí, mediante un sistema rudimentario de canaletas, llevan el mineral a la zona donde se realiza el lavado con mercurio. Debido a la precariedad de estos procedimientos, el riesgo de contaminación es muy alto.
“Por un lado se registra un riesgo de contaminación con mercurio en los afluentes y, por el otro, se generan graves daños al talud por procesos de socavación y remoción de masas. Estas zonas son protegidas ambientalmente y el impacto de esta minería genera graves daños a los ecosistemas...”, precisó una fuente de la Cdmb.
¿Qué hace la Alcaldía de Bucaramanga?
La Procuraduría General de la Nación convocó el pasado jueves a una nueva mesa de trabajo interinstitucional de seguimiento a la problemática de la minería ilegal y contaminación con mercurio de la cuenca del río Suratá. La reunión, a la que asistieron delegados de los ministerios de Ambiente y Minas, la Gobernación de Santander, la Cdmb, las alcaldías de Bucaramanga y municipios de la provincia de Soto Norte, entre otras instituciones, se desarrolló en las instalaciones de la Fiscalía General de la Nación, sede Bucaramanga. En la cita se verificaron los compromisos, planes y proyectos de esas entidades frente a las denuncias sobre minería ilegal, tráfico de mercurio y contaminación de fuentes hídricas. Gustavo Guerrero, delegado ambiental de la Procuraduría, le dijo a Vanguardia que les inquieta el tema de la minería ilegal de oro en Bucaramanga y el uso de mercurio en esta actividad. “Nos preocupa este tema. Le preguntaremos a la Alcaldía de Bucaramanga qué acciones realiza frente a este fenómeno que ustedes denuncian...”.
Vanguardia intentó sin éxito conocer una respuesta del mandatario Juan Carlos Cárdenas, pero pese a múltiples intentos, no fue posible conocer su opinión al respecto.
Panorama departamental
Precisamente este tipo de denuncias de minería ilegal llevaron a que 60,02 puntos fuera la calificación de Santander en la categoría de medioambiente del reciente informe del Índice de Riesgos Subnacional del 2022. ¿Esto qué quiere decir? Que la región tiene un riesgo muy alto y ocupa la última posición entre los 32 departamentos y Bogotá.
En palabras coloquiales: Santander se rajó en el cuidado de sus ecosistemas. “Santander es el departamento con más riesgo ambiental, según el Índice de Riesgos Subnacional 2022”, se lee en el informe.
Dicha categoría tiene la finalidad de evidenciar las afectaciones ambientales e informar a las empresas que quieren invertir en la región sobre la incidencia departamental de delitos y acciones que impactan los ecosistemas, los recursos naturales y la salud. Y para llegar a esta evaluación se tuvieron en cuenta cuatro variables que identifican al aprovechamiento irregular de recursos y los daños ambientales en Santander.
El informe reveló que, durante el 2021, de acuerdo con los datos recogidos, en Santander se registraron 166 casos de delitos de aprovechamiento ilícito de los recursos naturales renovables, siendo el segundo territorio donde más se presentó este delito, después de Bogotá. Hubo 62 casos por delitos de explotación ilícita de yacimiento minero y otros materiales, lo que equivale a ser el tercer departamento donde más se dio esta infracción, después de Antioquia y Boyacá.
Asimismo, se registraron 78 casos por delitos de daños en los recursos naturales y ‘ecocidio’, lo que corresponde a la segunda región donde más sucedió este hecho, después de Meta.; y se registraron 22 casos por delitos de contaminación ambiental, lo que representa la tercera, después de Bogotá y Cundinamarca.
“Estos resultados demuestra los problemas medioambientales del departamento y en qué áreas el sector empresarial puede participar para fortalecer y/o reparar los ecosistemas, con el fin de hacer parte de iniciativas que permitan consolidar relaciones entre el sector público, las comunidades y el sector empresarial”, concluyó el informe.
Estos resultados concuerdan con las denuncias y seguimientos publicados por Vanguardia sobre la contaminación de mercurio en el río Suratá de los últimos meses.
Análisis
Sergio Guzmán, director de Colombia Risk Analysis, firma encargada del Índice de Riesgos Subnacional, precisó que, a pesar de que Santander es un departamento de riesgo medio en general, cuando se va al detalle es una región que experimenta mayores riesgos medioambientales, ubicándose en el último lugar del país. Incluso riesgos políticos, en el que ocupa la posición 23 de 32 departamentos y Bogotá.
“Hay cuatro variables que nosotros analizamos para esta categoría, que son el aprovechamiento ilícito de recursos naturales, en donde Santander está ubicado en la casilla 29 de 33; la explotación ilícita de yacimientos mineros y otros, donde ocupa la posición 18 de 33; los daños en los recursos naturales y ‘ecocidios’, está en el puesto 18 de 33; y el indicador de contaminación ambiental, en donde ocupa la casilla 12”, describió Guzmán.
Enfatizó en que estos eventos medioambientales asociados a la minería ilegal y a la contaminación hicieron de Santander el mayor riesgo en Colombia en este aspecto.
A grandes rasgos, un empresario santandereano no se siente en un lugar de media tabla del país, creo que ve gran potencial y futuro en su región, pero lo que está deteniendo que Santander logre llegar a los principales
lugares de atracción de inversión son los asuntos medioambientales”.
-Precisó Guzmán.
A renglón seguido, agregó que si los próximos alcaldes, concejales, diputados y el gobernador de Santander quieren que el departamento mejore tienen que ponerle cuidado a los delitos ambientales, al monitoreo de estos y a la preservación de sus hábitats naturales.
¿Por qué a Santander le va mal en lo medioambiental?
Vanguardia consultó a dos expertos en este tema para entender lo que está pasando en la región, cuáles son las causas y consecuencias. Erwing Rodríguez-Salah, líder cívico y ambiental de Santander, afirmó que estos resultados “reflejan la falta de presencia del Estado con su institucionalidad, especialmente de las autoridades ambientales regionales”.
Para él, la falta de un control efectivo es una de las causas. Paralelo a esto, está la falta de las respectivas sanciones para los infractores ambientales, lo que conlleva a la impunidad, “que es el mejor incentivo para el aumento de los delitos ambientales. Si el Estado ni siquiera es capaz de controlar y sancionar las infracciones ambientales de la minería legal, menos lo hará con la minería ilegal”, aseveró Rodríguez-Salah.
En esto coincide la ingeniera Claudia Santoyo Muñoz, especialista en Microbiología Ambiental, quien identificó la deficiente gestión institucional como la principal causa, a lo que agregó la falta de cultura ambiental ciudadana para la protección de los recursos naturales.
Existe una deficiente gestión de las entidades con responsabilidad ambiental en el departamento, para implementar acciones que busquen la conservación de los recursos naturales. Entre las problemáticas está la
contaminación del recurso hídrico, esencial para la vida”.
-Señaló la académica.
De acuerdo con Santoyo, hay otras dos razones por las que Santander hoy está en riesgo mediodambiental. La primera, por la falta de implementación de sistemas eficientes para el tratamiento de agua residual e industrial en el ámbito municipal; y la segunda, por la carencia de sistemas para el manejo adecuado y disposición de residuos sólidos, como se puede observar en Bucaramanga y su área metropolitana y en la mayoría de los municipios de la región.
“Es importante proteger los lugares donde nace el agua, caso del Páramo de Santurbán, pero qué hacemos los que consumimos y utilizamos el agua, qué hacemos con el agua residual que generamos y termina en los ríos, como el caso de Río de Oro. Se habla mucho de arriba, pero de abajo no hacemos nada o mejor poco”, advirtió la académica.
Por su parte, Rodríguez-Salah recordó un caso para ilustrar lo que pasa. Explicó que la Cdmb aún no resuelve un proceso sancionatorio contra la transnacional Minesa, que data del 21 de noviembre de 2017, por presunta infracción de la legislación ambiental por su túnel de exploración El Gigante, “cuyo nombre se cambió a ‘El Emboque’, quizás en un intento por disimular la magnitud del daño. Es decir, el proceso sancionatorio ya cumplió cinco años el pasado 21 de noviembre, sin que conozcamos su fallo”.
Cultura ciudadana
A la académica Santoyo, como se mencionó anteriormente, le preocupa la cultura ciudadana hacia el medioambiente.
“Si como seres humanos, pensantes, no cambiamos la forma de ver e interactuar con el medioambiente, consideraría que es difícil preservarlo y conservarlo. Por ejemplo, el tráfico ilegal de fauna silvestre en Santander es un caso de aprovechamiento ilícito de los recursos naturales renovables, que se presenta porque existe un “consumidor ignorante ambientalmente” que tienen animales silvestres como mascotas o consume la carne o los huevos, fortaleciendo un negocio que pone el riesgo la salud de los ecosistemas”, sostuvo.
Finalizó diciendo que los santandereanos han decidido el dinero sobre la vida y “es así como la explotación ilícita de la minería (metales y materiales de cantera) es otra razón muy fuerte que está afectando los recursos naturales del departamento”.
Movilizar hacia la reflexión
El abogado y docente Miguel Contreras Landinez, asesor jurídico del Observatorio de Conflictos Ambientales de la Corporación Compromiso, reiteró que Santander presenta el mayor riesgo ambiental a nivel nacional por los constantes eventos que afectan a la naturaleza y su biodiversidad.
“Esto nos debe movilizar hacia la reflexión para buscar alternativas desde los instrumentos jurídicos y la pedagogía por la conciencia ambiental. Tenemos un departamento con paisajes hermosos, pero al mismo tiempo, si no mejoramos el rumbo no podremos adaptarnos al cambio climático por lo que sería una nueva etapa de crisis que demandaría inversión de tiempo y recursos”, indicó Contreras.
Respecto a la explotación ilícita de yacimiento minero y otros materiales, el abogado revisó algunos títulos mineros y encontró que algunos no superan el examen de legalidad, por ejemplo, uno entre San Vicente de Chucurí y El Carmen de Chucurí, donde se estima explotar 500.000 toneladas de carbón cada año en 1.949 hectáreas.
No sobra mencionar que este proyecto ha generado una fuerte oposición social en las comunidades de estos municipios, por considerar entre otras cosas, el cambio de la vocación agrícola campesina a minero industrial en el territorio”.
El experto aseveró que la ilegalidad en el departamento no rinde cuentas o no es vigilada provocando afectaciones fuertes en los ecosistemas. “Es lo que sucede con las concentraciones de mercurio en el río Suratá, que en opinión del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga se debe a la minería en la parte alta de la cuenca, por ende, si la comercialización y uso de mercurio y las medidas de control para la importación y comercialización del mercurio se encuentran reguladas y prohibidas en la Ley 1658 de 2013 y el Decreto 2133 de 2016 ¿Por qué se encuentran trazas de mercurio en el agua cruda del río Suratá que abastece a un millón de habitantes?”, se preguntó.
Agregó que en la región son frecuentes los eventos de derrame de crudo o afloramientos, algunos naturales y otros provocados por la intervención de las personas, ya sea por fallas técnicas o por el aprovechamiento ilícito como la instalación de válvulas para el hurto y comercialización en una economía ilegal. A esto lo llamó daños en los recursos naturales, ‘ecocidio’ y contaminación ambiental.
