Así se habría publicado la noticia de la fundación

Si se piensa como hecho noticioso, la prensa no habría ahorrado página alguna para registrar el gran acontecimiento de la fundación de Bucaramanga. Más allá de la imprenta y de los pocos medios que podrían existir en esa fecha, no cabe duda que la exclusiva periodística haría parte de toda una separata ‘a la Vanguardia’. Veamos, con algo de historia, cómo se habría redactado esta ‘buena nueva’.

Al Nuevo Reino de Granada llegó la confirmación de que un pueblo indígena, ubicado en tierras de resguardo y adscrito a la jurisdicción de Pamplona, habría sido ratificado como un ‘real de minas’.

Así lo informó Miguel Trujillo, presbítero doctrinero en el Valle del Río de Oro, al tiempo que señaló que la fecha oficial de la fundación de Bucaramanga, tal y como se registró en las actas, quedó marcada en el calendario como el 22 de diciembre.

El lugar en donde se erigió la referida localidad se encuentra a un kilómetro al norte de donde se ubica la ranchería ‘Bucaramanga’, cerca de la zona conocida como Quebrada Seca. De manera precisa, se dice que de ahí se adoptó el nombre oficial de la ciudad.

Sin embargo, el Periódico del Nuevo Reino de Granada conoció que la denominación tiene otro origen. Se dice que el término procede de la lengua ‘Guane’ y se cree que la palabra ‘Bucaramanga’ terminó derivándose así: ‘Bucar’, que significa señor; y ‘amanga’, que traduce casa.

Mejor dicho: el pueblo fue bautizado de la misma forma como se le conocía a la casa del “amo y señor”, en palabras de los indígenas.

Actos protocolarios

Para el acto oficial, este 22 de diciembre de 1622, los fundadores testimoniaron en documento la orden y allí se mudaron los indígenas de las cuadrillas Bucarica, Cachagua, Gérira y Guaca.

Este periódico conoció en exclusiva el acta oficial, en la que se indicó que Juan de Villabona y Zubiaurre, oidor de la Real Audiencia, fue asignado por el Consejo de la Corona Española para estar en dicha tierra.

Para la ocasión se ofreció una eucaristía en el lugar en donde se piensa erigir la Capilla de los Dolores, siguiendo las indicaciones oficiales.

El pueblo quedó declarado como un ‘real de minas’, ​teniendo en cuenta la explotación minera que se realiza en las cercanías del Río de Oro.

El periódico consultó al capitán Andrés Páez de Sotomayor, quien anunció que para radicar la ciudad se siguieron las directrices del visitador de la provincia de Pamplona.

“Dicho visitador había ordenado este establecimiento de indígenas y tras la dificultad que expresó Miguel Trujillo, quien tenía que buscar de mina en mina a los indígenas para poder cumplir su labor de evangelizar, se optó por la fundación de la ciudad”, comentó.​

Antecedentes

Don Luis de García, un ilustre intelectual de esta tierra, recordó que hace dos años, en 1620, tres indios mineros emprendieron viaje a la capital del Virreinato con el exclusivo fin de quejarse ante el procurador general.

¿La razón? Ellos alegaban que los encomenderos obligaban a las mujeres de los indios a vender amasijos y tasajos por las rancherías, amén de dedicarlas a otros menesteres que pugnaban contra los privilegios y exenciones ordenados por las reales cédulas.

Tal querella dio margen para que las autoridades competentes enviaran a estas lejanas tierras, investido con el cargo de visitador, a Villabona y Zubiaurre, quien llegó a Bucarica en la primera década del mes de octubre del año citado.

La visita del señor oidor la aprovechó el padre Miguel de Trujillo para poner de presente la necesidad de congregar a los indios en un sitio adecuado para adoctrinarlos.

Así las cosas, se practicaron algunas investigaciones y el 4 de noviembre de 1622 se ordenó desde Pamplona que “los indios se reduzcan, junten y agreguen, y pueblen en el sitio y el asiento que llaman como la ‘Ranchería Bucaramanga’, para que vivan congregados”.

Fue así como el 22 de diciembre de 1622, en un tambo con techumbre pajiza, se congregaron españoles y nativos para fijar la fundación.

Vale decir que Juan de Villabona y Zubiaurre fue quien comisionó al cura y al capitán en la misión de dar una misa en esta población y construir un caserío y una sacristía con buenas maderas, varas, vigas y estantillo en un área de 110 por 25 pies, con acabados típicos de un bohío y apto para que los indígenas vayan al culto.

Por otro lado, el acta declaró que a todos los indígenas desplazados les fueran entregadas buenas tierras para trabajar, incluyendo a aquellos a cargo del capitán Andrés Páez.

Estos podrían cultivar cualquier tipo de semilla cerca de la quebrada de Cuyanita. El acta es finalmente firmada por Sotomayor y Trujillo.

Reacciones

Se asocia el acto fundacional con los ritos de conquista, presididos por un militar y un sacerdote para contener los excesos del encomendero.

En términos jurídicos, según se estableció en el Nuevo Reino de Granada, el pueblo nunca habría sido fundado en esta fecha. Trascendió que los delegatorios del oidor no pretendieron fundar una ciudad, sino hacer la reducción de indios que les había sido encomendada, ya que sabían que la fundación de pueblos coloniales “estaba rodeada de requisitos y solemnidades”, según expresó Don Luis Iriarte, un reconocido historiador.

Sea como sea, el Periódico del Nuevo Reino de Granada registra esta primicia, que hoy se escribe en letras de molde.