Denuncia: Minería ilegal amenaza la escarpa occidental de Bucaramanga
11 de febrero de 2024
La investigación de Vanguardia que reveló cómo la devastadora minería ilegal de oro ya está en Bucaramanga publicada en diciembre del 2022 la confirmó este año Larry Sánchez edil de la Comuna 5 de Bucaramanga quien denunció en su perfil de X antes Twitter cómo la minería ilegal está amenazando las escarpas occidentales de Bucaramanga
En su momento, esta redacción contó que las explosiones se escuchan casi siempre pasadas las tres de la mañana. Además, vecinos afirmaron que observaron personas con armas ‘largas’, parecían como estar vigilando algo. "¿Qué? No sabemos, preferimos no ir por allá...".
Incluso, se reveló que en estos barrios de la ciudad se difundió con insistencia la versión que sería más rentable ir a buscar oro a esta escarpa, que seguir en el comercio informal o trabajar en los talleres de zapatería, algunas de las actividades económicas de los habitantes de esta zona de Bucaramanga.
Ahora, 14 meses después, Sánchez aseguró que la creciente actividad de minería ilegal en las cercanías de las escarpas occidentales representa una amenaza para esta área natural y las comunidades que la rodean.
"Durante un reciente encuentro con líderes comunitarios, se expresó una creciente preocupación por el avance de la actividad minera ilegal", dijo en un hilo de X.
Hay que recordar que estas escarpas rodean la comuna 5 de Bucaramanga, siendo un importante distrito regional de manejo integrado (DRMI) catalogado como zona de protección.
Según el edil, los habitantes de esta zona de Bucaramanga advirtieron que la minería ilegal está provocando daños en las escarpas y aumentando el riesgo de deslizamientos hacia los barrios circundantes.
"Aunque inicialmente se creía que los huecos y brechas en las escarpas eran resultado de deslizamientos naturales, la investigación que hicimos reveló que la minería ilegal en las quebradas La Iglesia y Seca está contribuyendo significativamente a estos problemas", alertó Sánchez.
En su momento, Vanguardia recogió el testimonio de un habitante, quien reservó su nombre y dijo: "Si realmente están extrayendo oro, preocupa la estabilización del talud de estos barrios. Tal vez no se vea reflejado de forma inmediata, pero a futuro, si siguen impactando la montaña, puede peligrar la estabilidad de nuestro barrio por la remoción de masas...".
Esta preocupación la validó el edil Sánchez, quien solicitó que las autoridades tomen medidas urgentes para detener esta actividad ilícita y proteger las escarpas occidentales, que no solo son un importante ecosistema, sino también un elemento fundamental para la protección de las comunidades cercanas.
La falta de acción por parte de las autoridades podría tener consecuencias devastadoras, poniendo en riesgo la integridad de las escarpas y amenazando con extender los daños".
-Advirtió el líder de la comuna 5 de Bucaramanga.
A esta denuncia se sumó Cesar Augusto Flórez Ayala, presidente de la JAC del barrio la Concordia, quien afirmó que este tema lo he venido alertando hace 4 años.
"El daño irreparable a toda la escarpa de Bucaramanga y poco control de entidades ambientales ha propagado la vivienda informal. La gente no tiene oferta de vivienda", señaló.
Para la investigación de Vanguardia, funcionarios de la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, Cdmb, precisaron que el fenómeno de la minería ilegal del oro se registra desde hace un tiempo en algunas zonas del área metropolitana de Bucaramanga.
Por eso, producto de esta actividad ilícita, en el 2021, la Policía Nacional capturó a 70 personas relacionadas con delitos ambientales derivados de la extracción de oro en varias zonas de la escarpa de Bucaramanga. Y para el 2022, el número de mineros ilegales detenidos, algunos sin mayor experiencia en este oficio, ascendía a 79, incluidos dos menores de edad.
A esta situación que ocurre en Bucaramanga se suma una crisis ambiental que se registra en el área de influencia del Páramo de Santurbán, en donde en los últimos años, unas 400 personas, coordinadas por mafias, entre locales y foráneos, extraen oro en las 280 hectáreas que le correspondía explorar a la multinacional canadiense Eco Oro. Buena parte de ese terreno está en zona del Páramo de Santurbán.
Hechos también registrados por Vanguardia en este especial multimedia sobre la contaminación de mercurio en Santurbán.
En la actualidad esta área, abandonada a su suerte por el Estado tras la salida de Eco Oro del territorio, carece de la presencia permanente de las autoridades.
Devastadora minería ilegal en Bucaramanga: búsqueda de oro amenaza la escarpa occidental
23 de febrero de 2024
Tras un recorrido por una parte de la escarpa occidental de Bucaramanga Vanguardia constató cómo la actividad minera ilegal erosiona la montaña y cómo se extrae oro con químicos y maquinaria en esta zona de la ciudad.
Cinco vueltas le da a la batea de madera para asentar la arena. A su lado hay un colador amarillo, un saco roto en donde hay más tierra de la quebrada, un machete oxidado, un tarro de plástico negro cortado por la mitad y un filtro artesanal para decantar el oro que corre por las aguas contaminadas, con vertimientos residuales y metales pesados como mercurio.
Sentado sobre unas piedras de la quebrada La Joya, como se conoce, en la escarpa occidental de Bucaramanga, está ‘Francisco’ (nombre cambiado a petición de la fuente por su seguridad), quien repite decenas de veces estos movimientos circulares para sacar oro. A esto se le denomina barequeo, una actividad para lavar la arena en una batea o barequera para extraer oro de modo artesanal.
Vestido con una pantaloneta playera, una camiseta blanca con un estampado frontal y una gorra roja desteñida, Francisco (nombre cambiado) cuenta que en un día puede sacar gramo y medio de oro de la quebrada. Está descalzo, dice que no le da miedo la contaminación, pero sus pies son testigos de las extensas jornadas para encontrar esa ‘joya’, están llenos de cicatrices y peladuras, algunas al rojo vivo.
Un gramo de oro lo compran en $220 mil en el mercado ilegal de este metal en Bucaramanga. Así lo constató Vanguardia a través de un sondeo por varias joyerías. Mientras que un gramo en el mercado regulado y legal cuesta $242.500, según el Banco de la República.
Lo que hacemos aquí (barrio La Joya) es algo artesanal, somos tres mineros en esta zona, pero ya en el barrio Campohermoso la vaina es más grande, allá utilizan hasta motobomba y pimpinas de químicos para desviar el cauce de la quebrada y erosionar la escarpa para sacar oro. En una sola noche o en la madrugada, pueden sacar hasta ocho gramos”.
-Relata ‘Francisco’.
Su testimonio confirma lo que líderes comunitarios y habitantes de la Comuna 5 (García Rovira) temían: que la minería ilegal sigue avanzando en la escarpa occidental de Bucaramanga y que amenaza con erosionar más la montaña y contaminar las fuentes hídricas. Solo en ese sector, hay al menos 14 barrios y siete asentamientos.
Los huecos en la escarpa
El olor nauseabundo de la quebrada por cuenta de los vertimientos de aguas residuales sin tratamiento no es impedimento para que ‘Francisco’ trabaje desde 7:00 de la mañana hasta 3:00 de la tarde, de lunes a sábado. “Aquí me he encontrado incluso anillos y dientes de oro”.
Para llegar a ese punto hay que partir del parque principal del barrio La Joya, caminar hasta los asentamientos Pantano 1 y 2, y bajar unos 75 metros. Ahí llegaron por lo menos 15 líderes comunales para verificar una denuncia de minería ilegal en la escarpa registrada desde un dron. La magnitud los asombró: tres grandes baches o huecos en la escarpa, erosionados por la mano humana en búsqueda de oro.
“Desde los años 70 ya se sacaba oro en esta zona de la ciudad, era artesanal, luego pasó a Campohermoso con palas, bateas y azogue. Pero ahora eso creció y están utilizando maquinaria industrial y químicos. Una sola pimpina cuesta hasta $120 millones. Uno deduce entonces que son ballenas, es decir, gente con poder y plata que patrocinan el negocio ilegal, incluso algunos son líderes de bandas de microtráfico”, cuenta uno de los fundadores del barrio La Joya, que por seguridad se reserva su nombre.
Esto lo califica como “un problema grave” porque se ha aumentado la contaminación ambiental que termina en el río de Oro, luego pasa al río Lebrija, que desemboca en el Magdalena. “Esto era hermoso, aquí hacíamos hasta asados hace 40 años, ahora esto huele a picho”.
Agrega que desde finales del 2022 se incrementó la preocupación entre los líderes comunitarios por la presencia de más personas en las quebradas sacando oro en Campohermoso. Unos 14 meses después la afectación ya se nota en la escarpa occidental. “Detrás de esto hay gente dura de plata que le paga el diario a estas personas, se quedan con la mejor ganancia y no les importa el daño que nos dejan a nosotros”.
Otro miembro de la junta de acción comunal de La Joya, quien acompañó el recorrido por la escarpa hace una semana, confirma que hay un secreto a voces en Bucaramanga: ya hay grupos de trabajo que tienen maquinaria pesada para poder sacar oro, “si tienen para comprar ese tipo de máquinas, también tienen para poderlas cuidar y no dejarse quitar el negocio”.
El sonido de la quebrada acompaña el fin de la jornada de ‘Francisco’, quien guarda algunos elementos de trabajo y revela que son más o menos 30 personas quienes sacan oro entre los límites de la finca de don Félix, en La Joya, y las inmediaciones de la escarpa en Campohermoso.
“Se llaman ‘Los Charteños’, creo que es porque la mayoría vienen de Charta o de la provincia de Soto Norte, que ya conocen la minería, algunos viven por la zona de Chimitá (entre los límites entre Girón y Bucaramanga). Esa gente sí madruga, arrancan a las 3:00 de la madrugada y van hasta las 11:00 de la mañana. Lo hacen para que no los capturen”, relata este minero.
Operativos y capturas
Para frenar esta actividad ilegal, en diálogo con Vanguardia, la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (Cdmb) detalla que, en el 2022, se realizaron 28 operativos y 80 capturas; y en el 2023, fueron 12 operativos y 39 capturados.
Por ejemplo, el 16 de marzo de 2022 ejecutaron un operativo en el barrio La Joya, en el sector de la escarpa, en donde se realizaron 11 capturas en flagrancia y se encontraron casos de reincidencia en esta actividad ilegal. Luego en mayo de ese año, capturaron a seis personas en los sectores de El Cable, la escarpa y La Joya. Después, entre el 12 y 13 de septiembre se adelantaron operativos en el barrio Campohermoso, sector quebrada la Rosita y Puente Nariño.
Capturas por minería ilegal en Bucaramanga
Fuente: Mindefensa.
Para el 30 de noviembre, en zona de escarpa capturaron a dos ciudadanos por minería, situación que se repitió el 19 de diciembre en Campohermoso, cerca del puente La Novena, en donde arrestaron a un ciudadano. Por su parte, para 2023, entre los días 16 y 20 de enero, la Cdmb hizo varios operativos en los que detuvieron a 14 personas en Campohermoso, Bavaria - Hacienda Río de Oro. También entre marzo y abril, en ese mismo barrio, capturaron a 15 personas por minería ilegal en el área de jurisdicción de la Cdmb.
"Estos operativos se dieron gracias al apoyo y colaboración de la Policía Nacional, especialmente a los grupos Gupae y Carabineros de la Mebuc... Hacemos un llamado a los mandatarios locales del área metropolitana para que se intensifiquen los controles policiales y pie de fuerza en la zona, lo cual permitirá que en conjunto podamos desarrollar operaciones y así debilitar a las organizaciones criminales que se dedican a la minería ilegal”, señala la autoridad ambiental.
Delitos contra el medio ambiente
Exploración ilícita de yacimiento minero y otros minerales
Bucaramanga - Últimos 10 años
Fuente: Cdmb.
A renglón seguido, la entidad invita a las comunidades y barrios a denunciar para montar una barrera social a estas prácticas ilegales, “esto acompañado de educación y conciencia ambiental, más la generación de condiciones socioeconómicas para el cambio de actividad de estas personas que realizan estas prácticas”.
Sin embargo, Esmer Rojas, de la Junta de Acción Comunal de La Joya, cuestiona los controles de la Cdmb por sus demoras y presuntas negligencias. Por ejemplo, en el segundo semestre del 2022, él interpuso una denuncia por minería ilegal en la escarpa, de la que no obtuvo respuesta positiva por la autoridad ambiental. Y cuando insistió nuevamente, lo remitieron a la Policía ambiental en marzo del 2023.
Controles en Bucaramanga
Fuente: Cdmb.
“La expansión de la minería ilegal se hizo pública hace año y medio cuando un trabajador, quien laboraba en la pantalla de anclaje de Campohermoso, avistó a varias personas sacando oro con maquinaria y los escuchó en la zona de escarpa. Él tomó las fotos y me las envió. Así conocimos por primera vez lo que estaba pasando”, puntualiza Rojas.
La Cdmb le confirma a Vanguardia que sí hay minería ilegal en sus predios, pero que solo le han hecho seguimiento a los legalmente constituidos. “Sobre la ilegalidad, la manejamos con denuncia y el grupo élite de reacción inmediata ambiental... La única forma rápida de controlar directamente es militarizando porque la extensión es grande. Pero aquí sirve es la articulación de todos los entes de control y de ordenamiento territorial, la Alcaldía, la Fiscalía Ambiental y la Policía, con apoyo de la Cdmb y la comunidad, con mesas de trabajo”, indica la corporación.
Incautaciones por explotación ilicita de minerales en Bucaramanga
Fuente: Mindefensa.
La escarpa occidental de Bucaramanga está conformada por aproximadamente 2.100 hectáreas, de las cuales la Cdmb ha adquirido cerca de 1.300 para dedicarlas a la preservación y conservación ambiental.
El relato del minero y el mercurio
En diciembre del 2022, Vanguardia reveló una investigación sobre cómo la devastadora minería ilegal de oro ya estaba en Bucaramanga. Esto lo confirmó en febrero de este año Larry Sánchez, edil de la Comuna 5 de Bucaramanga, quien denunció en sus redes sociales cómo la minería ilegal está amenazando las escarpas occidentales de Bucaramanga.
Sánchez, con videos y fotos, ha hecho público este secreto a voces de personas que bajan a la escarpa para buscar oro, por lo que asegura que la creciente actividad de minería ilegal en esa zona representa una amenaza para esta área natural, protegida por el distrito regional de manejo integrado (Drmi), catalogado como zona de protección.
Según el edil, los habitantes de estos barrios de Bucaramanga advirtieron que la minería ilegal está provocando daños en los taludes y aumentando el riesgo de deslizamientos.
Uno de esos riesgos es la contaminación con mercurio, algo que quedó en evidencia en el recorrido de los líderes por la escarpa, cuando se encontraron con Francisco. Ese día, el minero sacó un gotero de su mochila con ese metal pesado y demostró cómo lo usa cada vez que necesita compactar o recoger el oro para que pese más gramos. Sin escrúpulos, se echó un par de gotas en su mano derecha y las mostró. No le da miedo que el mercurio toque su piel o sufrir una intoxicación, asegura que ya perdió ese temor.
‘Francisco’ cuenta que luego lo quema en la quebrada o en su casa para obtener esa amalgama del metal. “Ese humo de la quema es el peligroso o lo que cae en la quebrada. Un tarrito de mercurio, como los de muestras de lociones, cuesta $30 mil. Lo venden en el mercado o en las joyerías de Bucaramanga, pero todo es bajo reserva, eso no se lo dan a cualquiera, a mí me lo venden porque soy conocido”, narra el hombre, mientras sacaba de su mochila dos servilletas, una con 3,2 gramos de oro puro de 24 kilates y otra con oro mezclado con mercurio para fundir en una cuchara.
“Uno puede sacar hasta dos gramos al día cuando llueve mucho para el páramo o en Bucaramanga. En tiempo seco es menos, como medio gramo”, agrega finalmente, para luego cerrar el saco roto, lavar el filtro y guardar el mercurio.
En los operativos realizados por unidades del Comando de la Policía Metropolitana de Bucaramanga, con acompañamiento de la Cdmb (autoridad ambiental), se ha incautado mercurio.
Una gota de este metal basta para contaminar 30.000 litros de agua potable. Se utiliza en la minería para separar el metal de la piedra extraída. Este elemento químico se adhiere al oro, formando una amalgama.
Según los expertos en salud, este es el uso más contaminante que se le puede dar a este metal pesado. Se presume que no siempre el mercurio utilizado en este proceso se recicla, así que esta sustancia puede quedar en la superficie del agua o llegar hasta los sedimentos.
El daño, 14 meses después
Ante los futuros impactos de contaminación y erosión, el edil Sánchez les solicita a las autoridades civiles y ambientales tomar medidas urgentes para detener esta actividad ilícita y proteger la escarpa occidental, que no solo es un importante ecosistema, sino también un elemento fundamental para la protección de las comunidades de esa zona de la ciudad.
“La falta de acción por las autoridades podría tener consecuencias devastadoras, poniendo en riesgo la integridad de las escarpas y amenazando con extender los daños”, advierte Sánchez, mientras señala cómo la erosión está por llegar a los límites de las pantallas de protección en los taludes de La Joya y Don Bosco. “Recuerdo cómo la montaña solía bordear la quebrada, pero la práctica insensata de la minería ilegal la ha desgarrado”.
Otro testimonio de un habitante que recogió esta redacción, quien reservó su nombre, asevera: “Si realmente están extrayendo oro, preocupa la estabilización del talud de estos barrios. Tal vez no se vea reflejado de forma inmediata, pero a futuro, si siguen impactando la montaña, puede peligrar la estabilidad de nuestro barrio por la remoción de masas...”.
El edil Sánchez cuenta que tras mostrar las fotos y videos de la denuncia se ha enterado de más datos, incluso algunos les han llegado a sus redes sociales. Por ejemplo, “una señora me dijo que escuchaba por las madrugadas el sonido de maquinaria, de golpes secos y de pequeños deslizamientos”.
Esto coincide como el testimonio de ‘Francisco’, quien asevera que en la escarpa se da el juego ‘del gato y el ratón’, es decir, las autoridades persiguiendo los mineros porque utilizan motobombas para desviar quebradas y erosionar la escarpa, así como el mercurio para manejar el oro.
Entre 20 y 30 personas trabajan por Campohermoso. Ellos usan la motobomba para tumbar la escarpa, luego ponen la manguera o el chorro, para que el barranco caiga más arriba o caiga en el molino, que es un desvío del agua”.
-Relata este minero.
Ante este crítico panorama, al edil Sánchez le preocupa que la Alcaldía, la Cdmb y los órganos de control “se queden con los brazos cruzados” y no apliquen el control para frenar la minería ilegal en la escarpa occidental, o que “se queden viendo cómo se erosiona día tras día la montaña, cómo aumenta más esa actividad a gran escala y se contaminen más las quebradas”.
La alarma crece al observar cómo la escarpa se desmorona, debilita la montaña y pone en riesgo a esta comunidad. “Aunque se realizaron algunas capturas el 2 de febrero y se enviaron tres carabineros el 12 de febrero, las autoridades como la Cdmb y la Secretaría de Salud y Medio Ambiente han ignorado nuestras llamadas de auxilio”, alerta Sánchez.
Impactos en el ecosistema
Al recorrido por la escarpa se sumó Juan Osma, ingeniero ambiental y de saneamiento, quien identifica tres impactos ambientales significativos por actividad de minería ilegal.
“El primero es la erosión y la desertificación, producto de la pérdida de la cobertura vegetal causada por motobombas, acción de los trabajadores de la minería y el desvío del cauce de la quebrada para socavar la montaña, que ya va perdiendo el suelo y el subsuelo”.
Juan Osma, ingeniero ambiental y de saneamiento, detalla los impactos ambientales significativos por actividad de minería ilegal en la ciudad.
El segundo impacto es la contaminación de agua superficial y subterránea, porque la minería ilegal usa diferentes metales pesados y químicos, para la separación del oro, que son altamente contaminantes y bioacumulables en diferentes recursos, principalmente en el agua, pero también afectando el suelo y la flora.
El tercer impacto es la extinción de fauna acuática, “que prácticamente está muerta”. Esta fauna interactúa con el ecosistema y, por ende, al no haber diversidad del ecosistema, esta tiende a morir.
“Esto trae consecuencias como la pérdida de cobertura vegetal, aumento de la temperatura, incremento de gases que se emiten a la atmósfera producto de la evaporación de los diferentes insumos o de las mismas aguas contaminadas y mayores riesgos de enfermedades por la interacción con ese ecosistema contaminado”, explica el ingeniero.
A Osma también le resulta preocupante, además de la minería ilegal, la contaminación de la escarpa occidental por una mala planeación municipal, producto del crecimiento de la urbanización, que genera vertimientos domiciliarios e industriales que caen en las quebradas de la escarpa.
La minería ilegal usa diferentes metales pesados y químicos, para la separación del oro, que son altamente contaminantes.
“Esta fuente hídrica viene altamente contaminada con materia orgánica y residuos industriales, además no tenemos una caracterización para conocer su procedencia. A esto se suma la minería ilegal. Esta combinación o reacción de la descomposición de esta materia orgánica produce pérdida de cobertura vegetal, erosión y desertificación, lo que les permite fácilmente acceder a los minerales que ellos quieren extraer de la tierra”, aclara Osma.
Por eso, una primera acción a corto plazo, además de los controles ambientales, es la canalización de estas quebradas y mejorar la red de alcantarillado. “Lo más grave, Bucaramanga no cuenta con plantas de tratamiento de aguas residuales para recuperar estas fuentes hídricas aguas abajo”.
¿Qué dice Minambiente?
Vanguardia conversó con la viceministra de Ambiente, Tatiana Roa, quien tocó puntos álgidos como la minería ilegal. Para ella, es preocupante que esta minería esté en la ciudad porque, además, se hace en un área protegida y profundamente sensible.
“Recuerdo mucho cómo en los años 70 se daban permanentemente deslizamientos por la erosión en esa zona, que es una formación geológica reciente que tiende fácilmente a erosionarse”.
Entonces, según la funcionaria, la minería ilegal no solamente genera contaminación, sino que provoca una aceleración de la erosión, que se trabajó con muchos esfuerzos para frenarla en las escarpas del occidente.
Tomamos atenta nota de esa situación para mirar cómo acompañamos y vemos qué tipo de acciones se pueden tomar en esa zona de la ciudad, que es un tema bastante importante y preocupante”.
-Dijo la alta funcionaria.
A esta situación que ocurre en Bucaramanga se suma una crisis ambiental que se registra en el área de influencia del Páramo de Santurbán. En los últimos años, unas 400 personas, coordinadas por mafias, entre locales y foráneos, extraen oro en las 280 hectáreas que le correspondía explorar a la multinacional canadiense Eco Oro. En la actualidad esta área, abandonada a su suerte por el Estado tras la salida de la compañía, carece de presencia permanente de las autoridades.
Con dinamita y socavones en la escarpa continúa minería ilegal en Bucaramanga
04 de abril de 2024
A la devastadora extracción ilegal de oro en este sector de la ciudad, se le sumaron dos peligrosos ingredientes que debilitan las bases de la montaña. Dos barrios estarían en riesgo de colapso de sus terrenos.
En diciembre pasado, esta redacción denunció la aparición de personas que se ubican en la parte baja de la escarpa occidental y extraen oro con químicos, erosionando la montaña y hasta usando maquinaria amarilla.
Los mineros ilegales usan agua a presión para que la escarpa ceda, la tierra y las piedras caigan al agua y estas personas puedan ‘barequear’ el sedimento y extraer piedras del metal precioso de manera artesanal.
Sin embargo, a esta peligrosa práctica se le sumó el uso de explosivos y el hallazgo de cuevas en lo profundo de la montaña. La grave denuncia la hizo en las últimas horas el alcalde de Bucaramanga, Jaime Andrés Beltrán.
El mandatario local dijo que durante los operativos para frenar esta práctica, se encontraron varios socavones de gran profundidad en la escarpa, que serían generados con el uso de explosivos.
Los habitantes de la escarpa nos han reportado que escuchan explosiones durante las noches y las madrugadas. Cuando las autoridades realizan las verificaciones se encuentran con grandes huecos en la montaña”.
-Explicó Beltrán Martínez.
Precisamente, una habitante del sector grabó a dos hombres que se encontraban dentro de uno de los socavones haciendo minería ilegal. En las imágenes se observan movimientos de tierra y uso de agua para erosionar aún más el terreno.
Estas excavaciones, de acuerdo con la Alcaldía de Bucaramanga, estarían poniendo en situación de riesgo la estabilidad de terrenos ubicados en los barrios Nápóles y La Gloria de la comuna 4.
Arreciaron operativos
El alcalde Jaime Andrés Beltrán informó que en lo que va corrido de este año han sido capturadas 22 personas por minería ilegal en la escarpa occidental, el año anterior, en ese mismo sector, se adelantaron 12 capturas.
Asimismo, se reportó que se cerraron 12 puntos de acceso a la escarpa, por donde las personas ingresaban a realizar las actividades ilícitas y otros terrenos han tenido que ser encerrados para evitar su invasión.
Beltrán Martínez hizo un llamado a la comunidad de la zona para que denuncie la presencia de personas extrañas en la zona para que las autoridades puedan actuar.
Hallan trazas de mercurio y cadmio en plantas medicinales del Páramo de Berlín
20 de noviembre de 2022
Un emprendedor en Bucaramanga evidenció hallazgos de metales pesados en sus productos provenientes del páramo, pero a pesar del hallazgo, este es un resultado preliminar y faltan más pruebas e investigación. Expertos afirman que no hay que alarmarse, ni sacar todavía conclusiones.
De las 11 muestras de plantas medicinales destiladas, que envió la Fundación Sayer al laboratorio del Tecnoparque Sena, Nodo Bucaramanga, para su análisis, todas registraron presencia de elementos químicos como mercurio y cadmio.
Ocho de estas muestras eran de plantas provenientes del Páramo de Berlín. Esta fundación, que se creó en 2013 y está registrada ante la Cámara de Comercio de Bucaramanga, llegó a estos resultados porque uno de sus emprendimientos está en búsqueda de la certificación del Invima y requería unos estudios para sus productos, como gotas para ojos y jarabes de sauco, caléndula o perejil.
“Cuando me entregaron el informe fue catastrófico, me sorprendí porque uno cree que lo que está en la montaña sin fumigar y silvestre es lo más natural, y realmente no es así. Fue una tristeza profunda porque soy cercano a la espiritualidad, a las plantas, a la naturaleza porque fui formado por franciscanos. Eso duele”, expresó uno de los miembros de la fundación, quien pidió reserva de su nombre para no afectar su trabajo y negocio.
Este testimonio se suma a las denuncias que ha publicado Vanguardia, durante los últimos meses, sobre el exceso de mercurio en aguas del río Suratá, el tráfico oculto de esta sustancia química y otros productos, y cómo se consigue a través de una red ilegal en Bucaramanga, donde se puede comprar un kilo de mercurio envasado por $650.000.
La trazabilidad
¿Cómo llegaron estas plantas medicinales a sus manos? Este trabajador contó que en un principio eran 12 plantas, pero terminó enviando 11, provenientes de la Mesa de los Santos, Bogotá y Berlín (páramo). Por ejemplo, había un destilado de alcachofa que resultó con trazas de plomo.
“Fui a donde compré esa planta y les pregunté de dónde la traían y me respondieron que fue un señor de Bogotá, quien las distribuye en las plazas de mercado en Bucaramanga. A lo que les dije que debían tener cuidado porque tal vez la contaminación se pudo presentar en la fumigación, el transporte o el embalaje”.
Asimismo, de la Mesa de los Santos recibió unas plantas de romero, que también destiló y el análisis arrojó que tenía trazas de aluminio. Respecto a las plantas del páramo, este miembro de la fundación explicó que las traen los campesinos de esa zona a Bucaramanga.
Uno llega temprano a las plazas de mercado y se encuentra a campesinos con los cachetes colorados. Estos han sido los puntos de conexión con ellos, donde las venden a los puestos de las plazas o a las mismas personas”.
Luego de detallar estos recorridos, indicó que están llegando plantas a las plazas para consumo humano sin ningún control. “Estas plantas están contaminadas de mercurio, berilio, cadmio, es decir, metales pesados. Y el más grave es el cadmio, que entra al cuerpo y no sale. Me di cuenta por este análisis, pero no todos pueden hacerlo por lo costoso”.
También dijo que, en este proceso de certificación con el Invima, los análisis se realizaron para levantar información de los productos, hacer unas infografías y fichas técnicas.
Resultados
Se tomaron muestras de los hidrolatos (agua floral que resulta del proceso de destilación) de alcachofa, caléndula, diente de león, mejorana, cola de caballo, milenrama, romero, eucalipto, vira vira, sauco y menta.
El análisis se realizó a través de un microscopio electrónico de barrido y se hizo una sola muestra. Luego de este trabajo, la fundación complementó: “Requerimos hacer más ensayos y generar las curvas de medición en el espectrofotómetro de absorción atómica, para medir las partes por millón de cada patrón identificado”.
Recordó que este fue un primer acercamiento desde las plantas a lo que está pasando en el páramo, por lo que los resultados de este análisis no son concluyentes, ni para alarmar a las comunidades y consumidores, pero sí es un llamado de atención para estudiar más el páramo y su contaminación.
En un texto compartido por la Fundación Sayer a Vanguardia se lee lo siguiente: “Todas las muestras entregadas salieron contaminadas de metales pesados, las plantas que destilamos son alrededor de 60, de las cuales pertenecen a varios pisos térmicos”.
En el mismo documento se detallaron variables como la clase de planta, el lugar de origen, las trazas de metales encontrados, los riesgos y observaciones. Por ejemplo, en las muestras de mejorana, cola de caballo y vira vira, provenientes de Berlín, se encontraron trazas de mercurio. Con el destilado de sauco, también de Berlín, hallaron restos de cadmio y mercurio. Y con el análisis de la menta se encontró berilio.
“Es importante entender que para que el mercurio sea dañino hay que consumir altas dosis, por lo que no hay que preocuparse de más. La Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (Efsa) establece que la ingesta tolerable de mercurio es de 4 microgramos por cada kilogramo de peso corporal”, precisó el texto de resultados.
En el mismo documento además se lee: “...y en lo concerniente a la provincia de Soto Norte en el departamento de Santander, en donde se presenta explotación minera y el uso de mercurio es tan alto que las plantas medicinales están cumpliendo su función de fitorregular el hábitat donde viven contaminándose y aumentando el riesgo para el consumo humano”.
Asimismo, este miembro de la fundación advirtió que esta amenaza se encuentra latente por el problema de ríos subterráneos que están contaminados por la extracción minera en Soto Norte y el Páramo de Berlín, de donde proceden algunas de las plantas medicinales.
Al respecto, la Cdmb confirmó que los páramos de Santurbán y de Berlín se encuentran conectados entre sí por acuíferos (formación geológica que está constituida por una o más capas de rocas, capaz de almacenar y ceder el agua). Y así lo describió la Universidad Nacional en un informe titulado ‘Arsénico pone en peligro acuíferos en Santurbán’: “Debido a que en esta zona de páramo las rocas son muy fracturadas, al excavar o hacer exploración minera en busca de oro se libera de manera natural contaminación de químicos tóxicos, que al llegar a los acuíferos forma aguas ácidas. Esto representa una amenaza para las reservas subterráneas de las que dependen 2 millones de personas”.
El páramo es una esponja
Sobre la minería ilegal y contaminación en el páramo, este trabajador de la fundación señaló que le resulta curioso que una simple planta arrancada por un campesino de la montaña y que llevó a la plaza de mercado tenga químicos pesados.
“No es simplemente cerrar la llave del acueducto del área metropolitana y hacer los análisis para decir que no está entrando mercurio en el agua, este químico está llegando de otras maneras. Ahora vimos que lo está haciendo por medio de otras especies del ecosistema del páramo”.
Afirmó que la montaña se convierte en una esponja y es el resultado de actividades mineras y de contaminación por muchas décadas, “no solamente por las empresas extractoras nacionales o internacionales, sino por la permisividad del Estado en no hacer control, esto ha provocado que se contaminaran ríos subterráneos y no solamente el cauce del río Suratá.
Las consecuencias las estamos viendo ahora después de muchos años”. Explicó que las plantas son una red inteligente y hacen regulación de su ecosistema, es decir, una fitorregulación o autorregulación.
“Nosotros podemos ayudar de diferentes maneras. Primero, identificar que sí existe el problema, porque taparlo no es lo mejor. Segundo, hay plantas que pueden hacer una fitorremediación o limpieza de metales pesados, estas no se pueden usar para el consumo humano”.
Este empleado de la fundación recordó que esta fue la primera fase del estudio, pero se requieren otras más para revisar si esas gotas o cucharadas de plantas medicinales que se toman las personas pueden contener metales pesados y si esas cantidades son permitidas, si violan los estándares de la Organización Mundial de la Salud, o si están afectando al ser humano, “eso nos lo puede decir el espectrofotómetro de absorción atómica, pero no tuvimos la oportunidad de hacerlo porque la máquina estaba en reparación”.
Reconoció que el denunciar este hecho pondría en riesgo la economía que depende del páramo, porque algunas personas se preguntarían: ¿cómo así que los productos que salen del páramo pueden estar contaminados?, “pero no se puede estigmatizar, hay que continuar con las investigaciones y mirar cómo ayudamos a remediar, ojalá haya grupos académicos que se dediquen a dar soluciones para saber cómo sanar el páramo”.
Plan de contingencia
Al preguntarle a la fundación sobre lo que sigue para el emprendimiento, tras conocer estos resultados, el trabajador afirmó que es una lección aprendida, por lo que decidieron tomar acciones frente a sus proveedores, “pues debemos asegurarnos de que no provengan de la zona minera o cerca de ríos contaminados con mercurio”.
Sostuvo que se realizó un plan de mejoramiento que incluyó la siembra de sus propias plantas. Aunque algunas que necesitan son de otro piso térmico al de Bucaramanga, también se dieron a la tarea de conocer los proveedores, sembrar sobre macetas y no sobre tierra.
La utilización del agua es muy importante para el riego, pues si es del río Suratá o Vetas podría contaminar con mercurio. También es necesario contar con más de un proveedor para poder hacer los estudios de las plantas que nos proporcionan”.
Otras medidas fueron sembrar sus propias plantas medicinales, ir hasta la fuente donde están sembrando las plantas y revisar con qué las riegan y cómo las cuidan, “también estar rotando de proveedores, no casarme con uno. Y como soy docente continuaré con la investigación de lo que se encontró”.
La sede de este emprendimiento está en una finca en Girón y entre las líneas de acción de la fundación está el acompañamiento a víctimas, capacitación a mujeres emprendedoras, asistencia a la comunidad indígena Embera del Chocó, alfabetización y fabricación de productos con base en plantas medicinales.
La invitación final de este emprendimiento es a seguir con la vigilancia de lo que está pasando en el páramo y zonas aledañas, continuar con las investigaciones. Asimismo, que las autoridades ambientales tomen cartas en el asunto por las altas concentraciones de mercurio que utilizan los mineros artesanales y las empresas mineras en los páramos de Santurbán y de Berlín.
Presencia natural en el suelo
Rosalina González, docente de la Facultad de Ingeniería, del doctorado en Agrociencias de la Universidad de la Salle y experta en contaminación de suelos, precisó que para dar un concepto sobre contaminación de suelos en la región del páramo y del departamento, primero hay que datearse con otras inversiones, por eso revisó un trabajo del Sistema Geológico Colombiano, en el que se estudiaron las minas de los santanderes y sus zonas cercanas.
“Se encontraron niveles relativamente altos de mercurio asociados al carbón, azufre y al hierro (piritas en la zona)”, dijo González.Ese estudio concluyó que la concentración media de mercurio en base seca para las muestras analizadas fue de 114 ug/kg (microgramo por kilogramo), el valor mínimo fue de 3 ug/Kg y el máximo de 721 ug/Kg. Se encontraron correlaciones significativas entre los contenidos de mercurio y los de azufre total, azufre pirítico y hierro.
“Estos datos son de mercurio natural, en Santander también el cadmio es natural en su suelo, entonces se encuentra mucho metal natural que puede pasar a la planta, ese es el problema cuando cultivos o emprendimientos, que dependen de esas zonas, no hacen estudios previos de los suelos para ver las condiciones naturales de los mismos, y si se puede cultivar sabiendo de la existencia de estos materiales, pues como no se exige, entonces no se realiza. Luego se pueden encontrar estos metales, como en este caso, en las plantas”, explicó la académica.
Aseveró que no se atreve a decir que los metales hallados en esas plantas se derivan de una contaminación, “pues con base en el estudio que hizo ese emprendimiento, se ven gráficas de las áreas de unos metales con sus porcentajes, mas no de qué cantidad se está hablando, lo ideal es poder comparar los números para saber en qué valores están los metales”.
Sobre las concentraciones máximas permisibles de cadmio, González citó a la EPA (Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos) que estableció que la exposición de por vida a concentraciones de cadmio de hasta 0.005 ug/l (microgramo por litro) no causará efectos adversos. A su vez, la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos) determinó que los niveles de cadmio en el agua en botella no deben exceder 0.005 ug/l.
No hay que alarmarse
Luz Yolanda Vargas Fiallo, directora del Laboratorio Químico de Consultas Industriales de la UIS y profesora de la Escuela de Química, afirmó que, ante los resultados de las muestras de este emprendimiento, no hay que alarmarse, ni tomar conclusiones aceleradas.
“No hay normatividad ni una reglamentación en Colombia que determine qué tanto un organismo puede tolerar estos metales, y no nos podemos basar en la Organización Mundial de la Salud porque la idiosincrasia de Santander es diferente a la de Europa o de América del Norte”, señaló.
La académica precisó que hay ciertas zonas de Santander donde el cadmio es propio de sus suelos, como otros químicos. “Ha habido una manipulación en el ecosistema que ha arrojado ciertos elementos y quedan esos pasivos ambientales. También la gente fumiga para quitar la maleza y no ha habido un control estricto. Por tanto, no se puede aseverar cuál sería la causa de lo que se encontró en esos resultados”.
Para Vargas, las pruebas que realizó el emprendimiento son ambiguas, por lo que los resultados no son tan representativos, ya que estás deben tener más elementos de análisis y revisar toda la cadena. “No podemos condenar, ni alarmarse porque hay un conjunto de elementos que se deben analizar en este caso”.
¿Qué pasa con el consumo de cadmio?
En una reciente investigación de la Universidad de Santander (Udes) y la Universidad Eafit sobre un cultivo de cacao en zona rural de San Vicente de Chucurí se descubrió un nuevo hongo capaz de absorber el cadmio, con apoyo de Fedecacao.
Entre las conclusiones de la doctora en Ciencias Biológicas, Beatriz Helena Guerra Sierra, investigadora y profesora de la Udes, se encontró que el cadmio representa graves problemas a la salud, puesto que científicamente se ha comprobado que puede causar cáncer en órganos como el hígado.
“Es tan tóxico como otros metales como el arsénico, mercurio y plomo, que pueden estar inmersos en los alimentos”. Precisó que, si una persona tiene altos niveles de cadmio, puede presentar síntomas como irritación en el estómago, diarrea, vómito y malestar.
Lamentablemente, pocas veces en consulta médica al paciente le practican pruebas para medir metales pesados”.
Incluso, la investigadora advirtió que Santander tiene metales pesados en los suelos. “Por ejemplo, el municipio de California, que es una región minera, tiene zonas contaminadas y no se le presta atención, pasa desapercibido”.
Por eso, invitó a hacer más vigilancia epidemiológica y rigurosa para determinar los niveles de contaminación en los alimentos y las afectaciones a la salud que generan los metales pesados, tal y como se hace en Estados Unidos y Europa.
Asimismo, Rosalina González, experta en contaminación de suelos, recordó que ingerir alimentos o tomar agua con niveles de cadmio muy altos produce irritación grave del estómago, lo que produce vómitos y diarrea y en ciertas ocasiones la muerte.
También citó de manera textual a la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR) de Estados Unidos: “Ingerir niveles de cadmio más bajos durante un período prolongado puede producir acumulación de cadmio en los riñones. Si se alcanza un nivel suficientemente alto, se producirá daño del riñón. La exposición a niveles de cadmio más bajos durante un período prolongado puede aumentar la fragilidad de los huesos de manera que se pueden quebrar fácilmente”.
Qué dice la veeduría
Ramiro Vásquez Giraldo, coordinador de la veeduría Ciudadanía Activa Santandereana, aseguró que, tras las denuncias de este colectivo ciudadano sobre la contaminación de altas concentraciones de mercurio en las zonas cercanas de la planta de tratamiento de Bosconia, vía Matanza - Suratá - California, el departamento debe poner la mirada a lo que está pasando en el páramo.
“Cuando hicimos las visitas a esas zonas constatamos que los habitantes están consumiendo agua contaminada con mercurio para bañarse, cocinar y tomar. Asimismo, están usando esa agua para las siembras de sus cultivos y alimentar a sus animales. Eso me preocupó, a pesar de que el acueducto nos da agua potable en el área metropolitana, pero estas no tienen ese acceso”.
Estimó que, si esos cultivos siguen regándose con agua contaminada de mercurio, algún día eso llegará hasta el área metropolitana. “Lo que descubrió este empresario no es grave, es gravísimo. Demuestra lo delicado del momento que está pasando en el páramo. Por eso, como veedores estamos para advertir las grandes afectaciones que vendrán para la provincia de Soto Norte y Bucaramanga”, aseveró Vásquez.
El veedor reiteró que la minería ilegal en California y el páramo está afectando a la región y que le preocupa la falta control. “Si no paramos esto en un par de años la más afectada será la industria alimenticia, sin querer queriendo, por usar aguas contaminadas y sembrar en suelos contaminados, tendremos alimentos contaminados”.
Recordó que tanto el Decreto 1594 de 1984 como la Resolución 2115 del 2007 estipulan que para las muestras de agua se permite 3 microgramos (0,003) por litro de cadmio y 1 microgramo (0,001) por litro de mercurio. “Y nosotros encontramos en el río Suratá y en la quebrada La Baja de 2 a 25 microgramos por litro”.
Amenaza a la salud pública: Presencia de mercurio y cadmio en suelos por cuenta de la minería envenena a Santander
26 de diciembre de 2022
La académica Beatriz Guerra Sierra, experta en Microbiología, advierte que la contaminación de suelos y cuerpos de agua por la minería y otras actividades económicas está llevando a Santander a riesgos altos, lo están envenenando y es una amenaza para la salud pública.
La bacterióloga Beatriz Guerra Sierra, líder del grupo de investigación en Biotecnología Agroambiente y Salud, muestra los resultados del descubrimiento de un hongo que absorbe cadmio.
El segundo informe del Índice de Riesgos Subnacional del 2022, publicado hace un par de semanas, reveló que Santander es la región con mayor riesgo medioambiental entre los 32 departamentos y Bogotá. Es decir, “Santander es el departamento con más riesgo ambiental”.
¿Qué llevó a esta conclusión? El informe detalló que hubo 166 casos de delitos de aprovechamiento ilícito de los recursos naturales renovables, 62 casos de explotación ilícita de yacimiento minero y otros materiales, 78 casos por delitos de daños en los recursos naturales y ‘ecocidio’, y 22 delitos por contaminación ambiental.
Estas cifras concuerdan con las denuncias publicadas por este medio, a lo largo del 2022, sobre la contaminación con mercurio en el río Suratá y otros afluentes, la minería ilegal en zona de páramo y Bucaramanga, las dificultades para delimitar el Páramo de Santurbán, el ‘mercado negro’ del oro en el área metropolitana, la presencia de metales pesados en plantas medicinales y hallazgos de cadmio en suelos del departamento.
A partir de este listado de sucesos, que han afectado los ecosistemas santandereanos, Vanguardia conversó con la investigadora y docente Beatriz Guerra Sierra, directora del Laboratorio Liibaam de la Universidad de Santander y doctora en Ciencias Biológicas, quien recientemente descubrió un hongo que absorbe cadmio en cultivos.
Esta entrevista recoge las conclusiones y experiencias de esta científica sobre los metales pesados en Santander por cuenta de las actividades mineras.
79 personas este año han sido capturadas por minería ilegal de oro en Bucaramanga, según la Policía nacional.
Expertos aseguran que ha faltado control y autoridad para frenar delitos ambientales, ‘ecocidios’ y afectaciones a los ecosistemas de Santander por parte de la Gobernación y las alcaldías.
En zona rural de San Vicente de Chucurí descubrieron un nuevo hongo capaz de absorber el cadmio, del cual fue investigadora, ¿qué pasa con los suelos en Santander? ¿Están llenos de metales pesados?
“Los suelos contaminados por metales pesados no es solo un problema de Colombia, en el mundo hay muchos sitios. En Santander también tenemos suelos con metales pesados, no todos, específicamente con concentraciones por encima del valor reglamentario para un suelo agrícola, por ejemplo, el cadmio, que es un elemento tóxico para casi todos los organismos vivos.
Cuando está presente en los suelos, son las raíces de las plantas que lo absorben directamente y este metal pesado pasa así a los tejidos vegetales, llega fácilmente a la cadena alimenticia y pone en riesgo la salud humana. De ahí que la biota (ecosistema) del suelo y sus microorganismos juegan un papel fundamental para mitigar o limpiar esos tóxicos.
Talaromyces santanderensis es un nuevo hongo que identificamos como parte de la biodiversidad fúngica (hongos) de los suelos cacaoteros de San Vicente de Chucurí, que tiene la capacidad, no solo de crecer en suelos contaminados con cadmio, sino tolerar esta contaminación”.
¿De dónde salen estos metales pesados?
“Quiero dejar claro al lector que las fuentes constantes de contaminación por cadmio están relacionadas con su aplicación en la industria como reactivo corrosivo, así como su uso de estabilizador en productos de PVC, pigmentos de color y baterías, y en áreas con suelos contaminados, que es una ruta potencial para la exposición al cadmio.
También diversas actividades humanas como la fundición y refinación de cobre y níquel, la combustión de combustibles fósiles y el uso de fertilizantes fosfatados. Está presente en el reciclaje de desechos electrónicos, en la actividad volcánica, en la erosión y abrasión de rocas y suelos, y los incendios forestales”.
¿Qué otras investigaciones hay sobre contaminación de suelos en Santander, específicamente en zonas de páramos?
“Nuestro grupo de investigación de Biotecnología Agroambiental y Salud-Microbiota ha desarrollado otros trabajos que le apuestan a la mitigación de la contaminación por metales pesados en cultivos agrícolas de importancia económica en la región.
Empleamos recursos naturales como especies de plantas para limpiar metales pesados de los suelos, eso se conoce como fitorremediación; también por acción de los hongos, se llama micorremediación, y utilizamos bacterias.
En estos procesos encontramos que las actividades de minería ilegal han dejado una alta degradación del ecosistema, con presencia de metales pesados que, no solo contaminan los suelos, sino también fuentes de agua. Por ejemplo, evidenciamos la presencia de metales pesados, como cadmio, mercurio y arsénico, en suelos y aguas aledañas a la zona minera del municipio de California (Santander).
Lamentablemente, con el desarrollo económico, varios problemas eco-ambientales se empeoraron por la liberación de sustancias tóxicas, especialmente, de las industrias metalúrgicas, manufacturera y minería, así como los cambios en el entorno ecológico, hechos que no han sido suficientemente investigados”.
¿Cuáles son las consecuencias en el cuerpo del consumo de cadmio y mercurio? ¿Cuáles son los síntomas?
“En la literatura científica se reporta que la absorción de cadmio tiene lugar principalmente a través del tracto respiratorio y, en menor medida, a través del tracto gastrointestinal. Cuando ingresa al cuerpo se acumula en los riñones, el hígado y el intestino, causando afecciones a la salud y cánceres.
Otros estudios epidemiológicos han demostrado que la exposición al cadmio puede promover enfermedades musculoesqueléticas, como la osteoporosis, la artritis reumatoide y la osteoartritis.
Probablemente sea responsable de diversas afecciones patológicas, como enfermedades neurodegenerativas y trastornos relacionados con la edad, y las enfermedades de Alzheimer y Parkinson”.
Y el mercurio...
“En cuento al mercurio, es una toxina que actúa directamente sobre el sistema nervioso y la salud de una persona. Hay que tener en cuenta, si es metilmercurio o mercurio elemental (metálico), la cantidad y duración de la exposición, la edad y de qué forma ingresa (inhalación, ingesta o contacto con la piel). De estos factores dependerán los efectos, que pueden ir desde severos, sutiles, hasta no ocurrir nada.
Se ha reportado algunos síntomas como pérdida de la visión, sensaciones de alfileres y agujas en las manos, los pies y alrededor de la boca, falta de coordinación de movimientos, deterioro del habla, audición, caminar, y debilidad muscular.
Desafortunadamente, el oro con frecuencia se extrae en circunstancias peligrosas para la salud, especialmente la minería artesanal y en pequeña escala. Un método común de extracción utiliza mercurio líquido, lo que genera una alta exposición en los trabajadores, en ellos hay síntomas de trastornos neuropsicológicos, como ataxia, temblores o problemas de memoria”.
¿En qué cantidades de cadmio y mercurio para el cuerpo humano se puede hablar de contaminación?
“Existen algunos test para determinar los niveles de metales pesados en sangre, obviamente cualquier nivel por mínimo que sea desde que esté presente se puede denominar contaminación, porque no son sustancias naturales que deban estar en el cuerpo”.
Vanguardia ha recogido denuncias de contaminación de mercurio y cadmio en ríos y quebradas, y hace poco en plantas medicinales. ¿Qué ha llevado a esta situación? ¿Cuáles son las causas?
“Como he explicado, la contaminación por metales pesados en los suelos, no solo pasa a las plantas y a la cadena alimenticia, sino que también afecta a todo el ecosistema, incluyendo animales, plantas y fuentes hídricas”.
¿Usted cree que nos estamos envenenando?
“Sí, nos estamos envenenando en Santander. No solo por metales pesados en el ambiente, sino también por el incremento de la polución, debido al 1% de crecimiento de las emisiones de carbono derivadas de la utilización de combustibles fósiles.
Se necesita una buena colaboración entre gobiernos, productores y consumidores para ayudar a garantizar la salud de los suelos, libres de metales pesados, de pesticidas y sustancias químicas que atentan contra la salud y la seguridad alimentaria.
Es deseable implementar agricultura biológica, menos pesticidas y sustancias xenobióticas (que no se produce natural), y buenas prácticas agrícolas. Los suelos saludables son la base de los sistemas alimentarios sostenibles”.
¿Considera que el mercurio y cadmio son una amenaza para la salud pública de la provincia de Soto Norte y del área metropolitana de Bucaramanga?
“Por supuesto, estos metales pesados son una amenaza pública. Anteriormente mencionamos todos los efectos indeseables de la contaminación con estos metales pesados que puede ocasionar en la salud humana”.
En la región se ha detectado también arsénico, ¿sabe algo y en qué contexto?
“No sé con exactitud o a qué nivel se ha detectado, puedo mencionar que el arsénico es un metal pesado que, como otros más, se encuentra ampliamente distribuido en la naturaleza. Mucha de su dispersión lamentablemente en el ambiente se debe a la minería y a procesos comerciales”.
“En Santander tenemos metales pesados en los suelos. California, que es una región minera, tiene zonas contaminadas y no se le presta atención, pasa desapercibido”: Beatriz Guerra
Fuentes le confirmaron a Vanguardia que en la zona norte de Bucaramanga ya existen piscinas con cianuro, que requieren gran cantidad de agua, ¿qué riesgo para la salud pública tendría esta actividad, que inicialmente se realizaba en la montaña?.
“El cianuro, por ser una sustancia muy activa, aun a bajas concentraciones puede ser tóxico, bloquea el transporte de oxígeno a las células, los efectos de la exposición aguda afectarían el sistema nervioso central y cardiovascular”.
Autoridades ambientales y políticas poco o nada le han prestado atención a lo que pasa en zonas de páramo, incluso pasa desapercibido, ¿cree que ha faltado control para frenar la contaminación?
“Si no me equivoco, quizás Colombia posee cerca del 50% de la cantidad total de páramos del planeta y tiene el páramo más grande del mundo (Sumapaz). Lamentablemente, ha faltado más atención, cuidado y preservación a través de políticas claras y contundentes para cuidar los páramos, que ofrecen importantes servicios ecológicos.
Los páramos son capaces de retener y almacenar agua, proporcionan el 50% del suministro de agua del país, por lo cual, no se debe permitir cualquier tipo de actividades que atenten con su contaminación, sea agrícola o minera.
El problema también ha sido de falta de censo, control y conocimiento de la población que habita los páramos, quienes se asentaron allí desde hace muchos años y han venido desarrollando actividades ligadas también a la agricultura y a la minería para su sobrevivencia.
Un poco menos del 39% del total de páramos colombianos están protegidos por el Sistema de Parques Nacionales. No obstante, no hay controles efectivos, se han otorgado licencias ambientales a multinacionales que explotan los suelos de los páramos, como en Santander, sin proyectar el efecto mortífero sobre el ecosistema y la humanidad”.
¿Recomienda estudiar la biodiversidad de microrganismos que existen en Santander para dar algunas soluciones a la contaminación?
“Cuanto más diversos sean los organismos del suelo, mayor será la resiliencia, la productividad y el funcionamiento del ecosistema del suelo, por lo tanto, la respuesta a la pregunta es más que un sí, es fundamental.
La biodiversidad del suelo es prioritaria para que la agricultura sea productiva y al mismo tiempo sostenible. Desafortunadamente, la biodiversidad en los suelos agrícolas ha sufrido por las actividades humanas.
Se ha informado que una de cada seis especies vitales asociadas con el suelo está al borde de la extinción, debido a la pérdida de hábitat, la deforestación, la sobreexplotación y la contaminación del suelo”.
¿Considera que se debe hacer una vigilancia epidemiológica más rigurosa para determinar los niveles de contaminación en los alimentos y las afectaciones a la salud que generan los metales pesados?
“Sí, es urgente. La seguridad alimentaria eficaz y la evaluación de la calidad de los alimentos basada en el riesgo son esenciales para proteger la salud pública".
Radiografía de la minería ilegal en Santander: así creció el negocio criminal en la última década
17 de marzo de 2024
Tras un ejercicio de periodismo de datos, se encontró que Santander hace parte de los cinco primeros departamentos de Colombia con más minería ilegal, teniendo en cuenta los delitos, capturas e incautaciones, de acuerdo con Mindefensa. El crecimiento de los delitos de esa actividad ilícita entre 2014 y 2023 es de 219 %, mientras que el incremento de capturas es aún mayor, con un alza de 326 %. Los principales minerales extraídos por este tipo de minería en Santander son carbón, oro y calizas; y los tres municipios con más registros son Bucaramanga, San José de Miranda y Cimitarra.
Desde hace varias décadas, Ramiro Vásquez le hace vigilancia al actuar de las entidades públicas de Bucaramanga y Santander. Además ha hecho varias investigaciones sobre contratos que incluyen recursos públicos. Pero hace cinco años se interesó por la defensa del medioambiente y denunciar la minería ilegal.
“Conocí que un grupo de ciudadanos agrupados en el Comité para la Defensa del Páramo de Santurbán se dedicaron a ejercer una supuesta defensa de ese ecosistema, sin importarle lo que pudiera pasarles a los habitantes de California, Charta, Suratá, Vetas y Tona (provincia de Soto Norte), tanto en lo social como en lo económico. Más bien se dedicaron a realizar proselitismo político, agitando banderas para captar votos y así ser elegidos, bien sea como alcaldes, concejales, ediles, diputados, representantes a la Cámara y luego senadores”, relata Vásquez, quien es coordinador de la Veeduría Ciudadana Activa Santandereana.
Esto fue lo que le motivó a empezar esta cruzada en la defensa del agua, del páramo de Santurbán y la lucha contra la minería ilegal que utiliza mercurio. Por este trabajo, la Contraloría General de la República reconoció el trabajo de este bumangués el año pasado como el mejor veedor de Colombia.
Ramiro Vásquez (derecha), coordinador de la Veeduría Ciudadana Activa Santandereana. Es el mejor veedor ciudadano de Colombia 2023 por la Contraloría.
Este veedor ciudadano se refiere a la expansión de la minería ilegal en el páramo en los últimos años, en donde unas 400 personas, coordinadas por mafias, entre locales y foráneos, extraen oro en las 280 hectáreas que le correspondía explorar a la multinacional canadiense Eco Oro. En la actualidad, esta área abandonada a su suerte por el Estado tras la salida de la compañía, carece de presencia permanente de las autoridades.
Auge de la minería ilegal en la última década
Este auge de minería ilegal tiene a Santander como el quinto departamento con más delitos relacionados con la afectación al medioambiente por explotación de actividad ilícita, deforestación, contaminación al medioambiente y daños naturales, entre otros, en la última década, de acuerdo con las bases de datos del Observatorio de Derechos Humanos y Defensa Nacional del Ministerio de Defensa.
En total, son 3.896 delitos de este tipo en el departamento en los últimos 10 años, por detrás de Antioquia (16.840), Caldas (9.522), Bogotá (5.896) y Córdoba (5.240), que completan el top 5 nacional.
Y si se pone la lupa solamente en los delitos por explotación y producción de minería ilegal, Santander ocupa la quinta posición con 519 registros, por detrás de Antioquia (4.095), Cundinamarca (777), Boyacá (672), y Córdoba (523).
Departamentos con más delitos por minería ilegal en Colombia
Últimos 10 años
De esta manera, Santander, entre el 2014 y 2023, ha experimentado un crecimiento de delitos por minería ilegal del 219%, con base en los datos del observatorio, alcanzando su pico de reportes en el 2020, cuando hubo 79.
Tras ese año, la tendencia ha sido creciente en comparación con los años antes de la pandemia. Mientras tanto, por el lado de las capturas, el incremento ha sido del 326%, alcanzando su máximo en el 2023, con 179 registros, pero desde el 2020 la tendencia es alcista.
Minería ilegal en Santander
Última década
Este sombrío panorama regional lo confirma el reciente Índice Subnacional de Riesgos 2023, de Colombia Risk Analysis, al revelar que Santander fue de los departamentos más riesgosos en la categoría de medioambiente para el 2022 y el 2023, por cuenta de la cantidad de delitos por aprovechamiento ilícito de los recursos naturales, explotación ilícita de yacimiento minero y otros materiales, así como la contaminación ambiental.
De acuerdo con los resultados del Índice de Riesgos Subnacional 2023, Santander obtuvo un puntaje de 37,97 sobre 100, ubicándose en la casilla 31 entre todos los departamentos, quedando además en la categoría de riesgo moderado, por detrás de Bogotá y Antioquia, las regiones con más riesgos.
Índice de Riesgos Subnacional 2023
Categoría Medioambiente
Esta categoría mide cuatro variables: delitos de explotación ilícita minera, daños a recursos naturales, contaminación ambiental y ecocidios.
Hallazgos en estos 10 años
Por lo tanto, al realizar este ejercicio de minería de datos con las cifras de delitos, capturas e incautaciones por minería ilegal, se encontró que en los municipios en donde hay extracción y producción de carbón y oro hay mayor probabilidad o tendencia en la actividad minera ilegal en Santander.
A su vez, se evidenció que las poblaciones con más presencia de este tipo de minería son las que tienen mayores reportes de capturas como Bucaramanga, San José de Miranda, Cimitarra, California y Sabana de Torres.
Top 10 de los municipios con más minería ilegal en Santander
Últimos 10 años
Asimismo, se pudo constatar que el 2020 fue un año de quiebre en la expansión de la minería ilegal, ya que tras esta fecha esta actividad ilícita tomó fuerza, al parecer, por las necesidades económicas y sociales que acarreó la pandemia.
De esta manera, los datos recopilados revelan un patrón notable en el desarrollo minero. Este se concentra en las zonas rurales del departamento, por eso su potencial significativo para el crecimiento económico y sus implicaciones negativas para el medioambiente y las comunidades locales.
Las denuncias de Ramiro Vásquez sobre oro y mercurio en Santurbán
En ese camino de denuncias e investigaciones sobre lo que sucedía en el páramo, Vásquez dice que encontró estigmatizaciones, incluso le endilgaron ser defensor de la minería industrial.
“Ellos vieron que mi ejercicio sí ha sido la defensa del agua y la búsqueda de la salud de los habitantes de la región Soto Norte, en donde sí están afectados por el uso de mercurio y metales pesados en la extracción de oro de manera ilegal”.
El mercurio, un metal pesado, que pese a estar prohibida en Colombia, se sigue utilizando irregularmente en la minería ilegal, causando impactos negativos en el ecosistema y la salud de las personas. Este metal tiene en jaque las aguas del río Suratá.
Los altos niveles de mercurio que se vienen registrando en el río Suratá han puesto en evidencia la magnitud del problema de minería ilegal en Santurbán. Si bien desde hace años se han reportado altos niveles de mercurio en el río Suratá, este fenómeno ha aumentado desde mediados de 2022.
El 28 de julio de ese año, el río Suratá registró 163 microgramos de mercurio por litro de agua. Se trata de una cifra 81 veces superior al límite permitido (2 µg/L) y de lejos el mayor registro en los últimos 15 años.
Mercurio en el río Suratá
Niveles máximos de microgramos de mercurio por litro registrados por año
Límite permitido 2 microgramos de mercurio por litro de agua (2 µg/L).
Estas cifras tienen estrecha relación con los resultados encontrados en las bases de datos del Ministerio de Defensa. Por ejemplo, California, uno de los principales municipios mineros de Santander, que hace parte de la provincia Soto Norte y en donde se ubica Santurbán, es la cuarta población del departamento con más minería ilegal. En los últimos 10 años, se reportaron 30 capturas y 46 delitos por esta actividad ilícita.
Otro obstáculo que se encontró Vásquez en sus investigaciones fue la negativa del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga de entregarles los reportes de mercurio de la planta de agua Bosconia.
“Lo hice a través de derecho de petición, por lo que tuve que acudir a la tutela y luego al desacato para poder obtener las evidencias gráficas que pueden demostrar la gravísima afectación con mercurio, que pone en altísimo riesgo la salud de los ciudadanos del área metropolitana y, de manera especial, a quienes viven alrededor de las fuentes hídricas que abastecen a dicha planta”, reseña el veedor ciudadano.
Esto confirma los datos del observatorio de cifras de Mindefensa. Bucaramanga es el municipio de Santander con más reportes de minería ilegal, con 176 en total en los últimos 10 años, para 122 capturas, 51 delitos de esta actividad ilícita y 3 incautaciones de maquinaria.
Municipios y su minería ilegal
Santander - últimos 10 años
Le sigue San José de Miranda, una población en donde se extrae carbón con 120 reportes; y Cimitarra, en el Magdalena Medio, en donde también sacan carbón, con 79 reportes.
Hoy, esa altísima minería ilegal en Bucaramanga y Santander con sus municipios insignias como Vetas, California, Charta, Suratá, entre otros, están padeciendo el accionar de grupos al margen de la ley y el Eln ya ronda por esas zonas. Y la otra afectación se da en la escarpa occidental de Bucaramanga por esa minería ilegal, que ya está asentada en ella. Las autoridades lo conocen y nada están haciendo”.
-Alerta Vásquez.
Escarbando en las bases de datos abiertas, se encontró que en la última década la Policía y autoridades ambientales han incautado 2.880 gramos de mercurio entre los municipios de Lebrija, Bucaramanga y California.
“Los gobernantes no se han interesado en la salud de los ciudadanos que son los afectados por la contaminación con mercurio y otros químicos. Y esto no es poca cosa. Esto es de altísima preocupación y de riesgos en la vida de miles ciudadanos que habitan Santander”, concluye el veedor.
La creciente actividad de minería ilegal en las cercanías de las escarpas occidentales representa una amenaza para esta área natural y las comunidades que la rodean, por el uso de mercurio.
El auge del carbón en el Magdalena Medio santandereano
Estas advertencias de Vásquez sobre los riesgos en las vidas de quienes habitan Santander se han materializado en decenas de muertes en el último año. Por ejemplo, el pasado 8 de noviembre de 2023 se presentó una grave emergencia al interior de una mina de carbón en el corregimiento de Plan de Armas, en Landázuri, Santander, con un saldo de cinco muertos y dos heridos.
Esa fue la quinta tragedia minera registrada en la región. Antes, hubo otras cuatro como la ocurrida el 12 de julio de 2023 al interior de un socavón de una mina de oro, ubicada en zona rural del municipio de California, en Soto Norte. Un minero manipulaba un explosivo que terminó estallando y causándole lesiones que le costaron la vida.
Otra se dio el 10 de junio de ese mismo año, en la vereda Corinto, en Landázuri, en donde un minero falleció mientras iniciaba sus labores al interior de una mina de carbón. Él entró primero al socavón e inhaló el aire contaminado y mientras sus compañeros salieron con vida del lugar, él no alcanzó y terminó perdiendo la vida.
También en la vereda La Soledad, zona rural de este mismo municipio, un minero murió sepultado tras un alud en una mina de carbón en el mes de mayo de ese mismo año. Por último, en abril del 2023, un minero murió en una mina de carbón ilegal, ubicada en el corregimiento Kilómetro 15, en la zona limítrofe entre los municipios de Landázuri y Cimitarra. La víctima inhaló gases tóxicos.
Y a mediados de febrero de 2024 se presentó otra emergencia minera. Una explosión al interior de una mina de carbón en zona rural de Landázuri, en el sur de Santander, dejó como saldo un muerto y otro herido, según Gestión del Riesgo de Desastres de Santander.
Maquinaria incautada en Santander
Últimos 10 años
Las autoridades civiles y ambientales han establecido que en los municipios del Magdalena Medio santandereano hay por lo menos 400 minas ilegales, que han generado la llegada de cientos de personas del interior del país y de nacionalidad extranjera.
Esto se convirtió en un problema social. Acá llega gente de Boyacá, Valle del Cauca, personas de nacionalidad extranjera con la fiebre de trabajar en esas minas y eso nos ha dejado tragedias. Esto es un problema que se ha agravado y pedimos la intervención de la agencia minera y de las autoridades ambientales”.
-Manifestó la Secretaría de Gobierno de Landázuri.
Otro foco de minería ilegal se da en el municipio de San José de Miranda, el segundo en el ránking, detrás de Bucaramanga, con 120 reportes en la última década, siendo el carbón su principal mineral de extracción. Por ejemplo, el 27 de febrero de este año, la Policía capturó a tres hombres de esta población por minería ilegal.
Los principales minerales extraídos por este tipo de minería son carbón, oro y calizas; y los tres municipios con más registros son Bucaramanga, San José de Miranda y Cimitarra.
De acuerdo con las autoridades, estas personas se encontraban realizando trabajos de extracción de carbón en una bocamina de la parte alta de una montaña en la vereda Cutaligua. Esta mina de carbón carecía de licencia ambiental de la Corporación Autónoma de Santander, y no tenía ni título minero o amparo administrativo que acreditara la legalidad de la actividad.
A partir de estos casos y con base en las cifras de las bases de datos consultadas, se puede evidenciar que la zona rural de Santander es la más afectada por la minería ilegal. Por ejemplo, se encontró que, del total de delitos, 411 se dieron en la ruralidad santandereana, eso equivale al 79,1 %; mientras que en la zona urbana se registraron 108 casos en los últimos 10 años.
Delitos por minería ilegal en Santander
Variación anual
¿Qué dicen los expertos?
Luego de esbozar este panorama, Álvaro Javier Idrovo, profesor titular del Departamento de Salud Pública de la Universidad Industrial de Santander y reconocido experto en salud ambiental, subraya la necesidad de abordar la falta de vigilancia y capacitación en relación con la minería ilegal en el departamento durante la última década.
En una reciente entrevista con Vanguardia, Idrovo destaca que las responsabilidades de monitorear el medioambiente recaen principalmente en las autoridades ambientales y las corporaciones autónomas.
“Desde el punto de vista legal, es evidente que la vigilancia ambiental no ha sido adecuada en los diferentes territorios afectados por la minería ilegal en Santander”, explica Idrovo. Y agrega: “La falta de capacitación para identificar los riesgos asociados con estas actividades también ha sido un factor significativo”.
Por otra parte, la directora de la Facultad de Ingeniería Ambiental de la Universidad Pontificia Bolivariana, seccional Bucaramanga, Angélica María Muskus, ofrece una perspectiva esclarecedora sobre las causas del aumento significativo de delitos ambientales y capturas por minería ilegal en Santander, especialmente en el contexto de la pandemia.
Según Muskus, la crisis económica generada por la pandemia ha dejado a muchas personas desempleadas o con ingresos reducidos en Bucaramanga y a nivel nacional. Aunque se registró una disminución leve en el índice de pobreza monetaria del Dane y una baja tasa de desempleo en la ciudad, muchas personas aún buscan en la minería ilegal una forma de subsistir y satisfacer sus necesidades básicas.
La experta también detalla que la minería ilegal, en muchos casos, está vinculada al subempleo y a otros fenómenos socioeconómicos, como la migración, el crecimiento demográfico y la disponibilidad de oportunidades de empleo. Esto indica que la minería ilegal se ha convertido en una opción de ocupación para comunidades que enfrentan dificultades económicas.
La académica explica que, aunque Santander no está entre los tres primeros departamentos en donde se practica la minería sin permiso de explotación, es crucial destacar que cualquier forma de minería, por pequeña que sea, puede tener impactos negativos significativos en el medioambiente.
Las autoridades han capturado más personas más señaladas de llevar a cabo actividades de minería ilegal en la escarpa occidental de Bucaramanga, ocasionado una grave afectación al ecosistema.
Por ejemplo, señala que la tala de árboles en los sitios de extracción minera conduce a la pérdida de cobertura vegetal, hábitat de especies y biodiversidad.
Ante esta situación, advierte sobre los riesgos asociados con el uso de productos químicos como el mercurio, cianuro y otros metales pesados en el proceso de extracción de minerales, los cuales pueden contaminar los cuerpos de agua cercanos.
Esta contaminación no solo afecta a las comunidades acuáticas, sino que también puede tener repercusiones negativas en la salud humana a través del consumo de alimentos contaminados”.
La exposición crónica a altas concentraciones de metales pesados como el mercurio puede causar graves daños al sistema nervioso central, especialmente en niños y niñas. Además, la manipulación directa de estos productos químicos por parte de los trabajadores mineros puede resultar en efectos adversos graves para la salud.
Muskus alerta que la extracción minera ilegal puede deteriorar la calidad del suelo al remover sus capas superficiales o alterar la topografía de la zona, lo que puede provocar la inestabilidad del terreno y deslizamientos posteriores.
Asimismo, advierte sobre el riesgo de desplazamiento forzado de comunidades locales debido al deterioro de los servicios ecosistémicos disponibles en la región.
Ante las acrecentadas denuncias por minería ilegal, que usa mercurio, que se vienen presentado en la escarpa occidental de Bucaramanga y que fueron puestas en conocimiento público por Vanguardia en febrero pasado, autoridades ambientales anunciaron que han efectuado rigurosos controles en zona.
A su vez, Miguel Francisco Contreras, especialista en Derecho Constitucional y en Instituciones Jurídico-procesales, abogado del Observatorio de Conflictos Ambientales de la Corporación Compromiso y docente de Derecho Ambiental, coincide con el investigador Idrovo y señala cómo la omisión estatal en el cumplimiento del principio de prevención a través de la supervisión, vigilancia y rendición de cuentas del sector minero legal es la principal causa del auge de minería ilegal en Santander.
A pesar de décadas de explotación de los recursos naturales, como parte central del modelo económico del país, Contreras sostiene que el sector minero no ha sido regulado adecuadamente, como lo demuestran múltiples decisiones judiciales.
En particular, menciona una sentencia del Consejo de Estado del 4 de agosto de 2022, que cuestiona la herramienta conocida como “ventanilla minera” para la concesión de títulos mineros.
Títulos superpuestos en ecosistemas protegidos de Santander
Según el abogado, es inaceptable que, a pesar de la prohibición de realizar trabajos mineros en ecosistemas protegidos, existan alrededor de 1.000 títulos mineros superpuestos en áreas sensibles como páramos, ríos, bosques biodiversos y parques naturales.
“Esta superposición evidencia una falla estructural en la regulación minera y una falta de aplicación efectiva de la ley para proteger los ecosistemas vulnerables”.
En consecuencia, la falta de rigurosidad del Estado en la supervisión de la concesión de títulos mineros resulta en una situación ilegal en el ámbito de la minería legal.
Además, explica que el aumento de la minería ilegal en Santander también se debe al constante aumento del precio de los minerales, combinado con la falta de empleo formal y la poca presencia estatal, lo que lo convierte en una forma de generar ganancias económicas a partir de la extracción ilegal de los minerales.
Entre 2022 y 2023, según la Asociación Colombiana de Minería, cerca de 5.000 mineros en Colombia se formalizaron a través de subcontratos y otros modelos de coexistencia, que permiten avanzar en una pequeña minería con estándares y aportes fiscales, sociales y ambientales. De ese total, 160 se dieron en Santander.
Principales afectaciones socioambientales
En relación con las afectaciones de la minería ilegal en el medioambiente de Santander y a la salud humana, Contreras afirma que una de las principales y más evidente recae en el agua.
“El uso del mercurio, prohibido por ley, es común en la minería ilegal, afectando ecosistemas acuáticos como el río Suratá, vital para el abastecimiento del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga. Este hecho ilustra la gravedad de la situación, especialmente en zonas cercanas al Páramo de Santurbán y la antigua mina de Eco Oro en California”, puntualiza el abogado.
En cuanto a la tierra, señala que la minería ilegal provoca erosión y desprendimiento del suelo al eliminar la capa vegetal en los márgenes de los cuerpos de agua, generando deslizamientos por la disposición de escombros y residuos. “Además, la contaminación con sustancias nocivas afecta la productividad de la tierra y la salud de los ecosistemas, como se ha documentado en la escarpa de Bucaramanga”.
La minería ilegal amenaza la escarpa occidental de Bucaramanga.
Finalmente, el experto en temas jurídicos y ambientales afirma que el aire también se ve afectado por la minería ilegal, ya que las actividades como la adecuación de carreteras o la perforación de suelos emiten material particulado y gases tóxicos que pueden causar enfermedades respiratorias.
¿Qué se debe hacer?
La directora de la Facultad de Ingeniería Ambiental de la UPB Bucaramanga sugiere que las instituciones educativas pueden desempeñar un papel fundamental en la sensibilización de la comunidad mediante la implementación de estrategias de educación ambiental.
Estas estrategias deben centrarse en concienciar a las personas sobre los impactos negativos de la minería ilegal tanto en el medio ambiente como en la salud humana.
Además, propone el desarrollo y la aplicación de modelos de predicción para identificar posibles focos de desarrollo futuro de la minería ilegal. Esta información puede ser invaluable para implementar estrategias de control y prevención en áreas vulnerables.
Asimismo, el investigador de la UIS señala que hay esfuerzos recientes para abordar esta problemática, como los diplomados en salud ambiental dirigidos a las autoridades de salud, incluyendo la Secretaría de Salud de la Gobernación.
La extracción de oro mediante métodos contaminantes, como el uso de mercurio, ha sido documentada.
No obstante, expresa su preocupación por el nivel de conciencia ambiental en las corporaciones autónomas, sugiriendo que aún queda trabajo por hacer en este aspecto.
Es alentador ver que se están tomando medidas para mejorar la conciencia sobre la salud ambiental, pero es fundamental que las corporaciones autónomas también intensifiquen sus esfuerzos en este sentido”.
-Enfatiza Idrovo.
En cuanto a las zonas afectadas por la minería ilegal, Muskus enfatiza en la importancia de desarrollar estrategias de remediación y recuperación de los ecosistemas intervenidos. Estas acciones son fundamentales para restaurar la salud de los ecosistemas y mitigar los daños causados por la actividad minera.
Finalmente, la directora insiste en la necesidad de apoyar a las comunidades afectadas mediante la implementación de estrategias de transición económica.
“Estas estrategias deben ofrecer alternativas de generación de ingresos que sean ambientalmente responsables, brindando a las personas oportunidades económicas sostenibles que no dependan de la minería ilegal, debido al deterioro de los servicios ecosistémicos disponibles en la región”.
Por su parte, el abogado Contreras sugiere al Gobierno nacional y a las autoridades locales coordinar políticas públicas para poner fin a la contaminación por mercurio provocada por la minería ilegal. E insiste en la importancia de formalizar y entregar títulos mineros a asociaciones y personas de estos municipios como parte de un ordenamiento jurídico adecuado.
Además, recomienda a la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (Cdmb) y a la Corporación Autónoma Regional de Santander (CAS) incrementar la vigilancia y control sobre la contaminación por metales en el agua en su jurisdicción.
“Esto implica iniciar investigaciones a través de procesos sancionatorios ambientales y coordinar con la Fiscalía General de la Nación para determinar los responsables y las causas de la minería ilegal”.
La Cdmb identificó que los mineros ilegales usan agua a presión para que la escarpa ceda, la tierra y las piedras caigan al agua y estas personas puedan ‘barequear’ el sedimento y extraer piedras del metal precioso de manera artesanal.
En términos generales, enfatiza en la necesidad de aplicar la normatividad existente de manera efectiva. Menciona leyes y decretos relevantes, como el Decreto Ley 2811 de 1974 y la Ley 1333 de 2009, así como disposiciones del Código de Policía que protegen los recursos hídricos y el medio ambiente.
Los expertos coinciden, finalmente, en que la educación ambiental es una herramienta fundamental para sensibilizar y proteger los recursos naturales, apoyados con capacitación para comunidades, con el fin de cambiar la forma en que las personas se relacionan con la naturaleza y prevenir los delitos ambientales.
Estas observaciones resaltan la complejidad de las causas que impulsan la minería ilegal en la región y la necesidad de abordar no solo sus aspectos legales y ambientales, sino también sus raíces socioeconómicas.
Hoy en día, Santander se encuentra en riesgo por el auge de esta actividad ilícita, a la que se exponen los habitantes de la región, así como el aumento de delitos y afectaciones al ecosistema, como lo reiteran las cifras: el crecimiento de los delitos por minería ilegal en Santander, entre 2014 y 2023, alcanza los 219 %, mientras que el incremento de capturas es aún mayor, con un alza de 326 % en los últimos 10 años.